miércoles, diciembre 16, 2009

El Santuario - Plan de Salvación (Parte 7)

Finalmente, delante del velo en el lugar santo se encuentra el altar de oro donde se quemaba el incienso diariamente. Este altar era pequeño, cuadrado y tenía cuatro cuernos. Éxodo 30:1-6. Recordemos que la sangre de los animales sacrificados era rociada sobre los cuernos.

Hay dos puntos que son sumamente importantes recalcar. El primero es que cuando se preparaban las lámparas también se quemaba incienso aromático.

Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará. Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso; rito perpetuo delante de Jehová por vuestras generaciones. Éxodo 30:7, 8

Recordemos que cada aspecto del santuario señala a Jesús y que todo es un modelo del la obra que Jesús ha hecho y está haciendo en el cielo. Ahora el apóstol Juan nos aclara que es el incienso.

Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Apocalipsis 8:3, 4

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Romanos 8:26, 27

Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; Efesios 6:18

Junto con la preparación de las lámparas se quemaba el incienso. Porque es el Espíritu Santo el cual intercede por nosotros. Por eso tenemos una gran promesa,

Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho. 1 Juan 5:14, 15

Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. Mateo 6:22

Enfatizo también que Jesús, nuestro sumo sacerdote aun se encontraba en el lugar santo hasta el año 1844. Tocaremos este punto cuando lleguemos la profecía de los 2,300 tardes y mañanas, la purificación del santuario (el día de la expiación). El apóstol Juan nos da evidencia de esto.

El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios. Apocalipsis 9:13.

El segundo punto que es necesario mencionar es que se necesita creer en Jesús (fe) para que el Espíritu Santo interceda por nosotros ante Dios. Tal es el incienso que Jesús conoce y el que el escucha.

No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación. Éxodo 30:9

Mantengamos en mente la sangre que era rociada sobre los cuernos del altar de incienso, esto será de suma importancia cuando lleguemos al día de expiación tanto en el Santuario terrenal como en el Santuario celestial.

Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová. Éxodo 30:10

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto. Apocalipsis 8:5

Acudamos a Dios en oración cada día, el promete escucharnos.

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


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