Te encuentras en un lugar donde hay ladrones y asesinos. Pero hay una propiedad privada en la cual las personas pueden estar a salvo. Hay un sistema de protección el cual incluye un cerco del cual nadie puede penetrar. El problema es que cuesta $1 millón entrar a esta propiedad y lo único que tú tienes es $1. Pero llega alguien que te ve con compasión y amor y te dice que está dispuesto a darte el dinero que necesitas para entrar. Ahora te encuentras a salvo en este lugar y mientras no salgas de allí o hagas algo para dañar el cerco que protege el lugar estarás a salvo.
De una forma simple esto nos ensena la obra de la gracia y el de la ley. La gracia, el don de Jesús el lo que te permite entrar en el terreno. Por nuestro estado de pecado no somos dignos de alcanzar la salvación, pero por medio de la sangre redentora de Jesús llegamos obtener lo que no merecíamos. La ley de Dios es lo que nos protege y mantiene dentro del plan de salvación. No fue la ley la que te salvo sino la que te indica cómo seguir estando ante la presencia de Dios.
Un estudio profundo de la Palabra de Dios nos da a entender las características de la ley. Siempre he dicho que un versículo sacado fuera de su contexto nos puede llevar a muchas interpretaciones equivocadas.
Presento el primer ejemplo:
Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús… Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley. Romanos 3:21-24, 28
¿Que nos dicen estos versículos? Que la salvación es por gracia. No importa que haga el ser humano, somos justificados por Cristo. ¿Pero, a causa de esto deja de existir la ley? ¿Acaso ya no estamos bajo la ley de Dios? El mismo capítulo lo contesta.
¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley. Romanos 3:31
A veces nos es difícil entender cuál es el objetivo de la ley. ¿Por qué Dios estableció la ley? La ley demanda obediencia pero a la vez extiende protección. Es decir, el que cumple la ley puede estar seguro que no tiene condenación. Puesto que todos nosotros hemos pecado la ley nos indica que la paga del pecado es muerte.
Si ya no estuviésemos bajo la ley (puesto que Jesús la abolió por medio de su cumplimiento) quiere decir que ya no estamos bajo su condenación. Es decir yo puedo, blasfemar el nombre de Dios, puedo profanar el sábado, puedo robar y matar pero la ley ya no me condena porque estoy bajo la gracia y no la ley.
Pero si la condenación de la ley aun existe, quiere decir que la ley aun está vigente.
Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 1 Juan 3:4
Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Romanos 4:15
Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados…en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. Romanos 2:12-16
Aquí encontramos una aparente contradicción. ¿Somos justificados por gracia o por la ley?
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Romanos 5:1, 2
Romanos 5 nos dice que somos justificados por gracia por medio de Jesús. Romanos 2 nos dice que no son los oidores de la ley los justos sino lo hacedores de la ley. Notemos que en capitulo 6 el apóstol Pablo hace unas preguntas.
¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Romanos 6:1, 2
¿Cómo podemos perseverar en el pecado estando bajo la gracia? Nuevamente encontramos una aparente contradicción en el capítulo 6.
Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:14
Bueno este verso nos indica que ya no estamos bajo la ley sino bajo la gracia pero…
¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Romanos 6:15-18
¿Pecaremos ahora que no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? Recordemos que el pecado es infracción de la ley (1 Juan 3:4). No conociéramos que es el pecado si no fuese por la ley. Pero notemos las palabras que usa el apóstol Pablo. O somos esclavos del pecado o de la obediencia para justicia. Continua diciendo, libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justica.
¿Cómo puede alguien libre ser siervo o esclavo?
Empezamos a notar el propósito de Dios en estos versos. No hay contradicción. Somos salvos por gracia no por obras para que nadie se glorié. (Efesios 2). Pero ahora estando libre, salvos llegamos al cumplimiento de la ley no para ser salvos si no para no ser esclavos del pecado.
Recordemos que la ley es nuestra protección. Nos protege a nosotros para que no lleguemos a ser esclavos del pecado nuevamente.
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra. Romanos 7:6
Ahora llegamos al verso comúnmente utilizado para decir que no estamos bajo la ley. No estamos bajo la ley sino bajo el espíritu de la ley. ¿Pero yo pregunto, cual es el espíritu de la ley?
Antes de contestar esta pregunta pienso en otra pregunta la cual aun no encuentro respuesta.
Si lo reyes del pasado, por ejemplo el rey Darío quien por su ley condeno a Daniel no pudo cambiar su ley, ¿porque Dios todo poderoso y perfecto cambiaria su ley? Si el rey Asuero, un ser humano, quien por su ley condeno a los judíos no pudo cambiar su ley sino que creo otra ley para que los judíos se pudiesen defender, porque Dios santo y perfecto cambiaria su ley.
El enemigo ha hecho todo lo posible para destruir la ley de Dios. Y es lamentable que nosotros a través de una mal interpretación de la Biblia estemos en guerra con la ley de Dios.
Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Apocalipsis 12:17
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Apocalipsis 14:12
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Apocalipsis 22:12
Podemos con toda seguridad decir que el apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis después de la muerte y resurrección de Jesús. Pero si no estamos bajo la ley, porque el enemigo hace guerra contra los que guardan los mandamientos de Dios? ¿Porque la paciencia de los santos se caracteriza por el guardar los mandamientos de Dios?
¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso. Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Romanos 7:7-14
La ley es santa justa y buena. La ley de Dios es espiritual porque Dios es espiritual. Estábamos bajo la letra de la ley porque la ley dice que la condenación del pecado es muerte. Ahora estamos bajo el espíritu de la ley porque por medio de Jesús podemos cumplir sus mandamientos y no estar bajo la condenación. Muere lo carnal y vive lo espiritual. Muere el pecado y reina la santidad en nuestras vidas. La ley de Dios nos protege de la muerte porque ahora tenemos vida por medio de Cristo Jesús.
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. Romanos 7:15-25.
No hacemos lo que queremos sino lo que no queremos hacemos. La ley de Dios nos demuestra que es lo bueno que cuando no la cumplimos sirve como un espejo para demostrarnos que hacemos lo malo. La ley es espiritual porque en nuestra mente está la ley de Dios pero en nuestra carne el pecado el cual nos vuele esclavos. Ya no estamos bajo la letra de la ley sino bajo el espíritu porque gracias a Jesús somos limpios y por medio de él podemos cumplir el espíritu de la ley la cual es la ley misma, pero somos nosotros los que nos volvemos espirituales dejando atrás lo carnal por medio de la muerte de Cristo Jesús.
No se nos olvide que son los hacedores de la ley y no los oidores los que son justificados. Jesús viene pronto y juzgara a cada quien según sea su obra.
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Mateo 5:17-19
El señor vino a cumplir la ley de Dios, ¿te arriesgarás a decir que no estamos bajo la ley? ¿Te arriesgaras a decir a otros que no estamos bajo la ley de Dios la cual es justa, santa y perfecta?
Gracias a nuestro señor que por medio de él tenemos entrada al cielo. Ahora por amor cumplimos sus mandamientos (Juan 14:15) los cuales antes no podíamos hacer por el pecado que estaba dentro de nosotros. Pero por medio de Jesús ahora somos limpios y santificados cada día para pronto estar en el reino de los cielos.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!