jueves, diciembre 10, 2009

El Santuario - El Plan de Salvación (Parte 3)

Aun nos encontramos en el atrio. Luego de cruzar la puerta se encontraba el altar de bronce y la fuente de bronce. Éxodo 27:1-8; 38:1-8. Tanto el altar como la fuente eran de madera de acacia forados con bronce. Además el altar del holocausto tenía cuatro cuernos en sus esquinas y utensilios para recoger las cenizas.

Tal como su nombre lo indica el altar del holocausto era donde se sacrificaban los animales. Siendo una persona que se compadece de los animales me imagino que era difícil este proceso. El sacerdote tomaba al corderito, lo degollaba. Su sangre era rociada en los cuernos del altar y el corderito era sacrificado. ¡Aquí no solamente estaba simbolizada la consecuencia máxima del pecado, la muerte, sino también la muerte de aquel cordero que borraría los pecados del hombre, Jesús!

Los Sacrificios


La ofrenda Por El Pecado – (Levíticos 4, 5)
Esta ofrenda se hacía para recibir el perdón de Dios por los pecados cometidos en contra de El incluyendo el quebrantamiento de sus mandamientos.
Se tomaba un becerro sin defecto y el sacerdote colocaba sus manos sobre el simbólicamente trasladando los pecados del hombre sobre el animalito. Luego el becerro era degollado y parte de su sangre era rociada sobre el velo del templo (esto será de suma importancia para la profecía de los 2,300 tardes y mañanas) y sobre los cuernos del altar de incienso. Luego partes del becerro eran sacrificados sobre el altar del holocausto.

La Ofrenda Expiatoria – (Levíticos 5)
De la misma forma se hacia la ofrenda expiatoria el cual se realizaba por los pecados contra los demás. El carnero debía ser sin defecto.

Los sacerdotes como ejemplo sacrificaban un becerro o un carnero. Pero la ofrenda se hacía conforme a la posición de la persona. Dios no hace acepción de personas. Su salvación está disponible a todo creyente. Si la persona no tenía los medios para ofrecer un becerro podía ofrecer palomas o aun un poco de harina.

Holocausto – (Levítico 1)
Habían ofrendas de holocausto el cual eran similares a las otras primeras dos ofrendas mencionadas. Tenía como propósito representar una plena entrega a Dios, era una dedicación a Él. El sacerdote colocaba sus manos sobre el becerro y luego lo degollaba. Partes del becerro sin mancha, perfecto eran sacrificados sobre el altar y su sangre era rociada.

Oblación (Levíticos 2) y Ofrendas de Paz (Levíticos 3)
La ofrenda de cereal era una ofrenda de gratitud a Dios. Y la ofrenda de paz tal como su nombre lo dice simbolizaba la comunión y paz que se obtenían por medio de la sangre derramada y el sacrificio hecho.

En la Biblia solo hay uno que es representado como cordero y es Jesús. Desde antes que Jesús viniese a esta tierra, puesto que el plan de salvación se estableció antes de la fundación del mundo, se esperaba al gran cordero que derramaría su sangre para que nosotros fuésemos salvos.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Isaías 53:3-6
¡Qué pensamiento mas solemne! No entendemos el amor que Dios nos tiene y no entendemos el gran sacrificio que Cristo Jesús hizo por cada uno de nosotros. El cargo nuestros pecados, “el castigo de nuestra paz fue sobre él”. Juan el bautiza lo dijo perfectamente,
He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29
Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca…Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca…Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. Isaías 53:7-12
En estos versos encontramos al gran cordero, perfecto, sin mancha que no abrió su boca sino que murió por ti y por mí. ¡Qué gran esperanza! Jesús el dueño del universo murió por nosotros.
Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. Romanos 5:17, 18, 21
El pecado entro a este mundo por un solo hombre. ¡Y por uno solo, por Jesús no solo recibimos perdón sino que también recibimos la vida eterna!

En este gran sacrificio encontramos el tema de nuestro pecado y nuestra salvación.
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Romanos 5:1
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27
En Jesús podemos encontrar la paz que tanto hemos buscado. Por Jesús somos reconciliados con el Padre. No tenemos nada que temer. Las pruebas, las aflicciones y las tristezas pronto se acabaran. Por medio de Jesús reinaremos para siempre. Lo que ahora sufrimos será recompensado mucho más de lo que nosotros nos podemos imaginar. ¡Qué grandioso será aquel día cuando estemos juntos con nuestros seres amados y cara a cara con aquel que lo dio todo por nosotros! ¡Le daremos todo la honra y la gloria a Jesús el gran cordero!
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Apocalipsis 5:13


¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

No hay comentarios:

Publicar un comentario