Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. 1 Tesalonicenses 5:2-6
Qué llamado más solemne el que se nos hace, velemos y seamos sobrios. En algún momento de nuestra vida, después de estar esperando el regreso de Cristo podemos empezar a perder nuestra convicción. El mundo ofrece tantas cosas que tratan de enfocar nuestras mentes en todo menos el cielo.
Anticipamos el acto solemne [la segunda venida de Cristo]. El hecho de que estamos en la actitud de velar y esperar, no podemos ser indolentes, sin hacer nada. Al esperar el gran acontecimiento de la venida de Cristo, al ver la necesidad de velar y esperar, debemos unir a ello el celo y la diligencia. Una vida de ocio o de mera meditación y abstracción, no es suficiente para el que vela y espera. Tampoco será justificable para el que espera, estar tan ocupado en asuntos mundanos que dejen de ver y olviden su peculiar posición como los que están esperando y velando. Ellos no deben estar en una excitación ocupada como los del mundo, llenos y ebrios con los cuidados de esta vida. Un borracho está desconcertado. Los órganos finos del cerebro son nublados. Esta es exactamente la situación de los profesos cristianos que permiten que las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas tengan tan poderosa influencia sobre ellos como para eclipsar las atracciones del cielo. Se vuelven locos en su búsqueda mundana. 10MR 386
Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. 1 Tesalonicenses 5:6
¿Estarás tú despierto y sobrio cuando el Señor regrese? ¿O estarás durmiendo, quizá ebrio con las cosas de este mundo?
Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Mateo 25:5 ¿Quienes tienen aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas? Si el Salvador viniese en este momento, ¿tendríamos miedo de encontrarnos con Él? ¿Podríamos saludarlo con alegría, diciendo: "He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y él nos salvará" (Isaías 25:9)? ¿Estamos listos para su venida? Está el templo del alma limpia de toda contaminación?…¿Queremos ser encontrados esperando y velando, con nuestras ropas blancas y limpias con la sangre del Cordero? 10MR 387
¿Cual es tu repuesta a estas preguntas? Cuanto deberíamos estar examinando nuestras vidas, suplicando a Dios que nos purifique, que nos prepare pare su venida.
Oremos como lo hizo Jacob. Oremos en medio de cada dificultad, oremos para que el mensaje maravilloso del amor de Cristo pueda llegar a las almas preciosas, que ellos también puedan orar, y se refresquen con la gracia celestial. Espera la segunda venida del Señor con más intensidad que los que esperan la mañana. Confía en el Señor. Anda en su camino. Declara su verdad. Él se complace cuando sus siervos hablan por fe...Él está trabajando por usted y con usted. 10MR 388
Estamos en busca de la segunda venida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No sólo debemos creer que el fin de todas las cosas está cerca. Debemos ser llenos del Espíritu de su advenimiento para que cuando el Señor venga nos encuentre preparados para recibirle. Si estemos trabajando en el campo, o construyendo una casa, o predicando Su Palabra debemos estar listos para decir: "He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y él nos salvará "(Isaías 25:9). 10MR 388
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Romanos 13:11, 12
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
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