LOS JUICIOS DE DIOS

Los Juicios de Dios se están dando para que despertemos y nos demos cuenta de los días en los cuales estamos viviendo.

¿No harán estos juicios recapacitar a los profesos cristianos? Dios los permite para que el mundo preste atención, para que los pecadores le teman y tiemblen ante él. 3MR 311

Dios tiene un propósito al permitir que ocurran estas calamidades. Son uno de sus medios para llamar a los hombres y mujeres a la reflexión. Mediante fenómenos insólitos a través de la naturaleza, Dios expresará a los incrédulos agentes humanos aquello que ha revelado claramente en su Palabra. 19MR 279

Estos eventos necesitan ocurrir con más frecuencia puesto que la condición actual del mundo ha hecho que todo parezca tan normal. Hay un terremoto y por unos días capta nuestra atención pero luego todo vuelva a la normalidad.

¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren. PR 207

Pero aun no se han desatado estos eventos en su totalidad. Recordemos que el Señor manda a un ángel que le diga a los cuatro ángeles que están deteniendo los vientos que los retengan por un momento más hasta que los justos sean sellados (Apocalipsis 7:1-3).

La retención de los vientos en esta visión no solo representa las fuerzas del mal actuando sobre la naturaleza sino también sobre los hombres. Es decir el Señor aparte de prevenir la destrucción completa de este planeta a través de terremotos, incendios, inundaciones etc. también detiene las fuerzas del mal para que aun no impongan las leyes dominicales y aun no se desate un espíritu de persecución. Interesantemente, los ángeles simplemente detienen los vientos, pero es el enemigo que los emplea para causar destrucción y sufrimiento. El Señor lo permite para que nosotros nos preparemos.

Se me mostró que los juicios de Dios no vienen directamente del Señor sobre ellos, sino que se dan de esta manera: Ellos se colocan más allá de Su protección. Él advierte, corrige, reprende, y señala el único camino de seguridad, pero si los que han sido los objetos de su cuidado especial siguen su propio curso independiente del Espíritu de Dios, después de reiteradas advertencias, si eligen su propio camino, entonces El no comisiona a sus ángeles para que los protejan de los ataques de Satanás.

Es el poder de Satanás que está trabajando sobre el mar y la tierra, trayendo calamidad y angustia, barriendo multitudes para poder asegurar su presa. Y habrá tormentas y tempestad, tanto por tierra como por mar porque Satanás ha descendido con gran ira. Él está trabajando. Él sabe que su tiempo es corto y, si no es restringido, veremos más terribles manifestaciones de su poder de las que jamás hemos soñado. 14MR (3,1)

Quiero hacer una distinción entre los juicios de Dios que ahora se están desatando y la ira final de Dios (parte de los juicios de Dios) que se va a manifestar a través de las siete ultimas plagas. Es mi opinión que no solo serán 7 plagas literales, las cuales corren paralelo a las plagas de Egipto, sino que vendrán directo de la mano de Dios. Pero tocaremos ese tema un poco más adelante.

Un sólo ángel dio muerte a todos los primogénitos de los egipcios y llenó al país de duelo. Cuando David ofendió a Dios al tomar censo del pueblo, un ángel causó la terrible mortandad con la cual fue castigado su pecado. El mismo poder destructor ejercido por santos ángeles cuando Dios se lo ordena, lo ejercerán los ángeles malvados cuando El lo permita. Hay fuerzas actualmente listas que no esperan más que el permiso divino para sembrar la desolación por todas partes. CS 614

Lo que debemos entender es que el Espíritu refrendador de Dios cada día más se va alejando de esta tierra. El tiempo es corto y necesitamos aférranos al único que nos podrá garantizar la victoria final. ¡Es necesario ahora desarrollar un fe inquebrantable!

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!