Aquí está vuestro certificado de seguro de vida. Esta no es una póliza de seguro cuyo valor algún otro puede recibir después de vuestra muerte; es una póliza que te asegura a ti una vida que se mide con la vida de Dios: vida eterna. ¡Qué seguridad! ¡Qué esperanza! Revelemos siempre al mundo que estamos buscando una patria mejor, celestial. El cielo ha sido hecho para nosotros, y queremos una parte en él. No podemos permitir que nada nos separe de Dios y del cielo. En esta vida debemos ser participantes de la naturaleza divina. Hermanos y hermanas, tenéis sólo una vida que vivir. Sea una vida de virtud, y oculta con Cristo en Dios.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
En Los Lugares Celestiales “23. La Eleccion Celestial”, Elena G. de White
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