martes, abril 27, 2010

Un Reavivamiento Para Nuestros Días - 2

La serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Génesis 3:4-6.
Quizá parezca extraño presentar estos versículos al hablar acerca del falso reavivamiento pero este engaño es el fundamento de ello.

Los engaños de Satanás no cambian. Sus técnicas, sus herramientas, sus estrategias quizá sean distintas pero sus engaños continúan siendo iguales.

El deseo de ser igual a Dios, la exaltación de sí mismo es lo que creció en su corazón y lo que el implanta en el corazón del ser humano.
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita. 2 Timoteo 3:1-5.
Estas palabras no solo describen a los de afuera, sino que incluye a muchos que aparentan ser religiosos y aun dirigentes espirituales.

Analicemos los mensajes que se presentan en estas grandes iglesias y populares ministerios. Al combinarlos con los libros que se están publicando el énfasis siempre termina siendo el mismo. Pareciese presentar una psicología para como mejorar como personas. Aunque se le añade la Biblia, este evangelio está enfocado mas en el ser humano que en Jesús.
Para toda alma verdaderamente convertida la relación con Dios y con las cosas eternas será el gran tema de la vida. ¿Pero dónde se nota, en las iglesias populares de nuestros días, el espíritu de consagración a Dios? Los conversos no renuncian a su orgullo ni al amor del mundo. No están más dispuestos a negarse a sí mismos, a llevar la cruz y a seguir al manso y humilde Jesús, que antes de su conversión…Las representaciones teatrales en las iglesias, los bazares, las casas elegantes y la ostentación personal han alejado de Dios los pensamientos de la gente. Tierras y bienes y ocupaciones mundanas llenan el espíritu, mientras que las cosas de interés eterno se consideran apenas dignas de atención. *1
El objetivo de estos temas parece ser el mejoramiento y la comodidad en este mundo. Vela y a veces hasta elimina el concepto de que estamos en un conflicto cósmico, luchando para alcanzar el cielo por medio de Cristo Jesús.
El deseo de llevar una religión fácil, que no exija luchas, ni desprendimiento, ni ruptura con las locuras del mundo, ha hecho popular la doctrina de la fe, y de la fe sola; ¿pero qué dice la Palabra de Dios? (Santiago 2:14-24.) *1
En realidad la psicológica detrás de tales enseñanzas es que somos llamados a ser grandes personas (serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal). Que Dios desea que te consideres en una persona grande e importante. Que te debes valorar a ti mismo y reconocer que tu vida tiene un gran propósito en este mundo.

Nosotros somos considerados en gran valor pues se pagó un precio infinito para nuestra salvación. Pero la honra no es nuestra sino de Jesús quien murió por nosotros. Nuestras vidas no tienen propósito sin Dios por lo cual simplemente somos peregrinos en este mundo.
Hombres y mujeres jóvenes serán ensalzados, y se considerarán a sí mismos admirablemente favorecidos y llamados a realizar algo grande. Habrá muchas conversiones de acuerdo con un orden peculiar, pero no llevarán el sello divino. Habrá inmoralidad y extravagancia, y la fe de muchos naufragará. *2
La sierva del Señor al exponer los peligros religiosos corrientes, cita al Profesor Eduardo A. Park,
"Una de las fuentes de peligros es el hecho de que los predicadores insisten muy poco en la ley divina. En otro tiempo el púlpito era eco de la voz de la conciencia.... Nuestros más ilustres predicadores daban a sus discursos una amplitud majestuosa siguiendo el ejemplo del Maestro y recalcando la ley, sus preceptos y sus amenazas. Repetían las dos grandes máximas de que la ley es fiel trasunto de las perfecciones divinas, y de que un hombre que no tiene amor a la ley no lo tiene tampoco al Evangelio, pues la ley, tanto como el Evangelio, es un espejo que refleja el verdadero carácter de Dios. Este peligro arrastra a otro: el de desestimar la gravedad del pecado, su extensión y su horror. El grado de culpabilidad que acarrea la desobediencia a un mandamiento es proporcional al grado de justicia de ese mandamiento....*1
Concluyo aclarando un punto. La humildad, la reverencia y el temor que Dios demanda es un producto del amor. Entendiendo la gravedad del pecado nos acercamos a Dios confiadamente.
Si bien la vida del cristiano ha de ser caracterizada por la humildad, no debe señalarse por la tristeza y la denigración de sí mismo. Todos tienen el privilegio de vivir de manera que Dios los apruebe y los bendiga. No es la voluntad de nuestro Padre celestial que estemos siempre en condenación y tinieblas. Marchar con la cabeza baja y el corazón lleno de preocupaciones relativas a uno mismo no es prueba de verdadera humildad. Podemos acudir a Jesús y ser purificados, y permanecer ante la ley sin avergonzarnos ni sentir remordimientos. *1
Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, mas conforme al Espíritu. Romanos 8:1.
Lo mejor de todo es que somos preparados para muy pronto ser presentados ante el Padre en el reino de los cielos para vivir eternamente. Por medio de Jesús iniciamos un proceso de santificación en el cual podremos vivir en armonía con los principios divinos y alcanzar la gloria del cielo no porque lo merecemos sino porque el Señor nos redimió.

 
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
 

1* El Conflicto De Los Siglos, “La verdadera Conversión Es Esencial”, Elena G. de White
2* Maranata: El Señor Viene, “El Falso Reavivamiento”, Elena G. de White

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