lunes, noviembre 12, 2012

Pensamiento Del Día

El punto principal... es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Hebreos 8:1. 
Se presenta a Cristo Jesús como que está continuamente de pie ante el altar, ofreciendo momento tras momento el sacrificio por los pecados del mundo. Él es ministro del verdadero tabernáculo que el Señor levantó y no el hombre. Las sombras simbólicas del tabernáculo judío ya no tienen virtud alguna. No se necesita hacer más una expiación simbólica diaria y anual, pero es esencial el sacrificio expiatorio mediante un Mediador debido a que constantemente se cometen pecados. Jesús está oficiando en la presencia de Dios, ofreciendo su sangre derramada, como si hubiera sido un cordero [literal] sacrificado. Jesús presenta la oblación ofrecida por cada culpa y por cada falta del pecador.

Cristo, nuestro Mediador, y el Espíritu Santo están constantemente intercediendo en favor de la humanidad; pero el Espíritu no ruega por nosotros como lo hace Cristo, quien presenta su sangre derramada desde la fundación del mundo; el Espíritu actúa sobre nuestro corazón extrayendo oraciones y arrepentimiento, alabanza y agradecimiento. La gratitud que fluye de nuestros labios es el resultado de que el Espíritu hace resonar las cuerdas del alma con santos recuerdos que despiertan la música del corazón.

Los servicios religiosos, las oraciones, la alabanza y la contrita confesión del pecado ascienden de los verdaderos creyentes como incienso hacia el Santuario celestial; pero al pasar por los canales corruptos de la humanidad se contaminan tanto, que a menos que se purifiquen con sangre nunca pueden tener valor ante Dios. No ascienden con pureza inmaculada, y a menos que el Intercesor que está a la diestra de Dios presente y purifique todo con su justicia, no son aceptables ante Dios.

Todo el incienso que procede de los tabernáculos terrenales debe ser humedecido con las gotas purificadoras de la sangre de Cristo. Él sostiene ante el Padre el incensario de sus propios méritos, en el cual no hay mancha de contaminación terrenal. Él junta en el incensario las oraciones, las alabanzas y las confesiones de su pueblo, y con ellas pone su propia justicia inmaculada. Entonces asciende el incienso delante de Dios completa y enteramente aceptable, perfumado con los méritos de la propiciación de Cristo. Entonces se reciben bondadosas respuestas.

Ojalá que todos pudieran comprender que todo lo que hay en la obediencia, la contrición, la alabanza y el agradecimiento debe ser colocado sobre el resplandeciente fuego de la justicia de Cristo. La fragancia de esa justicia asciende como una nube alrededor del propiciatorio.—Comentario Bíblico Adventista 6:1077, 1078.

domingo, noviembre 11, 2012

Pensamiento Del Día

Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra... oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Apocalipsis 5:13.
La iglesia de Dios en la tierra es una con la iglesia de Dios en el cielo. Los creyentes en la tierra y los seres del cielo que nunca han caído constituyen una sola iglesia. Todo ser celestial está interesado en las asambleas de los santos que en la tierra se congregan para adorar a Dios en espíritu y en verdad y en la belleza de la santidad. En el atrio interior del cielo escuchan el testimonio que dan los testigos de Cristo en el atrio exterior de la tierra, y las alabanzas de los adoradores de este mundo hallan su complemento en la antífona celestial, y el loor y el regocijo repercuten por todos los atrios celestiales porque Cristo no murió en vano por los caídos hijos de Adán.

Mientras los ángeles beben en el manantial principal, los santos de la tierra beben los raudales puros que fluyen del trono y alegran la ciudad de nuestro Dios. ¡Ojalá que todos pudiesen comprender cuán cerca está el cielo de la tierra! Aun cuando los hijos nacidos en la tierra no lo saben, tienen ángeles de luz por compañeros; porque los mensajeros celestiales son enviados para ministrar a los que serán herederos de salvación.

Un testigo silencioso vela sobre toda alma tratando de ganarla y atraerla a Cristo. Los ángeles nunca dejan a los tentados que sean presa del enemigo que destruiría el alma de hombres y mujeres si se le permitiera. Mientras hay esperanza, hasta que los seres humanos resistan al Espíritu Santo para eterna ruina suya, son guardados por los seres celestiales.

Recordemos todos que en cada asamblea de los santos realizada en la tierra, hay ángeles de Dios escuchando los testimonios, los himnos y las oraciones. Recordemos que nuestras alabanzas quedan suplidas por los coros de las huestes angélicas en lo alto.

La imagen de Cristo, grabada sobre el corazón, será reflejada día tras día en el carácter y en la vida práctica, porque representamos a un Salvador personal. Se promete el Espíritu Santo a todos los que lo pidan. Cuando escudriñan las Escrituras, el Espíritu Santo está a su lado, representando a Jesucristo.

Si le abrimos la puerta a Jesús, vendrá y morará con nosotros. Nuestra fuerza siempre será reforzada por su representante presente, el Espíritu Santo.—The General Conference Bulletin, 15 de febrero de 1895. Ver Joyas de los Testimonios 3:32.

sábado, noviembre 10, 2012

Pensamiento Del Día

El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios. Salmos 50:23.
Todos los habitantes del cielo se unen para alabar a Dios. Aprendamos el canto de los ángeles ahora, para que podamos cantarlo cuando nos unamos a sus huestes resplandecientes. Digamos con el salmista: “Alabaré a Jehová en mi vida; cantaré salmos a mi Dios mientras viva. Te alaben los pueblos oh Dios; todos los pueblos te alaben” Salmos 146:2; 67:5.

En su providencia Dios mandó a los hebreos que se detuvieran frente a la montaña junto al mar, con el fin de manifestar su poder al liberarlos y humillar señaladamente el orgullo de sus opresores. Hubiera podido salvarlos de cualquier otra forma, pero escogió este procedimiento para acrisolar la fe del pueblo y fortalecer su confianza en él. El pueblo estaba cansado y atemorizado; sin embargo, si hubieran retrocedido cuando Moisés les ordenó avanzar, Dios no les habría abierto el camino. Fue por la fe como “pasaron el Mar Rojo como por tierra seca”. Hebreos 11:29. Al avanzar hasta el agua misma, demostraron creer en la palabra de Dios dicha por Moisés. Hicieron todo lo que estaba a su alcance, y entonces el Poderoso de Israel dividió el mar para abrir un sendero para sus pies.

En esto se enseña una gran lección para todos los tiempos. A menudo la vida cristiana está acosada de peligros, y se hace difícil cumplir el deber. La imaginación concibe la ruina inminente delante, y la esclavitud o muerte detrás. No obstante, la voz de Dios dice claramente: “Avanza”. Debemos obedecer este mandato aunque nuestros ojos no puedan penetrar las tinieblas, y aunque sintamos las olas frías a nuestros pies. Los obstáculos que impiden nuestro progreso no desaparecerán jamás ante un espíritu que se detiene y duda.

Los que postergan la obediencia hasta que toda sombra de incertidumbre desaparezca y no haya ningún riesgo de fracaso o derrota, no obedecerán nunca. La incredulidad nos susurra: “Esperemos que se quiten los obstáculos y podamos ver claramente nuestro camino”, pero la fe nos impele valientemente a avanzar esperándolo todo y creyéndolo todo.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 294, 295.

viernes, noviembre 09, 2012

Pensamiento Del Día

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra. Oseas 6:3.
Ustedes nunca deben separar a Cristo de su vida y su familia, y cerrar las puertas contra él por medio de palabras y acciones pecaminosas. Están los que profesan la verdad pero que descuidan la oración de familia. Pero, ¿cómo pueden aventurarse a ir al trabajo sin entregar el cuidado de su alma a su Padre celestial? Deben mostrar que confían en él. Deben consagrar a sus familias a Dios antes de salir de sus hogares.

Cada oración que ofrecen a Dios con fe, será seguramente oída y contestada por su Padre celestial. Cuando se le dijo a Abraham que fuera a un lugar que no conocía, en cada lugar donde colocaba su tienda, erigía un altar y ofrecía su oración matutina y vespertina; y el Señor dijo de Abraham: “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio”. Génesis 18:19.

Esta es la misma obra que debe ser hecha en cada familia, pero que es extrañamente descuidada. Deseemos vivir como a la vista de Dios en este mundo. Es de la mayor importancia que hagamos constantemente preparación aquí para la vida futura inmortal. Podremos tener la vida que se mide con la vida de Dios; si somos fieles, tendremos la herencia inmortal, un bien eterno; veremos al Rey en su hermosura; contemplaremos los encantos incomparables de nuestro bendito Salvador.

Debemos sentir la importancia de educar e instruir a nuestros hijos para que vean y aprecien la vida eterna. Su voluntad debe ser puesta en sujeción a la voluntad de Dios, y deben tratar constantemente de reprimir todo lo que sea malo en sus naturalezas. Si los padres y las madres desean que sus hijos sean semejantes a Cristo en disposición, deben darles el ejemplo. Todos sus actos deberían ser para darles, a ellos y a sus hijos, idoneidad para el cielo, y [se nos promete que] los padres tendrán ayuda especial en este asunto.

El Salvador desea que su gozo sea cumplido; por lo tanto, les dice que permanezcan en él, y él en ustedes. Abran la puerta de su corazón, y dejen entrar a Jesús y los brillantes rayos de su justicia. Nos ama con un amor que es inefable, y si en algún momento comienzan a temer por su salvación, que Jesús no lo ama, miren al Calvario.—The Review and Herald, 5 de agosto de 1890.

jueves, noviembre 08, 2012

Pensamiento Del Día

Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Isaías 33:2.
La historia de Jacob nos da además la seguridad de que [en el tiempo final de angustia] Dios no rechazará a los que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto a él con verdadero arrepentimiento. Mientras Satanás trata de acabar con esta clase de personas, Dios enviará a sus ángeles para consolarlas y protegerlas en el tiempo de peligro.

Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo y su oído escucha su súplica. Su aflicción es grande, las llamas del horno parecen estar a punto de consumirlos; pero el Refinador los sacará como oro purificado por el fuego. El amor de Dios para con sus hijos durante el período de prueba más dura es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar por el horno de fuego; debe consumirse su mundanalidad, para que la imagen de Cristo se refleje perfectamente.

Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos con el fin de que se preparen para aquel momento. Jacob prevaleció porque fue perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evidente del poder de la oración importuna. Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él. Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadamente ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su bendición, no lo conseguirán.

¡Cuán pocos cristianos saben lo que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que jamás suspiraron por Dios con ardor hasta tener como en tensión todas las facultades del alma! Cuando olas de indecible desesperación envuelven al suplicante, ¡cuán raro es verlo atenerse con fe inquebrantable a las promesas de Dios!

Los que sólo ejercitan poca fe, están en mayor peligro de caer bajo el dominio de los engaños satánicos y del decreto que violentará sus conciencias. Y aun en caso de soportar la prueba, en el tiempo de angustia se verán sumidos en mayor aflicción porque no se habrán acostumbrado a confiar en Dios. Las lecciones de fe que hayan descuidado, tendrán que aprenderlas bajo el terrible peso del desaliento.—el Conflicto de los Siglos, 678, 679.

miércoles, noviembre 07, 2012

Pensamiento Del Día

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Juan 6:51.
El incienso que ascendía con las oraciones de Israel representaba los méritos y la intercesión de Cristo, su perfecta justicia, la cual por medio de la fe es acreditada a su pueblo, y es lo único que puede hacer aceptable ante Dios el culto de los seres humanos. Delante del velo del Lugar Santísimo había un altar de intercesión perpetua; y delante del Lugar Santo, un altar de expiación continua. Había que acercarse a Dios mediante la sangre y el incienso, pues estas cosas simbolizaban al gran Mediador, por medio de quien los pecadores pueden acercarse a Jehová, y por cuya intervención tan sólo puede otorgarse misericordia y salvación al alma arrepentida y creyente.

Mientras de mañana y de tarde los sacerdotes entraban en el Lugar Santo a la hora del incienso, el sacrificio diario estaba listo para ser ofrecido sobre el altar de afuera, en el atrio. Esta era una hora de intenso interés para los adoradores que se congregaban ante el tabernáculo. Antes de allegarse a la presencia de Dios por medio del ministerio del sacerdote, debían hacer un ferviente examen de su corazón y luego confesar sus pecados. Se unían en oración silenciosa, con los rostros vueltos hacia el Lugar Santo. Así sus peticiones ascendían con la nube de incienso, mientras la fe aceptaba los méritos del Salvador prometido, simbolizado por el sacrificio expiatorio.

Las horas designadas para el sacrificio matutino y vespertino se consideraban sagradas, y llegaron a observarse como momentos dedicados al culto por toda la nación judía. Y cuando en tiempos posteriores los judíos fueron diseminados como cautivos en distintos países, aún entonces, a la hora indicada, dirigían el rostro hacia Jerusalén y elevaban sus oraciones al Dios de Israel. En esta costumbre los cristianos tienen un ejemplo para su oración matutina y vespertina. Si bien Dios condena la mera ejecución de ceremonias que carezcan del espíritu de culto, mira con gran satisfacción a los que le aman y se postran de mañana y tarde para pedir el perdón de los pecados cometidos y las bendiciones que necesitan.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 366, 367.

martes, noviembre 06, 2012

Pensamiento Del Día

Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma. Salmos 143:8.
Cuando Dios dio a Jesús al mundo, incluyó todo el cielo en ese don. No nos lo dejó para retener nuestros defectos y deformidades de carácter, o para servirlo como mejor pudiéramos en la corrupción de nuestra naturaleza pecaminosa. Hizo provisión para que pudiéramos estar completos en su Hijo, no teniendo nuestra propia justicia, sino la justicia de Cristo. En Cristo, todo el almacén del conocimiento y de la gracia está a nuestra disposición; porque en él habita “corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Colosenses 2:9.

Cristo dio su vida por nosotros; somos su propiedad. “¿O ignoráis”, dice él, “que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:19, 20. Los hijos de Dios deben mostrar su amor por él, cumpliendo sus demandas, entregándose a él. Sólo entonces puede él usarlos en su servicio, para que otros, por medio de ellos, puedan discernir la verdad y regocijarse en ella.

Pero el pueblo de Dios está adormecido a su bien presente y eterno. El Señor les dice: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”. Isaías 60:1. Les desea que vayan a trabajar en unidad, en fe, en amor. Desea que la obra de reforma comience en el hogar, con los padres y las madres, y entonces la iglesia se dará cuenta de que el Espíritu Santo está trabajando. La influencia de esta obra se extenderá a través de la iglesia como la levadura. Los padres y las madres necesitan convertirse. No se han educado para formar y modelar los caracteres de sus hijos en forma conveniente.

Como ministros de Dios, queridos padres, deben usar los preciosos momentos de tiempo que quedan para hacer la obra que él les ha dejado. Dios desea que, por medio de métodos sabios en su hogar, instruyan a sus hijos para él. Aprendan de Jesús, sean hacedores de la Palabra...

Los niños necesitan que la religión sea algo atractivo, no repulsivo. La hora del culto familiar debería ser la más feliz del día. Que la lectura de las Escrituras esté bien elegida y que sea sencilla; que los niños se unan en el canto, y que las oraciones sean cortas y al punto... Consideren... que están en el servicio de Dios, que tienen acceso a Aquel que es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.—The Review and Herald, 18 de marzo de 1902.

lunes, noviembre 05, 2012

Pensamiento Del Día

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Mateo 7:24. 
Que los miembros de cada familia tengan siempre en cuenta que están íntimamente unidos con el cielo. El Señor tiene un interés especial en la familia de sus hijos terrenales. Los ángeles ofrecen el humo del fragante incienso de las oraciones de los santos. Por lo tanto, que en cada familia la oración ascienda hacia el cielo, tanto a la mañana como en la hora fresca de la puesta de sol, presentando delante del Señor los méritos del Salvador en favor de nosotros. Mañana y noche, el universo celestial toma nota de cada familia que ora.

Antes de salir de casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser convocada y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar con fervor a Dios que los guarde durante el día. Acudan con humildad con un corazón lleno de ternura presintiendo las tentaciones y los peligros que les acechan a ustedes y a sus hijos, y por la fe aten a estos últimos al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor. Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios...

En cada familia debería haber una hora fija para los cultos matutino y vespertino. ¿No conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día? ¿No es propio también, cuando llega el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?

El culto familiar no debiera ser gobernado por las circunstancias. No han de orar ocasionalmente y descuidar la oración en un día de mucho trabajo. Al hacer esto, inducen a sus hijos a considerar la oración como algo no importante. La oración significa mucho para los hijos de Dios, y las acciones de gracias debieran elevarse mañana y noche delante de Dios...

No pasemos por alto nuestras obligaciones hacia Dios al esforzarnos por atender la comodidad y felicidad de nuestros huéspedes. Ninguna consideración debería hacernos desatender la hora de la oración. No hablen ni se entretengan con otras cosas hasta el punto de estar todos demasiado cansados para gozar de un momento de devoción. Hacer esto es presentar a Dios una ofrenda imperfecta. Deberíamos presentar nuestras súplicas y elevar nuestras voces en alabanza feliz y agradecida, a una hora temprana de la noche, cuando podamos orar sin prisa e inteligentemente.—Conducción del Niño, 491-493.

domingo, noviembre 04, 2012

Pensamiento Del Día

Y por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puestos por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Deuteronomio 7:12.
Por alguna razón, a muchos padres les desagrada el dar instrucción religiosa a sus hijos; y los dejan obtener de la Escuela Sabática el conocimiento que es su privilegio y deber impartir. Estos padres no cumplen con la responsabilidad que se les ha impuesto: el dar a sus hijos una educación completa. Dios ordena hoy a su pueblo que críe a sus hijos en el nutrimento y la admonición del Señor...

Padres, sean sencillas las instrucciones que dan a sus hijos, y asegúrense de que las comprenden claramente. Las lecciones que aprenden de la Palabra de Dios deben presentarlas a su mente juvenil con tal claridad, que no puedan dejar de comprenderlas. Por medio de sencillas lecciones sacadas de la Palabra de Dios y de su propia experiencia, pueden enseñarles a conformar su vida a la norma más alta. Aun en la infancia y la adolescencia pueden aprender a vivir vidas llenas de reflexión y fervor, vidas que den una rica mies de bien.

Dios debe ser honrado en todo hogar cristiano con los sacrificios matutinos y vespertinos de oración y alabanza. Debe enseñarse a los niños a respetar y a reverenciar la hora de oración. Es deber de los padres cristianos levantar mañana y noche, por medio de oración ferviente y fe perseverante, un cerco en derredor de sus hijos.

En la iglesia del hogar los niños han de aprender a orar y a confiar en Dios. Enséñenles a repetir la ley de Dios. Así se instruyó a los israelitas acerca de los mandamientos: “Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Deuteronomio 6:7.

Vengan con humildad, con un corazón lleno de ternura, con una comprensión de las tentaciones y los peligros que hay delante de ustedes mismos y de sus hijos; por la fe vincúlenlos al altar, suplicando el cuidado del Señor por ellos. Eduquen a los niños a ofrecer sus sencillas palabras de oración. Díganles que Dios se deleita en que lo invoquen.

¿Pasará por alto el Señor del cielo tales hogares, sin dejar una bendición en ellos? No, por cierto. Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios. Ellos oyen las alabanzas ofrecidas y la oración de fe, y llevan las peticiones a Aquel que ministra en el Santuario en favor de su pueblo y ofrece sus méritos en su favor.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 104-106 (edición de 1991).

sábado, noviembre 03, 2012

Pensamiento Del Día

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados. Salmos 40:5.
Deben enseñar a sus hijos a ser bondadosos, serviciales, accesibles a las súplicas y, sobre todo lo demás, respetuosos de las cosas religiosas, y deben sentir la importancia de los requerimientos de Dios. Se les debe enseñar a respetar la hora de la oración; se debe exigir que se levanten por la mañana para estar presentes en el culto familiar.

El padre, que es el sacerdote de su casa, debiera dirigir los cultos matutino y vespertino. No hay razón para que éste no sea el ejercicio más interesante y agradable de la vida hogareña, y Dios es deshonrado cuando se lo hace seco y tedioso. Sean cortas y animadas las reuniones del culto familiar. No permitan que sus hijos o cualquier otro miembro de la familia les tengan miedo por ser tediosos o faltos de interés. Cuando se lee un capítulo largo y se lo explica y se eleva una larga oración, este precioso servicio se hace cansador y es un alivio cuando termina.

 Los jefes de la familia debieran ocuparse especialmente de que la hora del culto sea sumamente interesante. Dedicándole algo de atención y cuidadosa preparación, cuando nos presentamos ante la presencia de Dios, el culto familiar podrá ser agradable y estará lleno de resultados que únicamente revelará la eternidad...

Elija el padre una porción de las Escrituras que sea interesante y fácil de entender; serán suficientes unos pocos versículos para dar una lección que pueda ser estudiada y practicada durante el día... Por lo menos debieran cantarse unas pocas estrofas de un himno animado, y la oración debe elevarse corta y al punto. El que dirige en oración no debiera orar por todas las cosas, sino que debiera expresar sus necesidades con palabras sencillas y su alabanza a Dios con gratitud.

Para despertar y fortalecer el amor hacia el estudio de la Biblia, mucho depende del uso que se haga de la hora del culto. Las horas del culto matutino y las del vespertino deberían ser las más dulces y útiles del día. Entiéndase que no deben interponerse a esa hora pensamientos inquietos y faltos de bondad; reúnanse los padres y los niños para encontrarse con Jesús y para invitar a los santos ángeles a estar presentes en el hogar.

 Los cultos deberían ser breves y llenos de vida, adaptados a la ocasión y variados. Todos deberían tener parte en la lectura de la Biblia, aprender y repetir a menudo la ley de Dios. Los niños tendrán más interés si a veces se les permite que escojan la lectura.—Conducción del Niño, 493, 494.

viernes, noviembre 02, 2012

Pensamiento Del Día

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Filipenses 2:1, 2. 
Recuerdo bien cómo cuando estábamos viviendo en Carrol House [en Takoma Park, Maryland], cerca de la torre del agua, los jóvenes que trabajaban en el terreno del colegio se reunían en una gran sala en esta casa a las 5 y media cada mañana para el culto familiar. Al adorar a Dios juntos, sabíamos que el Espíritu Santo estaba entre nosotros.

Buscábamos al Señor con todo el corazón y él estaba muy cerca de nosotros. Presentábamos la promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” Mateo 7:7 ¿No es esta seguridad lo suficientemente fuerte? Llevábamos esta promesa con nosotros al lugar de oración, pidiendo al Señor que nos guiara y dirigiera en la obra que se iba a hacer aquí... Si alguno de ustedes tiene una fe débil, recuerde que es porque no trabaja sobre el lado positivo. De nada nos vale pensar que podemos llevar adelante la gloriosa obra de Dios sin una fe fuerte e inquebrantable. El mundo está llegando a ser rápidamente como fue en los días de Noé. Satanás está trabajando con esfuerzos intensos, sabiendo que le queda poco tiempo. La maldad prevalece en una forma espantosa. El pueblo de Dios es apenas un puñado comparado con los impíos, y sólo podremos obtener éxito en la medida en que cooperemos con los ángeles celestiales, quienes irán delante de todos los que avanzan para hacer lo que Dios ha dicho que debe ser hecho...

Cuando pienso en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, digo: “Alabado sea Dios, de quien fluyen todas las bendiciones”. Mientras se abre la obra en varios lugares, que siempre podamos recordar que tenemos que tirar en forma pareja. Los que se han educado a sí mismos para permanecer sobre el lado negativo, deberían arrepentirse y convertirse sin demora... Recuerden que cuando permanecen sobre el lado negativo, acusando y condenando, dan lugar a las agencias del poder de las tinieblas. Tiene que gastarse un tiempo precioso luchando contra esas agencias, porque hubo quienes rehusaron colocarse en el lado positivo...

“Nada hagáis por contienda o por vanagloria” Filipenses 2:3. Satanás está detrás de toda contienda y vanagloria. Abandonemos su compañía y permanezcamos con los que dicen: “La victoria es para nosotros, y nos aferraremos al brazo de la omnipotencia”.—The Review and Herald, 15 de junio de 1905.

jueves, noviembre 01, 2012

Pensamiento Del Día

De mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos los días. Salmos 90:14.
Si los hijos de Dios quisieran reconocer cómo los trata él y aceptasen sus enseñanzas, sus pies hallarían una senda recta, y una luz los conduciría a través de la oscuridad y el desaliento. David aprendió sabiduría de la manera en que Dios lo trató, y se postró con humildad bajo el castigo del Altísimo. La descripción fiel que de su verdadero estado hizo el profeta Natán, le dio a conocer a David sus propios pecados y le ayudó a desecharlos. Aceptó mansamente el consejo y se humilló delante de Dios. “La ley de Jehová”, exclamó él, “es perfecta, que convierte el alma”. Salmos 19:7.

Los pecadores que se arrepienten no tienen motivo para desesperar porque se les recuerden sus transgresiones y se los amoneste acerca de su peligro. Los mismos esfuerzos hechos en su favor demuestran cuánto los ama Dios y desea salvarlos. Ellos sólo deben pedir su consejo y hacer su voluntad para heredar la vida eterna. Dios presenta a su pueblo que yerra los pecados que comete con el fin de que vea su enormidad según la luz de la verdad divina. Entonces, su deber es renunciar a ellos para siempre.

Dios es hoy tan poderoso para salvar del pecado como en los tiempos de los patriarcas, de David y de los profetas y apóstoles. La multitud de casos registrados en la historia sagrada, en los cuales Dios libró a su pueblo de sus iniquidades, deben hacer sentir al cristiano de esta época el anhelo de recibir instrucción divina y celo para perfeccionar un carácter que soportará la detenida inspección del juicio.

La historia bíblica sostiene al corazón que desmaya con la esperanza de la misericordia divina. No necesitamos desesperarnos cuando vemos que otros lucharon con desalientos semejantes a los nuestros, o que cayeron en tentaciones como nosotros, pues aun así recobraron sus fuerzas y recibieron bendición de Dios. Las palabras de la inspiración consuelan y alientan al alma que yerra.

Aunque los patriarcas y los apóstoles estuvieron sujetos a las flaquezas humanas, por la fe obtuvieron buen renombre, pelearon sus batallas con la fuerza del Señor y vencieron gloriosamente. Así también podemos nosotros confiar en la virtud del sacrificio expiatorio y ser vencedores en el nombre de Jesús. La humanidad fue humanidad en todas partes del mundo, desde el tiempo de Adán hasta la generación actual; y a través de todas las edades el amor de Dios no tiene parangón.—Joyas de los Testimonios 1:442, 443.

miércoles, octubre 31, 2012

Pensamiento Del Día,

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20. 
Nuestro cuerpo pertenece a Dios. Él pagó el precio de la redención por el cuerpo como también por el alma... El Creador vigila la maquinaria humana, manteniéndola en movimiento. Si no fuera por su cuidado constante, cesarían nuestras pulsaciones, la acción del corazón se detendría y el cerebro no desempeñaría su labor por más tiempo.

El cerebro es el órgano e instrumento de la mente, y controla todo el cuerpo. Para que las otras partes del organismo estén saludables, el cerebro debe tener salud. Y para que el cerebro tenga salud, la sangre debe estar pura. Si por medio de hábitos correctos de comer y beber la sangre se mantiene pura, el cerebro se nutrirá en forma adecuada.

Es la falta de una acción armoniosa en el organismo humano lo que ocasiona la enfermedad. La imaginación puede controlar las otras partes del cuerpo para su propio mal. Todas las partes del organismo deben funcionar armoniosamente. Las diferentes partes del cuerpo, especialmente las alejadas del corazón, deben recibir una libre circulación de la sangre. Las extremidades realizan una actividad importante, y deben recibir una atención esmerada.

Dios es el gran Cuidador de la maquinaria humana. En el cuidado de nuestro cuerpo debemos cooperar con él. El amor por Dios es esencial para la vida y la salud... Para tener una salud perfecta, nuestro corazón debe rebosar de amor, esperanza y gozo...

Los que aplican toda su alma a la obra médico-misionera, que trabajan incansablemente en peligros, en privaciones, en vigilias, en cansancio y en dolores, corren el riesgo de olvidar que deben ser guardianes fieles de sus propias facultades mentales y físicas. No deben permitirse recargo de trabajo. Pero están llenos de celo y dedicación y algunas veces actúan imprudentemente, colocando sobre sus hombros una carga muy pesada. A menos que tales obreros hagan un cambio, el resultado será la enfermedad y el quebranto...

Tenemos un llamamiento tanto más elevado que los egoístas intereses comunes, cuanto los cielos son más altos que la tierra. Pero este pensamiento no debe inducir a los siervos de Dios, dispuestos y trabajadores, a llevar todas las cargas que puedan colocar sobre ellos mismos sin tomar períodos de reposo.—El ministerio médico, 387-389.

martes, octubre 30, 2012

Pensamiento Del Día

No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos. Proverbios 3:7, 8. 
Una mente contenta y un espíritu alegre son salud para el cuerpo y fortaleza para el alma. No hay causa de enfermedad tan fructífera como la depresión, la lobreguez y el pesar. La depresión mental es terrible...

El aire, esa preciosa bendición del cielo que todos podemos disfrutar, nos beneficiará con su influencia bienhechora si tan sólo se lo permitimos. Debemos darle la bienvenida al aire, cultivar un cariño por él, y nos daremos cuenta de que es un bálsamo precioso para los nervios. El aire debe estar en constante circulación para mantenerse puro. La influencia del aire puro y fresco permite que la sangre circule saludablemente a través del sistema. Además refresca el cuerpo y promueve la buena salud. Su influencia abarca la mente y le imparte cierto grado de compostura y serenidad. El aire puro despierta el apetito, permite una digestión más completa de los alimentos, e induce un sueño más sereno y profundo.

Las consecuencias de vivir en habitaciones cerradas y mal ventiladas son éstas: el organismo se debilita y pierde la salud, la circulación de la sangre se hace más lenta en el cuerpo porque no está purificada ni vitalizada por el limpio y vigorizante aire del cielo...

¿Cree usted que el fin de todas las cosas se acerca, que las escenas de la historia de esta tierra se están cerrando rápidamente? Si es así, muestre su fe por sus obras...

“La fe sin obras está muerta”. Santiago 2:26. Pocos tienen esa fe genuina que obra por amor y purifica el alma. Pero todos los que sean contados dignos de la vida eterna deben obtener una idoneidad moral para esa vida. “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”. 1 Juan 3:2, 3. Esta es la obra que está ante usted, y usted no tendrá demasiado tiempo extra si se ocupa en la obra con toda su alma.—Testimonies for the Church 1:702-705.

lunes, octubre 29, 2012

Pensamiento Del Día

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 1 Corintios 6:19. 
La salud es un gran tesoro. Es la más rica posesión que los mortales tienen. Si se adquiere riqueza, honor o conocimiento a costa de la salud, se está pagando un precio muy alto. Ninguno de estos logros puede dar felicidad si se carece de salud. Abusar de la salud que Dios nos ha dado es un pecado terrible, porque cada vez que abusamos de ella nos incapacitamos para hacerle frente a la vida, aunque hayamos obtenido una educación esmerada... En muchos casos, la pobreza es una bendición, porque evita que jóvenes y niños sean arruinados por la inactividad. Las facultades físicas y mentales deben ser cultivadas y desarrolladas adecuadamente. La preocupación básica y constante de los padres debiera ser que sus hijos tengan cuerpos bien desarrollados, de modo que lleguen a ser hombres y mujeres saludables. Es imposible que este objetivo se alcance sin ejercicio físico.

Para beneficio de su salud física y moral, aunque no se tenga necesidad económica, a los niños se les debe enseñar a trabajar. Si han de poseer caracteres puros y virtuosos, deben tener la disciplina de un trabajo bien regulado que ejercite todos los músculos. La satisfacción que los niños tendrán al sentirse útiles y al negarse a sí mismos para ayudar a otros, será el placer más saludable que puedan experimentar... El trabajo físico no impedirá el desarrollo del intelecto. Al contrario, los beneficios recibidos por causa del trabajo físico mantendrán el equilibrio de la persona e impedirán que la mente se sobrecargue. Los músculos realizarán el trabajo trayendo alivio al cerebro cansado...

Para ser una señorita no se necesita ser una chica inútil, que habla sin ton ni son, que viste en forma exagerada y actúa en forma ridícula. Para tener un intelecto saludable se requiere un cuerpo sano. La salud física y un conocimiento práctico de todos los quehaceres del hogar, nunca le harán sombra a un intelecto bien desarrollado; ambos son de suma importancia para una señorita.—Consejos sobre la Salud, 182-185.

Todos los poderes de la mente deberían ser puestos en ejercicio y desarrollados, para que los seres humanos tengan mentes bien equilibradas. El mundo está lleno de hombres y mujeres desequilibrados que han llegado a ese estado porque cultivaron un conjunto de sus facultades, mientras otras se empequeñecieron por la inactividad... Si [la mente humana] no es activa en la dirección correcta, será activa en la incorrecta. Y para preservar el equilibrio de la mente, en nuestras escuelas debe unirse el trabajo con el estudio.—Counsels on Education, 20-23 (edición de 1968).

domingo, octubre 28, 2012

Pensamiento Del Día

¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija de mi pueblo? Jeremías 8:22
Todos somos probados en este tiempo. Hemos sido bautizados en Cristo; y si estamos dispuestos a separarnos de todo aquello que tienda a degradarnos y hacernos lo que no debemos ser, recibiremos fuerza para crecer en Cristo, nuestra cabeza viviente, y veremos la salvación de Dios.

Sólo cuando demostremos ser inteligentes tocante a los principios de una vida sana, podremos discernir los males que resultan de un régimen alimentario impropio. Quienes habiéndose percatado de sus errores tengan el valor de modificar sus costumbres, encontrarán que la reforma exige luchas y mucha perseverancia. Pero una vez que hayan adquirido gustos sanos, verán que el consumo de la carne, en el que antes no veían mal alguno, preparaba lenta pero seguramente la dispepsia y otras enfermedades.

Padres y madres, oren y velen. Guárdense mucho de la intemperancia en cualesquiera de sus formas. Enseñen a sus hijos los principios de una verdadera reforma pro salud. Enséñenles lo que deben evitar para conservar la salud. La ira de Dios ya ha comenzado a caer sobre los rebeldes. ¡Cuántos crímenes, cuántos pecados y prácticas inicuas se manifiestan por todas partes! Como denominación, debemos preservar con cuidado a nuestros hijos de toda compañía depravada.

Deben hacerse más esfuerzos para enseñar a la gente los principios de la reforma pro salud. Deberían instituirse clases culinarias para dar a las familias instrucciones tocantes al arte de preparar alimentos sanos. Las personas jóvenes y las de edad adulta deberían aprender a cocinar con mayor sencillez. En todo lugar donde la verdad sea presentada, debe enseñarse a la gente a preparar alimentos de un modo sencillo a la vez que apetitoso. Se les debe demostrar que un régimen nutritivo puede ser alcanzado sin hacer uso de la carne...

Se requiere mucho tacto y juicio para preparar un régimen nutritivo destinado a reemplazar el que seguían antes las personas que ahora están aprendiendo a seguir la reforma pro salud. Se necesita fe en Dios, una voluntad firme y el deseo de ser útiles. Un régimen deficiente arroja descrédito sobre la reforma pro salud. Somos mortales, y debemos proveer a nuestros cuerpos una alimentación fortificante.—Joyas de los Testimonios 3:360, 361.

sábado, octubre 27, 2012

Pensamiento Del Día

He aquí yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Jeremías 33:6. 
Los principios del sano vivir tienen una gran importancia para nosotros como individuos y como pueblo. Cuando me llegó el mensaje de la reforma pro salud, yo era débil y predispuesta a frecuentes desmayos. Suplicaba al Señor que me ayudara, y él me presentó el vasto plan de la reforma pro salud. Me mostró que los que guardan sus mandamientos deben entrar en una relación sagrada con él, y por medio de la temperancia en el comer y el beber, guardar su cuerpo y su mente en las condiciones más favorables para servirle...

No prescribimos un régimen definido, pero decimos que en los países donde abundan las frutas, los cereales y las nueces [frutos secos: nueces, almendras, avellanas, etc.], la carne no es el alimento adecuado para el pueblo de Dios. Se me ha indicado que la carne propende a animalizar la naturaleza, a despojar a los hombres y a las mujeres del amor y la simpatía que debieran sentir por cada cual, y hace predominar las pasiones bajas sobre las facultades más elevadas del ser. Si el comer carne fue alguna vez saludable, no lo es ahora. Los cánceres, los tumores y las enfermedades pulmonares se deben mayormente a la costumbre de comer carne.

No hacemos del consumo de la carne una condición para la admisión de los miembros; pero debiéramos considerar la influencia que ejercen sobre otros los creyentes profesos que usan carne. Como mensajeros de Dios, ¿no diremos al pueblo: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” 1 Corintios 10:31? ¿No daremos un testimonio decidido contra la complacencia del apetito pervertido? ¿Quiere cualquiera de los que son ministros del evangelio, y que proclaman la verdad más solemne que haya sido dada a los mortales, dar el ejemplo de volver a las ollas de Egipto? ¿Quieren los que son sostenidos por el diezmo de la tesorería de Dios permitir que la gula envenene la corriente vital que fluye por sus venas? ¿Harán caso omiso de la luz y las amonestaciones que Dios les ha dado?

La salud del cuerpo debe considerarse como esencial para el crecimiento en la gracia y la adquisición de un carácter templado. Si no se cuida debidamente el estómago, será trabada la formación de un carácter moral íntegro. El cerebro y los nervios están en relación íntima con el estómago. De los errores practicados en el comer y beber resultan pensamientos y hechos erróneos.—Joyas de los Testimonios 3:359, 360.

viernes, octubre 26, 2012

Pensamiento Del Día

Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Filipenses 1:20. 
Hoy hay muchos bajo la sombra de la muerte que se habían preparado para hacer una obra en favor del Maestro, pero que no sientieron la responsabilidad sagrada de observar las leyes de la salud. Las leyes del organismo físico son en la verdad las leyes de Dios; pero este hecho parece haber sido olvidado. Algunos se limitaron a un régimen que no podía mantenerlos en buena salud. No proveyeron alimentos nutritivos para reemplazar las sustancias perjudiciales; y no consideraron que para preparar satisfactoriamente los alimentos hay que ejercer ingenio. El organismo tiene que ser debidamente nutrido con el fin de poder realizar su obra...

Hay muchos en el mundo que complacen hábitos perniciosos. El apetito es la ley que los gobierna. Y debido a sus hábitos erróneos, el sentido moral se oscurece y el poder de discernir cosas sagradas se destruye en gran medida... Es necesario que los cristianos sean estrictamente temperantes. Deben colocar la norma alta. Es esencial la temperancia en el comer, el beber y el vestir. Los principios deben tener la primacía en lugar del apetito o el antojo...

Significa mucho ser leal a Dios. Él tiene derechos sobre todos los que están empeñados en su servicio. Él desea que la mente y el cuerpo sean preservados en la mejor condición de salud, y que toda facultad y atributo se hallen bajo el dominio de lo divino, y que sean tan vigorosos como los hábitos de cuidado y estricta temperancia puedan hacerlos. Estamos bajo una obligación ante Dios: la de hacer una consagración sin reserva de nosotros mismos a él, en cuerpo y alma, con todas las facultades apreciadas como dones que él nos confiara, para ser empleados en su servicio. Todas nuestras energías y capacidades han de ser constantemente fortalecidas y mejoradas durante este período de prueba...

Si podemos despertar la sensibilidad moral de nuestros hermanos sobre el tema de la temperancia, se ganará una gran victoria. Ha de enseñarse y practicarse la temperancia en todas las cosas de esta vida. La temperancia en el comer, el beber, el dormir y el vestir es uno de los grandes principios de la vida religiosa. La verdad colocada en el santuario del alma guiará en el tratamiento del cuerpo. Nada que concierna a la salud del agente humano ha de considerarse con indiferencia. Nuestro bienestar eterno depende del uso que hagamos durante esta vida de nuestro tiempo, nuestra energía y nuestra influencia.—The Review and Herald, 11 de junio de 1914. Ver también Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 250, 185, 186.

jueves, octubre 25, 2012

Pensamiento Del Día

Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. Isaías 65:21, 22. 
Ahora, como en los días de Israel, todo joven debe ser instruido en los deberes de la vida práctica. Cada uno debe adquirir cierto conocimiento de algún ramo manual por medio del cual, si fuera necesario, pudiese ganarse la vida. Esto es esencial, no sólo como una salvaguardia contra las vicisitudes de la vida, sino por su influencia sobre el desarrollo físico, mental y moral. Aun cuando fuese seguro de que uno no habría de necesitar recurrir al trabajo manual para su sustento, se le debiera enseñar a trabajar. Sin ejercicio físico, nadie puede tener una constitución sana y salud vigorosa; y la disciplina del trabajo bien regulado no es menos esencial para obtener un espíritu fuerte y activo que para adquirir un carácter noble.

Los alumnos que han obtenido conocimiento de los libros sin adquirir un conocimiento del trabajo práctico no pueden aseverar que tienen una educación simétrica. Las energías que debieran haberse consagrado a los quehaceres de los diversos ramos, han sido descuidadas. La educación no consiste en usar solamente el cerebro. El trabajo físico también es parte de la educación esencial para todo joven. Falta una fase importante de la educación si no se enseña al alumno a dedicarse a un trabajo útil.

El ejercicio saludable de todo el ser dará una educación amplia y abarcante. Todo estudiante debe dedicar una parte de cada día al trabajo activo. Así adquirirá hábitos de laboriosidad y se fomentará en él un espíritu de confianza propia, y al mismo tiempo estará a salvo de muchas prácticas malas y degradantes que son a menudo el resultado de la ociosidad. Y todo esto está de acuerdo con el objetivo primordial de la educación, porque al estimular la actividad, la diligencia y la pureza, nos ponemos en armonía con el Creador...

La disciplina que para la vida práctica se obtiene del trabajo físico combinado con el esfuerzo mental, queda endulzada al reflexionar en que ella hace a la mente y al cuerpo más idóneos para cumplir la obra que Dios requiere que hagan los humanos. Cuanto más perfectamente sepan los jóvenes cumplir los deberes de la vida práctica, tanto mayor será el gozo que tendrán día tras día por ser útiles a otros. La mente educada para disfrutar del trabajo provechoso se amplía; por la preparación y la disciplina se hace idónea para ser útil; porque adquiere el conocimiento esencial que permite a su poseedor beneficiar a otros.—Mensajes para los Jóvenes, 175-177.

miércoles, octubre 24, 2012

Pensamiento Del Día

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. 1 Tesalonicenses 5:23. 
El apóstol nos suplica: “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo agradable a Dios, que es vuestro culto racional”...

Cuando practicamos un régimen de comida y bebida que disminuye el vigor mental y físico, o somos hechos presa de hábitos que tienden hacia ese resultado, deshonramos a Dios, porque le robamos el servicio que él exige de nosotros. Los que adquieren y fomentan el apetito artificial por el tabaco, lo hacen a expensas de la salud. Están destruyendo la energía nerviosa, cercenando la fuerza vital y sacrificando la fortaleza mental.

Los que profesan ser seguidores de Cristo y tienen este terrible pecado en la puerta, no pueden tener una elevada apreciación de la expiación y una alta estima de las cosas eternas. Las mentes que están ofuscadas y parcialmente paralizadas por sustancias malsanas, son vencidas fácilmente por la tentación, y no pueden gozar de la comunión con Dios.

Los que fuman tienen argumentos muy pobres para disuadir al adicto al alcohol. Dos tercios de los borrachos de nuestro país contrajeron el vicio del licor por causa del hábito de fumar. Los que aseguran que el tabaco no les perjudica pueden convencerse de su error absteniéndose del mismo durante unos pocos días: los nervios agitados, la cabeza aturdida y la irritabilidad que sienten les probarán que esta complacencia pecaminosa los ha reducido a la servidumbre. Ha vencido el poder de su voluntad. Son esclavos de un vicio terrible en sus resultados...

Dios requiere que su pueblo sea templado en todas las cosas. El ejemplo de Cristo, durante su largo ayuno en el desierto, debería enseñar a sus seguidores a rechazar a Satanás cuando viene bajo el disfraz del apetito. Entonces podrían tener influencia para reformar a los que han sido extraviados por la indulgencia, y han perdido el poder moral para vencer la debilidad y el pecado que han tomado posesión de ellos. Así los cristianos pueden asegurarse su salud y felicidad en una vida pura y bien ordenada, y con una mente clara y sin mancha delante de Dios.—The Signs of the Times, 6 de enero de 1876. Ver también La Temperancia, 57, 64, 55, 142.

martes, octubre 23, 2012

Pensamiento Del Día

O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce al árbol. Mateo 12:33. 
Adán y Eva en el Edén eran de noble estatura, y perfectos en simetría y belleza. Eran sin pecado y tenían perfecta salud. ¡Qué contraste con la raza humana actual! La belleza ha desaparecido. La perfecta salud es desconocida. Doquiera que miremos vemos enfermedad, deformidad e imbecilidad...

Desde la caída ha existido la intemperancia en todas sus formas. El apetito ha dominado a la razón. La familia humana ha seguido una conducta de desobediencia, y como Eva, ha sido engañada por Satanás para descuidar las prohibiciones que Dios ha establecido, haciéndose la ilusión de que las consecuencias no serían tan terribles como se había creído. La familia humana ha violado las leyes de la salud y ha ido a los excesos en casi todo. La enfermedad ha estado aumentando firmemente. La causa ha sido seguida por el efecto.

Dios dio a nuestros padres los alimentos que él se propuso que debía comer la raza humana. Era contrario a su plan quitar la vida de alguna criatura. No debía haber muerte en el Edén. Los frutos de los árboles del jardín constituían el alimento que requerían sus necesidades. Dios no le dio permiso para comer animales hasta después del diluvio...

Muchos se maravillan de que la humanidad haya degenerado tanto, física, mental y moralmente. No entienden que es la violación de la constitución y las leyes de Dios, y la transgresión de las leyes de la salud, lo que ha producido esta triste degeneración. La transgresión de los mandamientos de Dios ha hecho que el Señor retrajera su mano que imparte prosperidad. La intemperancia en el comer y el beber, y la complacencia de las bajas pasiones, ha entumecido las delicadas sensibilidades de manera que las cosas sagradas han sido puestas al nivel de las cosas humanas...

Muchos han esperado que Dios los preservara de la enfermedad meramente porque le pidieron que lo hiciera. Pero Dios no escuchó sus oraciones, porque su fe no se perfeccionó por medio de las obras... Dios no obrará un milagro para preservar de la enfermedad a quienes no se cuidan a sí mismos, sino que están continuamente violando las leyes de la salud y no hacen ningún esfuerzo para prevenir la enfermedad.—The Review and Herald, 2 de abril de 1914. Ver Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 171, 95, 73, 29.

lunes, octubre 22, 2012

Pensamiento Del Día

Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú y también este pueblo... porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo. Éxodo 18:17, 18. 
Cuando hacemos todo lo que está de nuestra parte para tener salud, entonces podemos esperar que sigan benditos resultados, y podemos pedir a Dios con fe que bendiga nuestros esfuerzos para la preservación de la salud. Él entonces contestará nuestra oración si su nombre puede ser glorificado por ello. Pero entiendan todos que tienen una obra que hacer. Dios no obrará de una manera milagrosa para preservar la salud de personas que están siguiendo una conducta que los lleva con seguridad a la enfermedad.

Una cuidadosa conformidad de nuestra parte a las leyes que Dios ha implantado en nuestro ser, asegurará la salud, y no se producirá un quebrantamiento de la constitución. Muchos me han preguntado: ¿Cuál es el mejor proceder que puedo seguir para conservar mi salud? Mi respuesta es la siguiente: Dejen de transgredir las leyes de su ser; dejen de gratificar un apetito depravado; coman alimentos sencillos; vístanse en forma saludable, lo cual exigirá modesta sencillez; trabajen en forma sana, y no estarán enfermos... Muchos están sufriendo como consecuencia de la transgresión de sus padres. No pueden ser censurados por los pecados de sus padres, pero no obstante es su deber indagar en qué punto violaron sus padres las leyes de su ser, y en dónde estuvieron equivocados los hábitos de sus padres. Entonces debieran cambiar su propio proceder y colocarse, por medio de hábitos correctos, en una relación mejor con la salud.

La acción armoniosa y saludable de todas las facultades del cuerpo y la mente produce felicidad; mientras más elevadas y limpias sean estas facultades, más pura y genuina será la felicidad. Una existencia sin propósitos es una muerte en vida. La mente debería preocuparse de los temas que se refieren a nuestros intereses eternos. Esto contribuirá a la salud del cuerpo y de la mente. El Señor se ha comprometido a mantener esta maquinaria viviente en funcionamiento saludable si el agente humano obedece sus leyes y colabora con Dios. El Señor le ha dado a su pueblo un mensaje en cuanto a la reforma pro salud. Esta luz ha estado brillando sobre su sendero por [muchos] años, y el Señor no puede sostener a sus siervos en un proceder que la contrarreste... La luz que Dios ha dado sobre la reforma pro salud no puede ser tratada con ligereza, sin perjuicio para los que intentan jugar con ella, y ningún ser humano puede esperar triunfar en la obra de Dios mientras, por precepto y por ejemplo, actúa en oposición a la luz que Dios ha enviado.—Healthful Living, 30-32 (1897) (, 1898).

domingo, octubre 21, 2012

Pensamiento Del Día

Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12. 
No hay uno en mil, casado o soltero, que se dé cuenta de la importancia de tener pureza de hábitos, para preservar la limpieza del cuerpo y la pureza de pensamiento. La dolencia y la enfermedad son el resultado seguro de la desobediencia a las leyes de la naturaleza y del descuido de las leyes de la vida y la salud. Necesitamos preservar la casa en la cual vivimos, para que pueda honrar a Dios que nos redimió. Necesitamos saber cómo mantener en buen estado la maquinaria viviente, para que nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu puedan estar consagrados a su servicio.

Como seres racionales somos lamentablemente ignorantes del cuerpo y de sus necesidades. Mientras las escuelas que hemos establecido se han dedicado al estudio de la fisiología, no han tomado la materia con esa energía resuelta con la que debieran tomarla. No han practicado inteligentemente lo que han recibido en conocimiento. Y no se dan cuenta de que, a menos que se practique eso, el cuerpo se deteriorará.

A pesar de toda la luz que brilla de las Escrituras sobre este tema; a pesar de las lecciones que tenemos en la historia de Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego; a pesar del resultado de un régimen alimentario sencillo y saludable, se hace poco caso de las lecciones escritas por aquellos a quienes Dios inspiró. Generalmente se descuidan los hábitos dietéticos de la gente; hay un aumento del uso del tabaco, de las bebidas alcohólicas y de sustentarse a base de carne...

Ustedes son la propiedad del Señor, suyos por creación y por redención. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Aquí se pone a la vista la ley del respeto de sí mismo para la propiedad del Señor. Y esto llevará a respetar las obligaciones bajo las que está cada ser humano para mantener en buen estado la maquinaria viviente que está tan formidable y maravillosamente hecha. Es necesario entender esta maquinaria viva. Cada parte de su maravilloso mecanismo debe ser estudiado cuidadosamente. Debe practicarse la preservación propia...

La transgresión de la ley física es la transgresión de la ley de Dios. Nuestro Creador es Jesucristo. Él es el Autor de nuestro ser. Él ha creado la estructura humana. Él es el Autor de las leyes físicas así como es el Autor de la ley moral. Y el ser humano que es descuidado en los hábitos y las prácticas que conciernen a su vida y salud físicas, peca contra Dios.—The Kress Collection, 45, 46.

sábado, octubre 20, 2012

Pensamiento Del Día

Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Éxodo 15:23, 24. 
El Señor tenía una lección para enseñarles a los hijos de Israel. Las aguas de Mara eran una lección objetiva, representando las enfermedades que se acarrearon los seres humanos por causa del pecado. No es misterio que los habitantes de la tierra están sufriendo de enfermedades de toda índole y tipo. Es porque transgreden la ley de Dios.

Así hicieron los hijos de Israel. Derribaron las barreras que Dios en su providencia había erigido para preservarlos de la enfermedad, con el fin de que pudieran vivir con salud y santidad y de esa manera aprendiesen obediencia en su caminar por el desierto. Viajaron bajo la dirección especial de Cristo, quien se había dado como sacrificio para preservar a un pueblo que siempre tuviera a Dios en su memoria, a pesar de las magistrales tentaciones de Satanás. Envueltos en la columna de nube guiadora, era el deseo de Cristo guardar bajo sus alas protectoras de cuidado a todos los que hicieran su voluntad.

No fue por casualidad que en su viaje los hijos de Israel llegaron a Mara. Antes que dejaran Egipto, el Señor comenzó sus lecciones de instrucción, para poder llevarlos a que se dieran cuenta de que él era su Dios, su Libertador, su Protector. Murmuraron contra Moisés y contra Dios, pero aún así el Señor trató de mostrarles que aliviaría todas sus perplejidades si querían mirarlo a él. Los males que encontraron y por los que pasaron eran parte del gran plan de Dios, por medio de los cuales deseaba probarlos.

Cuando llegaron a las aguas de Mara, “el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó”. Éxodo 15:24, 25. Aunque invisible a los ojos humanos, Dios era el líder de los israelitas, su poderoso Sanador. Él fue quien puso en el árbol las propiedades que endulzaron las aguas. De esa manera deseaba mostrarles que por medio de su poder podía curar los males del corazón humano.

Cristo es el gran Médico, no sólo del cuerpo sino del alma. Nos devuelve a nuestro Dios. Dios permitió que su Hijo unigénito fuera magullado, con el fin de que las propiedades curativas pudieran fluir de él para curar todas nuestras enfermedades.—Manuscript Releases, 29-31.

viernes, octubre 19, 2012

Pensamiento Del Día

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podáis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:13. 
Como pueblo, a pesar de que profesamos practicar la reforma pro salud, comemos demasiado. La complacencia del apetito es la causa más importante de la debilidad física y mental, y es el cimiento de la flaqueza que se nota por doquiera.

La intemperancia comienza en nuestras mesas, por causa del consumo de alimentos malsanos. Después de un tiempo, por causa de la complacencia continua del apetito, los órganos digestivos se debilitan y el alimento ingerido no satisface. Se establecen condiciones malsanas y se anhela ingerir alimentos más estimulantes. El té, el café y la carne producen un efecto inmediato. Bajo la influencia de estos venenos, el sistema nervioso se excita y, en algunos casos, el intelecto parece vigorizado momentáneamente y la imaginación resulta más vívida. Por el hecho de que estos estimulantes producen resultados pasajeros tan agradables, muchos piensan que los necesitan realmente, y continúan consumiéndolos.

Pero siempre hay una reacción. El sistema nervioso, habiendo sido estimulado indebidamente, obtuvo fuerzas de las reservas para su empleo inmediato. Todo este pasajero fortalecimiento del organismo va seguido de una depresión. En la misma proporción en que estos estimulantes vigorizan temporalmente el organismo, se producirá una pérdida de fuerzas de los órganos excitados después que pase el estímulo. El apetito se acostumbra a desear algo más fuerte, lo cual tenderá a aumentar la sensación agradable, hasta que satisfacerlo llega a ser un hábito y de continuo se desean estimulantes más fuertes, como el tabaco, los vinos y licores...

El principal motivo que tuvo Cristo para soportar aquel largo ayuno en el desierto fue enseñarnos la necesidad de la abnegación y la temperancia. Esta obra debe comenzar en nuestra mesa, y debe llevarse estrictamente a cabo en todas las circunstancias de la vida. El Redentor del mundo vino del cielo para ayudarnos en nuestras debilidades, para que, con el poder que Jesús vino a traernos, logremos fortalecernos para vencer el apetito y la pasión, y podamos ser vencedores en todo.—Joyas de los Testimonios 1:417-419.

jueves, octubre 18, 2012

Pensamiento Del Día

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Proverbios 1:7. 
No sólo se ha transmitido la enfermedad de padres a hijos, generación tras generación, sino que los padres legan a sus hijos sus propios hábitos erróneos, apetitos pervertidos y pasiones corruptas. Los hombres y las mujeres son lentos para aprender sabiduría de la historia del pasado. La extraña ausencia de principios que caracteriza a la generación actual, el descuido de las leyes de la vida y la salud, es asombroso. Aunque puede obtenerse fácilmente un conocimiento de estas cosas, prevalece, en cuanto a esto, una ignorancia deplorable.

La principal ansiedad de la mayoría es: “¿Qué comeré? ¿Qué beberé? ¿Con qué me vestiré?” A pesar de todo lo que se ha dicho y escrito sobre la importancia de la salud y los medios para conservarla, el apetito es la gran ley que generalmente gobierna a los hombres y a las mujeres.—The Review and Herald, 13 de diciembre de 1881.

¿Qué puede hacerse para detener la marea de enfermedad y crimen que está arrastrando a nuestra especie a la ruina y a la muerte? Como la gran causa del mal ha de hallarse en la complacencia del apetito y la pasión, la primera y gran obra de reforma debe ser aprender y poner en práctica las lecciones de la temperancia y el dominio propio.

Si ha de efectuarse un cambio permanente para el mejoramiento de la sociedad, la educación de las masas debe empezar en la época temprana de la vida. Es casi seguro que los hábitos formados en la infancia y la juventud, los gustos adquiridos, el dominio propio logrado, los principios inculcados desde la cuna, han de determinar el futuro del hombre o de la mujer. El crimen y la corrupción resultantes de la intemperancia y las costumbres relajadas podrían ser evitados por la debida educación de la juventud.

La salud física perfecta es una de las más grandes ayudas para formar en la juventud caracteres puros y nobles, fortaleciéndolos para dominar el apetito y refrenar los excesos degradantes; y, por otra parte, estos mismos hábitos de dominio propio son esenciales para el mantenimiento de la salud...

La juventud es, por excelencia, la época de almacenar los conocimientos que han de ser puestos diariamente en práctica durante toda la vida. La juventud es la época para establecer buenos hábitos, para corregir los malos ya contraídos, para lograr y mantener el poder del dominio propio y trazar el plan de acostumbrarse a la práctica de ordenar todos los actos de la vida de acuerdo con la voluntad de Dios y el bienestar de nuestros semejantes.—Mensajes para los Jóvenes, 231, 232.

miércoles, octubre 17, 2012

Pensamiento Del Día

¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura. Isaías 55:2. 
Algunos de nuestros miembros se abstienen concienzudamente de alimentos que no son higiénicos, pero no suministran a su organismo los elementos que necesita para sustentarse. Los que llevan al extremo la reforma pro salud corren el riesgo de preparar alimentos insípidos y que no satisfagan. Los alimentos deben ser preparados de modo que sean apetitosos y nutritivos. No debe despojárselos de lo que nuestro organismo necesita. Yo hago uso de un poco de sal y siempre lo he hecho, porque la sal, lejos de ser nociva, es indispensable para la sangre. Las legumbres debieran hacerse más agradables aderezándolas con un poco de leche o crema, o su equivalente.

Si bien se han dado advertencias con relación a los peligros de enfermedad que derivan de la mantequilla y al mal que ocasiona el uso copioso de huevos por parte de las criaturas, no debe considerarse como una violación de nuestros principios el consumo de huevos provenientes de gallinas bien cuidadas y convenientemente alimentadas. Los huevos contienen ciertos principios que obran eficazmente contra determinados venenos.

Algunos, al abstenerse de leche, huevos y mantequilla, no proveyeron a su cuerpo de una alimentación adecuada, y como consecuencia se han debilitado e incapacitado para el trabajo. De esta manera, la reforma pro salud ha sido desacreditada. La obra que nos hemos esforzado por levantar sólidamente se confunde con las extravagancias que Dios no ha ordenado, y las energías de la iglesia se ven estorbadas. Pero Dios intervendrá para contrarrestar los resultados de ideas tan extremistas. El propósito del evangelio es reconciliar a la raza pecaminosa. Debe llevar a pobres y a ricos a los pies de Jesús. Llegará el tiempo cuando tal vez tengamos que dejar algunos de los alimentos que usamos ahora, como la leche, la crema y los huevos; pero no necesitamos crearnos dificultades por restricciones prematuras y exageradas. Esperemos hasta que las circunstancias lo exijan y que el Señor prepare el camino...

No contrarrestemos la reforma pro salud al no reemplazar por manjares sanos y agradables los alimentos nocivos que hemos abandonado. En manera alguna debe fomentarse el uso de estimulantes. Comamos solamente alimentos sencillos y sanos, y demos gracias a Dios constantemente por los principios de la reforma pro salud. Seamos fieles e íntegros en todas las cosas y alcanzaremos preciosas victorias.—Joyas de los Testimonios 3:361-363.

martes, octubre 16, 2012

Pensamiento Del Día

Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios. 1 Corintios 10:31. 
El apóstol Pablo escribe: “¿No sabéis que todos los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser reprobado”. 1 Corintios 9:24-27.

Hay muchos en el mundo que complacen hábitos perniciosos. El apetito es la ley que los gobierna. Y debido a sus hábitos erróneos, el sentido moral es oscurecido y el poder de discernir cosas sagradas es destruido en gran medida. Pero es necesario que los cristianos sean estrictamente temperantes. Deben colocar la norma alta. La temperancia en el comer, el beber y el vestir es esencial. Los principios deben tener la primacía en lugar del apetito o el antojo. Los que comen demasiado, o que ingieren alimentos de una clase objetable, son fácilmente inducidos a la disipación, y a las otras “codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición”. 1 Timoteo 6:9. Los “colaboradores de Dios” deben usar todo ápice de su influencia para estimular la siembra de los verdaderos principios de la temperancia.

Significa mucho ser leal a Dios. Él tiene derechos sobre todos los que están empeñados en su servicio. Él desea que la mente y el cuerpo sean preservados en la mejor condición de salud, y que toda facultad y atributo se hallen bajo el dominio de lo divino, y que sean tan vigorosos como los hábitos de cuidado y estricta temperancia puedan hacerlos. Estamos bajo una obligación ante Dios: la de hacer una consagración sin reserva de nosotros mismos a él, en cuerpo y alma, con todas las facultades apreciadas como dones que él nos confiara, para ser empleados en su servicio.

Todas nuestras energías y capacidades han de ser constantemente fortalecidas y mejoradas durante este período de prueba. Solamente los que aprecian estos principios, y han sido educados a cuidar de sus cuerpos inteligentemente y en el temor de Dios, deben ser elegidos para asumir responsabilidades en esta obra... Toda iglesia necesita un testimonio claro y preciso, que dé a la trompeta un sonido certero.—Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 184, 185.

lunes, octubre 15, 2012

Pensamiento Del Día

Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19. 
Sólo el poder de Cristo puede obrar, en el corazón y la mente, la transformación que deben experimentar todos los que quieran participar con él de la nueva vida en el reino de los cielos... Para servirle convenientemente es necesario haber nacido del Espíritu divino. Entonces seremos inducidos a velar. Nuestro corazón será purificado, nuestra mente renovada, y recibiremos nuevas aptitudes para conocer y amar a Dios. Obedeceremos espontáneamente todos sus requerimientos. En esto consiste el culto verdadero.

Dios exige que su pueblo progrese constantemente. Debemos aprender que la satisfacción de nuestros apetitos es el mayor obstáculo que se opone a nuestro progreso intelectual y a la santificación del alma. No obstante todo lo que profesemos en lo que concierne a la reforma pro salud, algunos de entre nosotros se alimentan mal. El halago de los apetitos es la causa principal de la debilidad física y mental, del agotamiento y de las muertes prematuras. Toda persona que busca la pureza de la mente debe recordar que en Cristo hay un poder capaz de dominar los apetitos...

Los alimentos preparados basados en la carne perjudican la salud física, y debemos aprender a vivir sin ellos. Los que están en situación de seguir un régimen vegetariano, pero prefieren seguir sus propias inclinaciones en este asunto, comiendo y bebiendo como quieren, irán descuidando gradualmente la instrucción que el Señor ha dado tocante a otras fases de la verdad presente, perderán su percepción de lo que es verdad y, con toda seguridad, segarán lo que hayan sembrado...

Me dirijo tanto a los jóvenes como a los adultos y ancianos: Absténganse de las cosas que pueden dañarlos. Sirvan al Señor con sacrificio. Los niños deben participar con inteligencia en esta obra. Todos somos miembros de la familia del Señor; y él quiere que sus hijos ancianos y jóvenes resuelvan sacrificar sus apetitos y economizar el dinero necesario para construir capillas y sostener a misioneros.

Estoy comisionada para decir a los padres: Colóquense enteramente, alma y espíritu, del lado del Señor en este asunto. Debemos recordar en estos días de prueba que estamos en juicio delante del Señor del universo. ¿No renunciarán a las costumbres que les causan daño? Las palabras valen poco; muestren por sus actos de abnegación que quieren obedecer las órdenes que el Señor da a su pueblo peculiar.—The Review and Herald, 24 de febrero de 1910. Ver Joyas de los Testimonios 3:356-358.

domingo, octubre 14, 2012

Pensamiento Del Día

Compara luego nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de la ración de la comida del rey... Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. Daniel 1:13, 15. 
“Aestos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y las ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor. Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino”. Daniel 1:17-20.

Este registro contiene mucho de importancia sobre el tema de la reforma pro salud. En la experiencia de los cuatro jóvenes hebreos se da una lección acerca de la necesidad de abstenerse de todos los licores embriagantes y de la complacencia del apetito pervertido. La posición que tomaron esos jóvenes hebreos fue vindicada, y al fin de los diez días se los encontró más hermosos y mucho mejor en conocimiento que todo el resto de los jóvenes a quienes estaba examinando el rey.

En nuestros días, el Señor se complacería si los que se están preparando para la futura vida inmortal siguieran el ejemplo de Daniel y sus compañeros al procurar mantener la fuerza del cuerpo y la claridad de la mente. Cuanto más cuidadosos aprendamos a ser al tratar nuestros cuerpos, más rápidamente seremos capaces de evitar los males que están en el mundo por causa de la concupiscencia... Preguntémonos: “¿Cuál es el propósito de la educación superior?” ¿No es que podamos estar en una recta relación con Dios? La prueba de toda educación debería ser: ¿Es conveniente para nosotros mantener nuestra mente fija sobre el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús?...

Debemos aprender cómo nivelar el trabajo hecho por el cerebro, los huesos y los músculos. Si usted pone a trabajar las facultades de la mente, recargándolas con cargas pesadas, mientras no hace ejercicio con sus músculos, ese proceder contará su historia tan seguramente como el sabio proceder de los jóvenes hebreos contó su historia. Los padres deberían seguir una conducta consistente en la educación de sus hijos. Debe enseñarse a nuestros jóvenes desde su misma niñez a ejercitar de una manera proporcionada el cuerpo y la mente.—The General Conference Bulletin, 30 de mayo de 1909.

sábado, octubre 13, 2012

Pensamiento Del Día

Amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2 Corintios 7:1. 
Muchos sufren a causa de un severo recargo mental, que no ha sido aliviado mediante el ejercicio físico. El resultado es un deterioro de sus facultades, y una tendencia a evitar las responsabilidades. Lo que necesitan es un trabajo más activo. Esto no se limita sólo a los que tienen sus cabezas blancas con la escarcha del tiempo, sino también a los jóvenes que han caído en la misma condición y se han debilitado mentalmente. Los estrictos hábitos de temperancia, combinados con el ejercicio de los músculos, así como el de la mente, preservarán tanto el vigor mental como el físico, y darán poder de resistencia a los que están ocupados en el ministerio, a los redactores y a todos los que tengan hábitos sedentarios.

Los predicadores, maestros y alumnos no se enteran como debieran de la necesidad del ejercicio al aire libre. Descuidan este deber, que es de lo más esencial para la conservación de la salud. Se aplican detenidamente al estudio de los libros, e ingieren la alimentación de un trabajador manual. Con tales hábitos, algunos adquieren corpulencia porque el organismo está obstruido. Otros enflaquecen y se debilitan, porque sus fuerzas vitales se agotan con el trabajo de desechar el exceso de alimentos... Si el ejercicio físico se combinase con el mental, se apresuraría la circulación de la sangre, la acción del corazón sería más perfecta, las impurezas se eliminarían, y todo el cuerpo experimentaría nueva vida y vigor...

La obra en la cual estamos ocupados es sagrada... Es un deber que tenemos para con Dios el de guardar el espíritu puro, como templo del Espíritu Santo. Si el corazón y la mente están dedicados al servicio de Dios, obedeciendo todos sus mandamientos, amándolo con todo el corazón, el poder, la mente y la fortaleza, y a nuestros prójimos como a nosotros mismos, seremos hallados leales y fieles a los requerimientos del cielo.

Ahora estamos en el taller de Dios. Muchos de nosotros somos piedras ásperas sacadas de la cantera. Pero a medida que sintamos la influencia de la verdad de Dios, desaparecerá toda imperfección, y estaremos preparados para brillar como piedras vivas en el templo celestial, donde nos asociaremos no sólo con los santos ángeles, sino también con el mismo Rey del cielo. El estar consciente de obrar correctamente es la mejor medicina para los cuerpos y las mentes enfermas. La bendición especial de Dios que reposa sobre el que la recibe es salud y fortaleza. La persona cuya mente está tranquila y satisfecha en Dios, está en camino de la buena salud.—Christian Temperance and Bible Hygiene, 160, 161.

viernes, octubre 12, 2012

Pensamiento Del Día

Pero todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste se salvará. Pues, ¿qué aprovecha al hombre si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Lucas 9:24, 25. 
Se nos concede una sola vida; y la pregunta que cada uno debe hacerse es: “¿Cómo puedo invertir mis facultades de manera que rindan el mayor provecho? ¿Cómo puedo hacer más para la gloria de Dios y el beneficio de mis semejantes?” Pues la vida es valiosa sólo en la medida en que se la usa para el logro de estos propósitos.

Nuestro primer deber hacia Dios y nuestros semejantes es el desarrollo individual. Cada facultad con que el Creador nos ha dotado debemos cultivarla hasta el más alto grado de perfección, para realizar la mayor suma de bien de la cual seamos capaces. Por tanto, está bien invertido el tiempo que se usa en la adquisición y la conservación de la salud física o mental. No podemos permitirnos empequeñecer o inhabilitar ninguna función del cuerpo o de la mente. Con la misma seguridad con que lo hagamos, deberemos sufrir las consecuencias.

Cada persona tiene la oportunidad, en alto grado, de hacer de sí mismo lo que elija ser. Las bendiciones de esta vida, y también las del estado inmortal, están a su alcance. Puede formar un carácter de gran excelencia, y adquirir nueva fuerza a cada paso. Puede avanzar diariamente en conocimiento y sabiduría, consciente de que el progreso le proporcionará nuevas delicias, y añadir una virtud a otra, una gracia a otra... Su inteligencia, conocimiento y virtud se desarrollarán así para adquirir mayor fuerza y más perfecta simetría.

Por otra parte, puede permitir que sus facultades se herrumbren por falta de uso, o que sean pervertidas por malos hábitos, y por falta de dominio propio o de vigor moral y religioso. Entonces marcha hacia abajo; es desobediente a la ley de Dios y a las leyes de la salud. El apetito lo domina. La inclinación lo desvía. Le resulta más fácil permitir que los poderes del mal, que están siempre activos, lo arrastren hacia atrás que luchar contra ellos y avanzar. Sigue luego la disipación, la enfermedad y la muerte. Esta es la historia de muchas vidas que podrían haber sido útiles en la causa de Dios y la humanidad.—Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 15, 16.

jueves, octubre 11, 2012

Pensamiento Del Día

Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Éxodo 15:26. 
Cristo había sido Guía y Maestro del antiguo Israel, y le enseñó que la salud es la recompensa de la obediencia a las leyes de Dios. El gran Médico que sanó a los enfermos en Palestina había hablado a su pueblo desde la columna de nube, diciéndole lo que debían hacer y lo que Dios haría por ellos Éxodo 15:26... Cristo dio a Israel instrucciones definidas acerca de sus hábitos de vida y le aseguró: “Y quitará Jehová de ti toda enfermedad”. Deuteronomio 7:15. Cuando el pueblo cumplió esas condiciones, se le cumplió la promesa: “No hubo en sus tribus enfermo”. Salmos 105:37.

Estas lecciones son para nosotros. Hay condiciones que deben observar todos los que quieran conservar la salud. Todos deben aprender cuáles son esas condiciones. Al Señor no le agrada que se ignoren sus leyes, naturales o espirituales. Hemos de colaborar con Dios para devolver la salud al cuerpo tanto como al alma.

Y debemos enseñar a otros a conservar y recobrar la salud. Para los enfermos debemos usar los remedios que Dios proveyó en la naturaleza, y debemos señalarles a Aquel que es el único que puede sanar. Nuestra obra consiste en presentar los enfermos y dolientes a Cristo en los brazos de nuestra fe. Debemos enseñarles a creen en el gran Médico. Debemos echar mano de su promesa, y orar por la manifestación de su poder. La misma esencia del evangelio es la restauración, y el Salvador quiere que invitemos a los enfermos, los imposibilitados y los afligidos a echar mano de su fuerza.

El poder del amor estaba en todas las obras de curación de Cristo, y únicamente participando de ese amor por la fe podemos ser instrumentos apropiados para su obra. Si dejamos de ponernos en relación divina con Cristo, la corriente de energía vivificante no puede fluir en ricos raudales de nosotros a la gente...

Una de las primeras condiciones para recibir su poder consiste en tomar su yugo. La misma vida de la iglesia depende de su fidelidad en cumplir el mandato del Señor. Descuidar esta obra es exponerse con seguridad a la debilidad y decadencia espirituales. Donde no hay labor activa por los demás, se desvanece el amor y se empaña la fe.—El Deseado de Todas las Gentes, 764, 765.

miércoles, octubre 10, 2012

Pensamiento Del Día

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2. 
El propósito de Dios para con sus hijos es que éstos alcancen la medida de la estatura de hombres y mujeres perfectos en Cristo Jesús. Para ello, deben hacer un uso conveniente de todas las facultades de la mente, el alma y el cuerpo. No pueden derrochar ninguna de sus energías mentales o físicas.

El asunto de la conservación de la salud tiene una importancia capital. Al estudiar esta cuestión en el temor de Dios, aprenderemos que, para nuestro mejor desarrollo físico y espiritual, conviene que nos atengamos a un régimen alimentario sencillo. Estudiemos con paciencia esta cuestión. Para obrar atinadamente en este sentido, necesitamos conocimientos y discernimiento. Las leyes de la naturaleza existen, no para ser resistidas, sino acatadas.

Los que han recibido instrucciones acerca de los peligros del consumo de carne, té, café y alimentos demasiado condimentados o malsanos, y quieran hacer con Dios un pacto con sacrificio, no continuarán satisfaciendo sus apetitos con alimentos que saben que son malsanos. Dios pide que los apetitos sean purificados y que se renuncie a las cosas que no son buenas. Esta obra debe ser hecha antes que su pueblo pueda estar delante de él como un pueblo perfecto.

El pueblo remanente de Dios debe ser un pueblo convertido. La presentación de este mensaje debe tener por resultado la conversión y santificación de las almas. El poder del Espíritu de Dios debe hacerse sentir en este movimiento. Poseemos un mensaje maravilloso y precioso; tiene una importancia capital para quien lo recibe, y debe ser proclamado con fuerte voz. Debemos creer con una fe firme y permanente que este mensaje irá cobrando siempre mayor importancia hasta la consumación de los tiempos...

Una solemne responsabilidad descansa sobre los que tienen conocimiento de la verdad: la de velar para que sus obras correspondan a su fe, que su vida sea refinada y santificada, y que sean preparados para la obra que debe cumplirse rápidamente en el curso de estos últimos días del mensaje. No tienen ni tiempo ni fuerzas que gastar en la satisfacción de sus apetitos. Estas palabras debieran repercutir con fuerza ahora en nuestros oídos: “Arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio”. Hechos 3:19.—Joyas de los Testimonios 3:354, 355.