viernes, octubre 16, 2009

EL AMOR DE DIOS

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.*1
Miro mientras algunos niegan la existencia de Dios, y me pregunto, ¿cómo puede el ser humano bajar hasta tal punto? No estoy en contra de que usemos la lógica y el razonamiento pero usualmente nos guía al egocentrismo. ¿Porque necesitamos que se nos presenten evidencias sobre todo? Queremos entender todo porque dependemos de nuestro propio entendimiento. ¿Pero cómo explicar lo inexplicable? Los que dudan no les gusta que simplemente digamos que los pensamientos de Dios son más altos y que por eso no podemos proveer mayor evidencias. Quieren que rebajemos a Dios y lo coloquemos en un laboratorio para comprobar su existencia. Pero nunca entenderemos su origen. Por más que discutamos y por más teorías que se inventen referentes a la existencia del ser humano llegamos siempre a la misma pregunta. ¿Cómo empezó todo?
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.*2

No tratare de convencer con argumentos complejos porque la verdad es que nuestro entendimiento es limitado. Como seres humanos por ejemplo podemos medir la velocidad de la gravedad, podemos ver los efectos de la gravedad pero no podemos explicar su origen. ¿Quien estableció esta ley que permite que un planeta insignificante se mantenga en órbita en medio de este universo infinito? Si miramos el cielo en una noche estrellada es suficiente para demostrarnos cuan insignificantes somos. El ser humano no ha podido ir más lejos mi aun de la luna.

Despertemos a la realidad referente a Dios, Él es eterno y por el subsisten todas las cosas. No requiere teorías complicadas o años de estudios para poder experimentar lo que Dios puede hacer en nuestras vidas. Y si esta vida fuera lo único que el ser humano tiene, con tanta maldad, tanto dolor, tanto sufrimiento entonces ¿cuál sería su propósito? ¿Le dirías a alguien que nació en la pobreza, sufrió a lo largo de su vida y murió de hambre que esta vida era lo único y lo mejor que conocería? Pobre miserable y desafortunado.

Hay un mundo más allá, lejos de nuestro entendimiento. Un mundo que no está limitado por el tiempo, el espacio y ni aun la muerte. Y existe un Dios que lo creo todo, que muy pronto volverá y que creara cielos nuevos y tierra nueva. ¿Queremos entender los misterios de la vida?

Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.*3

Si yo estoy equivocado, ¿qué habré perdido? Viviría, una vida de acuerdo a los principios de la Biblia, confiando en el amor de Dios, con una esperanza que sobrepasa todo esperanza que el ser humano puede tener e iría feliz al descanso. Pero, ¿que habrán perdido todos aquellos que dudaron de Dios y su creación? ¡Habrán perdido la vida eterna!

La decisión más grande, más importante que el ser humano puede hacer es de aceptar a Jesús en su vida. El apóstol Pablo entendió esto.

Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.*4

¡Qué esperanza más extraordinaria! Podemos llegar a comprender la anchura, la longitud, la profundidad de su amor el cual excede todo conocimiento a través de toda la eternidad. Esa es la esperanza por la cual me rijo.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.*5

¡Aunque suframos ahora el Señor hará todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos allá en el cielo!

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

1* Isaías 55:8, 9
2* Hebreos 11:3
3* Jeremías 33:2, 3
4* Efesios 3:14-21
5* Juan 16:33

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