viernes, noviembre 06, 2009

EL SELLO DE DIOS

El apóstol Juan vio a un ángel que llevaba el sello del Dios viviente y sellaría la frente de los justos. Esta señal es la que nos libra de los juicios del ángel destructor. En contraste los que reciben la marca del la bestia beberán del vino de la ira de Dios que ha sido vaciado puro en cáliz. En otras palabras esta ira no será mesclada con misericordia por eso es pura. La misericordia es demostrada solamente a los que tienen el sello de Dios y ellos son protegidos de la ira que se desatara a un mundo que rechazó esta última amonestación.

¿La pregunta entonces es, que es el sello de Dios?

Ya he escrito sobre este tema pero es de suma importancia puesto que como Adventistas quizá seamos los únicos que predicamos que el sello de Dios es el Sábado. Vayamos primero a la Biblia y luego terminare recalcando este tema importancia con el Espíritu de Profecía.

Ayer escribí sobre el gran mandamiento y como la ley de Dios se resumen en ese gran mandamiento. Después de que se la da los 10 mandamientos por segunda vez al pueblo de Dios y después de darles el gran mandamiento en Deuteronomio 6 encontramos la única referencia Bíblica de lo que el Señor coloca en la frente de los justos.
Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová, vuestro Dios, mandó que os enseñara, para que los pongáis por obra en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión, a fin de que temas a Jehová, tu Dios, guardando todos los estatutos y mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que se prolonguen tus días. Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. (Deuteronomio 6:1, 5-9)
En referencia a la ley de Dios, el Señor le dice a su pueblo, las ataras como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos, es decir en la frente. ¡Que gran importancia tiene la ley de Dios! Pero vemos que especifica un poco más y trae a memoria algo que el pueblo no debía olvidar. He notado que los diez mandamientos que se encuentra en Deuteronomio incluyen ciertas frases que no están en éxodo. Específicamente en referencia al cuarto mandamiento, el sábado.
Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios…porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó. (Exodo 20:9-11)
Guardarás el sábado para santificarlo, como Jehová, tu Dios, te ha mandado. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios…Acuérdate de que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová, tu Dios, te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido, por lo cual Jehová, tu Dios, te ha mandado que guardes el sábado. (Deutronomio 5:12-15)
Notemos que el mandamiento sigue siendo igual. Guardamos el Sábado por que es el único día de la semana que Jehová, reposó, santificó y bendijo. Es el único día de la semana que nos recuerda quien es nuestro creador. Es un recordatorio de la creación de Dios. Aparte de esto también fue especial para el pueblo de Dios porque fue librado con mano fuerte de la esclavitud. Pero es interesante que la Biblia nos dice,
Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas. (Deuteronomio 6:9)
Esta señal tiene el mismo propósito que tuvo la señal que colocaron sobre las puertas para que el ángel destructor no entrase a esa casa. Una señal que el ángel podía ver y que diferenciaba al pueblo de Dios de los impíos.

Vemos esto nuevamente en Éxodo:
Te será como una señal en la mano y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca, por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto. (Éxodo 13:9, 16)
Luego de que Dios le da instrucciones a Moisés para que se vuelvan a escribir los mandamientos en dos tablas, las Escrituras nos dice,
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide de ti Jehová, tu Dios, sino que temas a Jehová, tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a Jehová, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? De Jehová, tu Dios, son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todas las cosas que hay en ella. (Deuteronomio 10:12-14)
No solo encontramos nuevamente el gran mandamiento sino que se nos recuerda una vez mas que Dios es nuestro creador y a el le pertenece todo.

Luego en referencia a la destrucción de Jerusalén vemos que sucede lo mismo que ocurrió en los tiempos de cautividad en Egipto.
y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. A los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y matad; no miren con piedad vuestros ojos, no tengáis compasión. (Ezequiel 9:4,5)

Venian los juicio de Dios sobre Jerusalén pero a los que clamaban a Dios se les colocaba una señal en sus frentes.
Les di mis estatutos y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá. Y les di también mis sábados, para que fueran por señal entre yo y ellos, para que supieran que yo soy Jehová que los santifico. Pero se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpla, vivirá; y mis sábados profanaron en gran manera. Dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos. (Ezequiel 20:11-14)
Vemos que de los 10 mandamientos el Sábado es la señal entre Dios y nosotros. También vemos que al profanar el Sábado es que la ira de Dios se derramara.
También yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había dado, la cual fluye leche y miel y es la más hermosa de todas las tierras; porque desecharon mis decretos, no anduvieron en mis estatutos y profanaron mis sábados, porque tras sus ídolos iba su corazón. Con todo, los miré con piedad: no los maté ni los exterminé en el desierto; Yo soy Jehová, vuestro Dios: andad en mis estatutos, guardad mis preceptos y ponedlos por obra. Santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová, vuestro Dios. (Ezequiel 20:15-20)
Esta muy claro que el Sábado es la señal, es el sello de Dios porque nos recuerda que es nuestro Creador que El es nuestro Dios. No en vano el profeta Isaías nos dice:
Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos (Isaías 8:16)
Debemos aprender de esta lección nosotros mismos. De nuevo el ángel exterminador pasara por la tierra. Una marca será colocada sobre el pueblo de Dios, y esa marca es guardar el santo sábado. No vamos a hacer nuestra propia voluntad y juicio y pensar que Dios se va a rebajar a nuestros términos…Lo que parece insignificante para nosotros puede ser de la más alta consecuencia en los planes especiales de Dios para la preservación de nuestra vida o la salvación de nuestra alma. Dios prueba nuestra fe, nos da una parte que realizar en relación con su intercesión por nosotros. El cumplirá su promesa en aquellos que cumplan las condiciones. (HP 150)
En el cuarto mandamiento se encuentra el sello de la ley de Dios. Esto sólo, de los diez, nos enfoca en el nombre y el título del Legislador. Declara que Él es el Creador de los cielos y la tierra, y así demuestra su demanda de reverencia y adoración por encima de todos los demás. Aparte de este precepto, no hay nada en el Decálogo para mostrar por cual autoridad la ley fue dada. (ST, 22 de marzo 1910, part. 2)

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario