Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; Filipenses 3:20
Entendiendo que nuestra ciudadanía está en el cielo nuestro esfuerzo necesita estar enfocado en llegar allá. Los Héroes de la fe avanzaban,
porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Hebreos 11:10
Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:13-16
Nosotros somos extranjeros y peregrinos sobre esta tierra en búsqueda de nuestra patria celestial. Es necesario entender que no podemos ser parte de este mundo ni participar de las cosas de este mundo. El Señor Jesús nos dice,
Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Juan 15:18, 19
Necesita haber una diferencia demarcada no solo en nosotros pero en nuestras iglesias. Ahora hay un movimiento fuerte de parte de muchas religiones para convertir sus cultos, sus estilos de adoración en algo más contemporáneo. El objetivo es de atraer más miembros convirtiendo las iglesias en una diversión social y no en un lugar donde se predica la palabra de Dios porque Jesús viene pronto. No podemos permitir que el mundo entre a nuestras iglesias. Somos llamados a compartir el mensaje con todos, la salvación está disponible para todos pero el pecado nunca será aceptado por Dios.
Vemos que los profetas del Señor nunca fueron populares, el Señor mismo fue rechazado por su propia gente, los discípulos no fueron populares con sus mensajes. El mensaje de Dios rara veces ha sido popular. Si comparamos las cosas del mundo y las cosas de Dios, aparentemente son más atractivas las del mundo. Por eso la palabra de Dios nos dice,
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7:13, 14
Nosotros somos la luz del mundo, llamados a alumbrar un mundo oscuro y lleno de pecado. Y somos esa luz porque reflejamos a Cristo.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5:14-16
Lamentablemente muchos profesaran que están actuando en el nombre del Señor, muchos aparentemente están haciendo su voluntad, pero ofrecen cultos extraños en los cuales Dios no puede estar. La palabra de Dios no cambia y si comprendemos la santidad que existe en el cielo, los ángeles cubren sus rostros en adoración a Dios, ¿no debemos estar en comunión con dios bajo esa misma santidad que los ángeles? Por lo tanto el Señor nos dice,
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Mateo 7:21-23
Muchos escogen sus iglesias porque allí se sienten bien, porque les gusta algún aspecto de la iglesia. Quizá escogen su iglesia porque allí están de acuerdo con sus ideas personales. Pero la iglesia tiene como propósito llevarnos al Señor, salvarnos de este mundo. Las preguntas principales que nos debemos hacer al escoger una iglesia debe ser, ¿es este el lugar que me ayudara a alcanzar la salvación? ¿Es este el lugar donde me estoy preparando para encontrarme con Jesús cuando el regrese? ¿Estoy aquí porque me siento bien o porque el Señor me ha llamado a salir de las tinieblas a la luz? ¿Es esta la puerta estrecha por la cual alcanzaré la salvación?
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
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