Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. *1Mientras que los expertos nos indican que lo peor de la economía ha quedado atrás algunos empiezan a analizar un efecto no esperado en esta situación. Ahora el gobierno Estadunidense está considerado como el actor más activo en la economía.*2 El gobierno respalda casi el 90% de todos los nuevos préstamos hipotecarios. A tomado control de identidades financieras masivas las cuales antes eran privadas tales como AIG, Fannie Mae y Freddie Mac valoradoras en más de $5 trillones de dólares. Ha respaldados a los bancos más grandes del país por lo cual le da la autoridad de controlar casi todos los aspectos de los bancos.*3 Agregamos el hecho de que el seguro que respalda el dinero que las personas depositan en el banco no solo se está acabando sino que se mantendrá en rojo por un par de años.*4 En fin, el gobierno ahora determina quien recibe préstamos y establece las pólizas de los bancos mientras. No es tan difícil colocar estos acontecimientos en el marco profético. Mientras el control crezca la oportunidad se presenta para establecer las leyes dominicales y determinar quienes no podrán comprar o vender (los que no tengan la marca de la bestia*5). Precisamente por esto es que la sierva del Señor nos indica cual es nuestro deber en el tiempo del fin a la luz de las profecías Bíblicas:
En el tiempo de angustia, de nada les valdrán a los santos las casas ni las tierras, porque entonces tendrán que huir delante de turbas enfurecidas, y en aquel entonces no podrán deshacerse de sus bienes para hacer progresar la causa de la verdad presente. Me fue mostrado que la voluntad de Dios es que, antes que venga el tiempo de angustia, los santos se libren de cuanto los estorbe y hagan pacto con Dios por medio de sacrificio. Si ponen sus propiedades sobre el altar y preguntan fervorosamente a Dios cuál es su deber, les enseñará cuándo habrán de deshacerse de aquellas cosas. Entonces estarán libres en el tiempo de angustia y no habrá trabas que los detengan.
Vi que si algunos se aferraban a sus propiedades y no preguntaban al Señor en qué consistía su deber, él no se lo hará conocer y les permitirá conservar sus propiedades, pero en el tiempo de angustia éstas se levantarán delante de ellos como una montaña para aplastarlos, y ellos tratarán de deshacerse de ellas, pero no podrán. Oí a algunos lamentarse así: "La causa languidecía, los hijos de Dios morían por carecer de la verdad, y nosotros no hicimos esfuerzos para suplir la falta; ahora nuestras propiedades no tienen valor. ¡Ojalá que nos hubiésemos librado de ellas y hecho tesoros en los cielos!" También vi que Dios no ha pedido a todos sus hijos que se deshagan de sus propiedades al mismo tiempo; pero si ellos desean que se les enseñe, él les hará saber, en tiempo de necesidad, cuándo y cuánto deben vender. En tiempos pasados, se les pidió a algunos que se deshicieran de sus propiedades para sostener la causa bendita, mientras que a otros se les permitió guardar la suya hasta un momento de necesidad. Entonces, a medida que la causa lo necesite, es su deber vender.
Ahora es el momento de que nos hagamos tesoros en el cielo y pongamos nuestro corazón en orden, preparándolo para el tiempo de angustia. Únicamente los que tengan manos limpias y corazones puros subsistirán en aquel tiempo de prueba. Ahora es cuando debe estar la ley de Dios en nuestra mente, en nuestra frente, y escrita en nuestros corazones.
Algunos sitúan demasiado lejos en su expectación la venida del Señor. El tiempo ha durado algunos años más de lo que habían esperado, y por lo tanto piensan que puede continuar algunos años más, y de esta manera su atención se desvía de la verdad presente hacia el mundo. *6
Por eso Jesús nos dice:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.*7
1* Apocalipsis 18:4, 5
2* http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/09/12/AR2009091202932.html
3* http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2009/09/06/AR2009090602033.html
4* http://online.wsj.com/article/SB20001424052970204488304574428970233151130.html
5* Apocalipsis 13:17
6* “Primeros Escritos”, “El Deber Frente Al Tiempo De Angustia”, Elena G. de White
7* Mateo 6:19-21
Por algo nuestro Redentor nos dejo muchos ejemplos acerca de nuestros tesoros. Pero uno que viene a mi mente es la del joven rico. Que se acerco a Jesus y le pregunto: "Maestro bueno, que hare para heredar la vida eterna? Y Jesus le contesta: "Los mandamientos sabes:"No adulteraras, no mataras, nos hurtaras, no diras falso testimonio, honra a tu padre y tu madre" El le dice todo esto lo he guardado desde mi juventud. Al oir esto, Jesus le dijo: "Aun te falta una cosa; vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendras tesoros en el cielo; y ven y sigueme." Entonces el, oyendo esto, se puso muy triste porque era muy rico.(San Lucas 18: 18-23) Sin duda que este joven representa a muchos tal vez hoy en dia. Dios quiera que tomemos deciciones eternas y podamos hacer los tesoros en el cielo, Cristo viene tan pronto y ahora mientras aun podemos y si tenemos los medios para ayudar al avance del evangelio hagamoslo. Tambien acordemonos que para otros tal vez el dinero no es un obstaculo para ellos y lo pueden ser otras cosas. Oro que Dios nos ayude a todos los que leen este blog a reflexionar y hacer decisiones para la vida eterna. Demosle a nuestro Dios, nuestro corazon, pensamientos, tiempo, y dinero. Dios los bendiga. Maranatha!
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