Oh, quién podrá describiros los lamentos que se levantarán cuando en el límite que divide el tiempo y la eternidad el Juez justo alce su voz y diga: “Es demasiado tarde”. Largo tiempo han permanecido abiertas las amplias puertas del cielo y los mensajeros celestes han invitado y suplicado: “Y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” Apocalipsis 22:17. “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestro corazón” Salmos 95:7, 8. Pero al fin se publica el mandato: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía” Apocalipsis 22:11.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
En Los Lugares Celestiales “355. Demasiado Tarde”, Elena G. de White
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