miércoles, noviembre 18, 2009

El Milenio – (Parte 2)

En esta parte determinaremos adonde estarán los santos durante el milenio y algunas de las cosas que estarán haciendo durante este tiempo. Puesto que el milenio empieza después de la segunda venida de Jesús solamente los justos (los que resucitaron y los vivos) estarán presentes. Si recordamos el estudio sobre las siete postreras plagas (la ira de Dios) tanto los impíos como los elementos de este mundo han sido destruidos.

Enfatizo un punto muy importante el cual puede traer confusión. El libro de Daniel fue sellado hasta el tiempo del fin con el propósito de ser revelado por medio del libro de Apocalipsis (Revelación). Es necesario reconocer que no todos los elementos sobre el tiempo del fin fueron revelados al profeta Daniel. Por eso el periodo de mil años solamente se encuentra en Apocalipsis pero es complementario.

Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra…Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación. Daniel 2:34, 35, 44, 45

Dios le reveló al profeta Daniel (el sueño del rey Nabucodonosor) que finalmente El establecería su reino. Este reino destruirá todos los otros reinos y será eterno. ¡Dios mismo establecerá este reino! Volemos a ver esta profecía en el sueño que Daniel mismo tiene.

Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán. Daniel 7:26, 27

Comparemos estos versos para poder clarificar algunos puntos.

Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. Apocalipsis 20:2-6

Podemos identificar ciertos aspectos de estos versículos. El primero es que el reino de Dios y de los santos empieza con los 1,000 años (después de la segunda venida). Luego podemos ver que durante los mil años los santos “serán sacerdotes de Dios y de Cristo”. Podría parecer un punto insignificante pero nos ayuda a entender que durante este tiempo moraremos con Jesús y con Dios en el cielo. Estaremos ante el mismo trono de Dios.

Notemos también que el trono de Jesús en este mundo se establecerá después de los 1,000 años. El profeta Daniel vio como esa piedra no cortada con mano de hombre destruye a todos los imperios, a todas las naciones. Luego la piedra es hecha en un gran monte y llena toda la tierra. Pero si recordamos, durante el periodo de los 1,000 años Satanás es solamente atado, el aun no es destruido. Luego de los 1,000 años todos los impíos son resucitado (la segunda muerte) en la cual Satanás, siendo soltado, los une para la última gran batalla.

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Apocalipsis 20:7-9

Al final de los 1,000 años aun no se ha cumplido en su totalidad la profecía revelada al profeta Daniel. Los santos están a salvos dentro de la cuidad amada, la nueva Jerusalén, mientras Satanás con todas las naciones la están rodeando. En el siguiente estudio entraremos en mas detalle sobre estos eventos. El objetivo con estos versículos es determinar que estaremos en el cielo, durante este tiempo.

Veamos la promesa que Jesús nos hace.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Juan 14:1-3

Las moradas que Jesús está preparando para nosotros se encuentran en la casa de nuestro Padre celestial, en el cielo. Jesús nos promete que el vendrá otra vez y nos tomara a nosotros, nos llevara a la casa de nuestro Padre celestial. ¡Qué emocionante el pensar que podremos celebrar la cena de las bodas del cordero en el cielo junto con nuestro Padre celestial!

Al concluir los 1,000 años, después de esta gran fiesta, después del juicio del cual participaran los santos la santa cuidad desciende.

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Apocalipsis 21:1-5

Enfatizo que los cielos nuevos y la tierra nueva serán creados luego que la santa cuidad desciende. La misma Biblia nos revela este aspecto.

Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Apocalipsis 20:12, 13

El juicio del cual los santos participaran en el cielo será sobre los impíos y sobre Satanás mismo. Nuevamente me dirijo a algunos detalles que aunque parecen ser insignificantes en realidad no lo son. El apóstol Juan menciona que el mar entrega sus muertos. Luego de que la santa cuidad desciende y los cielos nuevos y la tierra nueva es creada el mar deja de existir. Es decir durante los 1,000 años la tierra queda en su condición terrible mientras que nosotros estamos felices en el cielo.

Vemos ahora la razón por la cual los justos que resucitan en el Señor y los que están vivos durante Su venida, son arrebatados en las nubes. Luego el Señor nos lleva al cielo durante el milenio a la casa de nuestro Padre celestial a celebrar las bodas del cordero. Al concluir este tiempo la santa cuidad desciende a esta tierra. El objetivo ahora es erradicar el pecado para siempre, crear cielos nuevos y tierra nueva y finalmente darla como herencia a nosotros para siempre.

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


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