martes, noviembre 24, 2009

Creados Por Dios

Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. Salmos 139:13-16

El Tema del aborto ha estado al centro de los noticieros en estos últimos días. En especial se ha levanto un argumento entre la familia Kennedy quienes son conocidos tradicionalmente por ser Católicos y algunos dirigentes de la iglesia misma.

No conozco muchos sobre sus procedimientos religiosos para opinar si el “castigo” que se le ha dado al representante Kennedy es apropiado. Pero si comento sobre dos aspectos que comparto con la iglesia.

El salmista nos indica que es Dios quien da la vida, el nos formó desde el vientre de la madre, “mi embrión vieron tus ojos”. Existen cantidad de argumentos que si utilizan para justificar el derecho a practicar el aborto. No entrare en detalle sobre estos argumentos sino solo diré que es Dios es el que da la vida y solo Él es el que la pueda quitar.

Los jueces de la Corte Suprema en varias ocasiones han deliberado sobre este derecho. Algunos casos se han centrado en la determinación del punto en el cual el embrión es considerado una criatura o un “ser viviente”. Pero la Biblia es clara en este aspecto puesto que es Dios el que da la vida. Lejos de alguna emergencia medica tal como el de salvarle la vida a la madre, ¿qué otra justificación podría existir para quitarle la vida a alguien a quien Dios se la ha dado?

Tomemos este caso como ejemplo. ¿Qué sentencia es justa para un hombre que acaba de asesinar a su esposa que tenía 9 meses de embarazo? ¿Se le debería de acusar por doble asesinato, el de su esposa y el de su hijo aun no nacido? ¿Qué sentencia se le debería dar a una persona que mata a su hijo en el vientre de la madre con tan solo cinco meses de embarazo? ¿Dos meses? ¿Un mes? ¿Por qué vemos como un crimen cuando otra persona mata a una criatura en el vientre de la madre pero no cuando la madre misma decide practicar el aborto?

Podremos desarrollar muchas razones para justificar el derecho al aborto pero al fin de cuentas el aborto es quebrantar la ley de Dios que nos dice, no matarás. Quizá encarcelar a una madre por tomar tal acción seria visto como inapropiado. Pero con el solo hecho de clasificar esto como un crimen (asesinato) quedaría inscrito permanentemente en los registros de esta persona. Al final del día es a Dios al que se le dará cuenta por estas acciones las cuales quedan registradas en los libros en el cielo.
Pero tú eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios. Salmos 22:9, 10
En segundo lugar, es necesario que una iglesia que base sus principios en la Biblia se mantenga de parte de ella aunque los demás no lo hagan. He leído comentarios de personas que se clasifican como religiosas pero que declaran, “no todas las partes de la Biblia necesitan ser seguidas” o “la iglesia necesita adaptarse a la sociedad moderna y permitir que cada persona tenga la libertad de elegir”.

Por supuesto que Dios nunca fuerza a nadie a que lo sigua. La obediencia, los mandamientos, se guardan por amor. Pero a la vez, tanto la ley de Dios como su palabra son eternas y perfectas. Mientras que Dios no fuerza a que le obedezcan o lo sigan si espera que se cumplan sus mandamientos por amor. Este principios no se puedan cambiar ni se adapta a los tiempos. Todo el que quiere seguir a Jesús debe negarse a si mismo tomar su cruz cada día y seguirlo.

Lamentablemente, muchos quieren que la iglesia, que la Biblia y que Dios mismo se adapte a su estilo de vida. Si nosotros fuésemos perfectos quizá existiese algún tipo de argumento. Pero a cause de nuestra maldad, a causa de nuestro pecado y por el simple hecho de que somos creación de Dios necesitamos adaptarnos a los principios de Dios. No puedo decir que soy hijo de Dios si no le amo y no puedo decir que le amo si no guardo su palabra y cumplo sus mandamientos. Somos llamados a ser santos y perfectos y esto solo se puede lograr contemplando a Jesús cada día y cumpliendo con sus mandatos.

Que nuestra meta cada día sea el de acercarnos a Cristo con corazones arrepentidos. Que nunca tengamos temor de ir en contra del mundo por cumplir lo que Dios espera de nosotros. Nuestra ciudadanía se encuentra en el cielo donde moraremos con el Señor para siempre.

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


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