Estamos casi en el hogar; pronto oiremos la voz del Salvador más hermosa que cualquier música, diciendo: Tu lucha ha terminado. Entra en el gozo de tu Señor. Bendita, bendita bendición; deseo escucharla de sus labios inmortales.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
En Los Lugares Celestiales “362. Ansia Del Cielo”, Elena G. de White
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