martes, abril 13, 2010

Lo Que Pudo Ser… (El Rey Ezequías)

Miremos la vida de un personaje que servirá como la introducción de una serie  sobre el santuario celestial y el juicio investigador. Este personaje fue un rey, un siervo de Dios que se esforzó por hacer el bien pero que aprendió de una forma terrible acerca de las consecuencias que acarea una mala decisión.
En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro. 2 Reyes 20:1-3.
Ezequías era uno de los pocos reyes que había hecho lo recto ante los ojos de Dios. De esto podemos notar dos cosas.

La primera es que a veces malas cosas le sucedan a las personas buenas. Es difícil entenderlo pero Dios sabe porque permite ciertas cosas y en esta ocasión los días de Ezequías habían llegado a su final. La reacción normal ante la notica de su muerte inminente fue de tristeza y lloro.

La segunda es que, a pesar de que no siempre recibimos la repuesta que buscamos, Dios siempre nos escucha. Hay momentos en los cuales nuestros seres amados pasan al descanso pero Dios ha escuchado nuestras oraciones y cuando estemos juntos en el cielo, os ser revelado el porqué.


Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. 2 Reyes 20:4-6.
No queda claro cuántos días le quedaban a Ezequías para arreglar sus cuentas. Ni como serian sus últimos días; si serian dolorosos, si su muerte seria repentina, pero Dios escuchó su clamor y le extendió su vida 15 años más.


Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó. 2 Reyes 20:7.
Obviamente la incredulidad llevó a este hombre a pedir una señal de parte de Dios.


Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día?...Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás. 2 Reyes 20:8, 11.
¡Qué gran señal la que Dios le dio! No soy experto, pero en mi afición por la astronomía, se que la tierra hace dos movimientos causando que la sombra avance en estos relojes.

La tierra está en órbita alrededor del sol y gira sobre su propio eje. Retroceder, científicamente hablando, requiere que deje de girar y empiece a girar hacia el otro lado para luego dejar de girar y resumir en su movimiento original. Opción B podría incluir mover la tierra hacia atrás en su órbita alrededor del sol.

De cualquier forma tal explicación no es necesaria sabiendo que si Dios creó este universo tiene mucho mas poder para dirigir las leyes que el mismo estableció y para dar vida a los que han pasado al descanso. En esto encontramos la esperanza que Dios vendrá en las nubes de los cielos, con poder y gran gloria y los muertos en Cristo resucitarán.

De esta forma la vida de Ezequías fue preservada por 15 años más.

Pero, ¿Cuál fue el resultado de este milagro que Dios obro en su vida?

Hago una pausa para hablar de otro personaje cuyo resultado hubiese sido muy distinto si hubiese pasado al descanso antes.

La historia Judas presenta el triste fin de una vida que podría haber sido honrada por Dios. Si Judas hubiese muerto antes de su último viaje a Jerusalén, habría sido considerado como un hombre digno de un lugar entre los doce, y su desaparición habría sido muy sentida. A no ser por los atributos revelados al final de su historia, el aborrecimiento que le ha seguido a través de los siglos no habría existido. *1
No pudiendo ver hacia el futuro, es mejor aceptar la voluntad de Dios aun en una situación como la que enfrentaba Ezequías. Pero Dios escucho su clamor y como resultado el cometió un grave error.

Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén. 2 Crónicas 32:24, 25.
¿Qué haríamos nosotros si hoy fuese nuestra última noche? ¿Qué se encontraría en nuestros corazones? ¿Estamos listos para entrar al cielo?

 

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
 

* El Deseado De Todas De Las Gentes, “76. Judas”, Elena G. de White

* Siguente Leccion: Si Hoy Fuera El Ultimo Día

No hay comentarios:

Publicar un comentario