sábado, noviembre 14, 2009

¿Cómo Será El Cielo? – Parte 5 (El trabajo y el Día de Reposo)

Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado… Isaías 65:17, 18
Qué Gran esperanza la que aguardamos. Esperamos cielos nuevos y tierra nueva. Podremos gozarnos de todas las cosas que el Señor ha re-creado. Ya no habrá mas llanto ni clamor ni dolor porque las primeras cosas serán tan insignificantes que no vendrán a la memoria. Cada persona que hace del cielo una necesidad, cada persona que ha sufrido en este mundo recibirá la mayor recompensa en el cielo. El privilegio mas grande será de ver a Dios cara a cara y morar con el eternamente. Quizá todas tengamos razones distintas por las cuales queremos llegar al cielo, algunos habrán padecido grandes enfermedades, otros habrán cruzado momentos difíciles, otros se habrán sentido solos y otros habrán perdido a sus seres queridos. Para todo esto el Señor ha hecho provisión de tal manera que las penas de este mundo ni vendrán a la memoria porque no solamente tendremos lo que tanto deseamos tener sino mucho más de lo que nos podemos imaginar.

El Señor en su gran sabiduría tendrá muchas cosas de las cuales podremos participar en el cielo. Ya he mencionado que no solamente tendremos moradas en la nueva Jerusalén, construidas por la mano de Dios. Nosotros también tendremos la oportunidad de construir la casa de nuestro sueño. Podremos diseñarla a nuestra manera. Tendremos a nuestra disposición los mejores materiales posible. También trabajaremos la tierra, plantaremos viñas y comeremos de su fruto.
Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. Isaías 65:21-22
No vamos a trabajar para que otros disfruten de nuestra labor. No tendremos que preocuparnos de llegar tarde a la casa o de tener que perder tiempo en la carretera por el tráfico. Nadie se cansara, nadie se enfermara. El trabajo en cielo será de gran delicia para nosotros así como lo fue para Adán y Eva en el Edén.
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Génesis 1:28-31
A la primera pareja se le había dado potestad sobre toda criatura en el Edén. Tenían a su disposición los alimentos que crecían en una tierra fértil y fácil de trabajar. Nunca se cansaban y nunca se enfermaban. Era de gran gozo el poder interactuar con la naturaleza porque los llevaba a meditar en su creador, en Dios.

Entendiendo que Adán y Eva podrían gozarse en la labor que se les había encomendado el Señor en su amor y en su misericordia les dio un día para que descansasen no porque se cansarían físicamente. Se les dio un día de reposo para que lo dedicasen completamente a Dios.
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. Génesis 2:1-3
Notemos que el ejemplo a seguir era el de Dios. Dios en seis días creo los cielos y la tierra y reposo en el séptimo no porque estaba cansado sino porque quería un día completo para interactuar con la corona de su creación con el ser humano. Por lo tanto lo bendijo y lo santifico. Por lo tanto nosotros en el cielo tendremos esa misma oportunidad.
Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová. Isaías 66:23
Podemos ahora entender porque el Sábado es eterno. Después de disfrutar de la labor de la semana. ¡Después de poder explorar los grandes misterios de Dios, de viajar por el universo y conocer a otros mundos podremos juntarnos Sábado tras Sábado para dedicarlo por completo a nuestro creador y a nuestro salvador! ¡Si logras hacer una delicia del Sábado aquí en la tierra, cuanto mas grande será el Sábado en el cielo cuando estemos cara a cara con Jesús y adoraremos por todo lo que Él hizo por nosotros!


¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!



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