lunes, abril 19, 2010

Si Hoy Fuera El Ultimo Día

Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén. 2 Crónicas 32:25.

Fue pues sanado Ezequías de su enfermedad. Dios demostró su poder y su paciencia al darle una señal que despertó la curiosidad de los habitantes de Babilonia.
Esta era la oportunidad perfecta para que Ezequías le hablase a esta nación acerca del Dios verdadero. Pero lamentablemente, no fue eso lo que él hizo. La naturaleza humana se demostró a pesar de lo que Dios acababa de hacer por él.
¿Que fue entonces lo que el rey hizo?
Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de sus tesoros, plata, oro, y especias, y ungüentos preciosos, y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrase, así en su casa como en todos sus dominios. 2 Reyes 20:13.
Obviamente, Ezequías no consideró las consecuencias de sus acciones. En vez de servir como un embajador de Dios despertó la codicia y el amor a las cosas terrenales en estos hombres de Babilonia.

Pero el orgullo y la vanidad se posesionaron del corazón de Ezequías, y ensalzándose a sí mismo expuso a ojos codiciosos los tesoros con que Dios había enriquecido a su pueblo….No hizo esto para glorificar a Dios, sino para ensalzarse a la vista de los príncipes extranjeros. No se detuvo a considerar que estos hombres eran representantes de una nación poderosa que no temía ni amaba a Dios, y que era imprudente hacerlos sus confidentes con referencia a las riquezas temporales de la nación. *
En vez de servir como ayuda, el Rey Ezequías le sirvio de tentador a estos hombres. Sin el temor a Dios, ¿que los detendría para luego venir y tomar posesión de todas estas grandes riquezas que Dios había otorgado?   

Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron aquellos varones, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas tierras han venido, de Babilonia. Y él le volvió a decir: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió: Vieron todo lo que había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no les mostrase. Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová: He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia. 2 Reyes 20:14-18.
Es como que si se le permitiese a un ladrón ver el contenido de la caja fuerte. Al ver grandes y valiosas tesoros, ¡con cuanto más esfuerzo luchara para obtenerlos!

¡Cuán desastrosos iban a ser los resultados! Se le reveló a Isaías que al regresar los embajadores llevaban informes relativos a las riquezas que habían visto, y que el rey de Babilonia y sus consejeros harían planes para enriquecer su propio país con los tesoros de Jerusalén. Ezequías había pecado gravemente; “y fué la ira contra él, y contra Judá y Jerusalem.” *
Dios siempre tiene un propósito al permitir que ciertas cosas sucedan. En esta ocasión deseaba probar el corazón de su siervo y deseaba que su nombre fuese testificado a personas no creyentes.

Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón. 2 Crónicas 32:31.
La visita de los embajadores a Ezequías estaba destinada a probar su gratitud y devoción…Si Ezequías hubiese aprovechado la oportunidad que se le concedía para atestiguar el poder, la bondad y la compasión del Dios de Israel, el informe de los embajadores habría sido como una luz a través de las tinieblas. Pero él se engrandeció a sí mismo más que a Jehová de los ejércitos. *
Aquel que llorando suplicaba que Dios le extendiese la vida, ahora buscaba el perdón de su terrible pecado. Pecado por el cual, muchos tendría que sufrir.

Pero Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías. 2 Crónicas 32:26.
Podremos pensar que es injusto que por el error que cometió Ezequías otras generaciones tuvieran que sufrir. Pero este mundo es mas complejo y el pecado es mucho mas abarcante, por lo cual las acciones de este hombre simplemente, iniciaron un cadena de eventos.
¡Esto es lo que necesitamos entender todos!

Cada día de la vida está cargado de responsabilidades que debemos llevar. Cada día, nuestras palabras y nuestros actos hacen impresiones sobre aquellos con quienes tratamos. ¡Cuán grande es la necesidad de que observemos cuidadosamente nuestros pasos y ejerzamos cautela en nuestras palabras! Un movimiento imprudente, un paso temerario, pueden levantar olas de gran tentación que arrastrarán tal vez a un alma. No podemos retirar los pensamientos que hemos implantado en las mentes humanas. Si han sido malos, pueden iniciar toda una cadena de circunstancias, una marea del mal, que no podremos detener. *
Cosas insignificantes pueden tener gran impacto en las vidas de otros. Implantan ideas que no pueden ser removidas. Pero también pueden ser de gran bendición.

Por otro lado, si nuestro ejemplo ayuda a otros a desarrollarse de acuerdo con los buenos principios, les comunicamos poder para hacer el bien. A su vez, ejercerán la misma influencia benéfica sobre otros. Así centenares y millares recibirán ayuda de nuestra influencia inconsciente. El que sigue verdaderamente a Cristo fortalece los buenos propósitos de todos aquellos con quienes trata. Revela el poder de la gracia de Dios y la perfección de su carácter ante un mundo incrédulo que ama el pecado. *
Termino con este pensamiento. Algo que nos debe de dejar a todos meditando hoy en lo que hacemos cada día. Mañana puede ser demasiado tarde.

Aquellos con quienes nos asociamos día tras día necesitan nuestra ayuda, nuestra dirección. Pueden hallarse en tal condición mental que una palabra pronunciada en sazón será como un clavo puesto en lugar seguro. Puede ser que mañana algunas de esas almas se hallen donde no se las pueda alcanzar. ¿Qué influencia ejercemos sobre esos compañeros de viaje?
 



¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


 
*Profetas Y Reyes “29. Los Embajadores De Babilonia”, Elena G. de White

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