CONTEMPLANDO A JESÚS

Hasta ahora todo predicador del mensaje del tercer ángel es visto como un mero alarmista. El enemigo en su astucia ha levantado a muchos dentro de la iglesia con el propósito de llevarlos a tomar decisiones apresuradas sobre la venida del Señor descreditando el mensaje de nuestros días. Como seres humanos estamos expuestos no solo a argumentos que apelan a la razón sino también a las emociones. Por un lado si nos dejamos ir simplemente por nuestro razonamiento nos pueda guiar a un estado de frialdad. Nos lleva a depender en nuestro conocimiento y en nuestras propias capacidades. Por otro lado si nos dejamos guiar simplemente por nuestras emociones nos lleva a tomar decisiones apresuradas que están basadas en algo que varía como el viento. El Señor Jesús mostró su carácter en este mundo. Un carácter balanceado tanto en emociones como en razonamiento. En algunos momentos el lloró y en otros habló de una manera directa y a veces fuerte. En su carácter vemos no solo el amor hacia el pecador sino también el odio hacia el pecado.

Que privilegio ver a Cristo cara a cara mientras el escudriñaba los corazones de las personas. No tenemos un registro completo de las conversaciones que tenia con las personas pero me puedo imaginar una voz de compasión mientras invitaba al pecador hacia el arrepentimiento. Jesús suplía las necesidades de estas personas por la fe que tenían. Luego las invitaba a una transformación de carácter, una transformación de vida. “Tu fe te ha salvado”*1 pronunciaba y a la vez les decía “vete y no peques mas”.*2

Obtener un carácter semejante al de Jesús solamente se puede lograr contemplándolo cada día. Se necesita una mente abierta e humilde con la cual cada día que se estudie y no simplemente se lea la Palabra de Dios se ruegue por el poder del Espíritu Santo. No podemos ni debemos tomar a nadie más como ejemplo que nuestro Señor Jesús. Quizá cada persona busca una región o una iglesia por motivos distintos. Algunos tratan de hacer el bien sin afiliarse a una organización. Pero es necesario primeramente entender que no podemos hacer nada por nosotros mismos. Nuestra naturaleza es de continuo hacia el mal. Además por mas explicaciones que el ser humano quiera inventar la realidad es que, es imposible que nosotros estemos aquí sin no fuera por Dios quien nos creó. Si no aceptas que Dios nos creó nunca podrás llegar a entender tu propósito en esta vida. El hecho que el nos creo nos da la seguridad que porque Jesús murió por nosotros ahora también tenemos esperanza de Vida eterna. Eliminar a Dios de esta ecuación pone el enfoque nuevamente en el ser humano cuya naturaleza es de continuo hacia el mal.

Notemos que la Biblia nos habla acerca de ciertas cosas que son eternas. Dios es eterno, su palabra es eterna y su ley es eterna. Su ley es eterna porque está basado en el punto principal del carácter de Dios. El apóstol Pablo escribe:

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará….Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. *3

Ahora cuando regresamos a la pregunta que hace Pablo en la carta a los Romanos, “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada?” *4 podemos contestarla.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.*4

El mensaje del Tercer ángel es uno de reprensión y de alerta para nuestro tiempo. Pero todo, absolutamente todo predicador de este mensaje lo debe hacer por amor a las almas. El Señor nos reveló las señales del fin y nos dio un mensaje fuerte, directo e impactante. Pero está basado en el amor que tiene por las almas y su deseo que seamos salvos. Nuestra predicación aunque fuerte, directa e impactante debe ser por amor a las almas. Este amor solamente nace contemplando a Jesús día a día. Serán tiempos difíciles, pasaremos grandes tribulaciones pero si nos deleitamos en Jehová el nos concederá las peticiones de nuestros corazones.*6 Que nuestro tema cada día sea Jesús y el cielo. Allí encontramos el propósito de la vida y la esperanza de ver a Jesús cara a cara y todo lo que Él tiene para nosotros en el cielo donde moraremos con nuestros seres amados por toda la eternidad.

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN SI VEN SEÑOR JESÚS!

1* Mateo 9:22
2* Juan 8:11
3* 1 Corintios 13:8, 13
4* Romanos 8:35
5* Romanos 8:38, 39
6* Salmos 37:4