Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12
No podemos emprender en tal lucha con nuestras propias fuerzas. Las armas humanas no son efectivas contra potestades y gobernadores de las tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad. Por eso se nos aconseja,
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo…Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Efesios 6:10-13
Solamente el pleno conocimiento de Jesús y nuestra dependencia total en El nos hará vencedores. El provee los elementos necesarios con los cuales podemos vestirnos. Pareciese algo insignificante pero no hay nada mas difícil, no hay un enemigo mas terrible que Satanás. Tengo temor que muchos nos aventuramos en el terreno del enemigo sin ninguna protección de lo alto. Su consecuencia natural será la derrota. Peor aun el enemigo lo convierte en instrumento suyo, los hace esclavos del pecado.
Pero los fieles que escuchan el llamado de Dios, se preparan. Toman la armadura y siguen al Señor donde quiera que el los guíe. ¿Y cual es la armadura y el arma que está a nuestra disposición?
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; Efesios 6:14-17
Las guerras nunca son placenteras. Los soldados hacen sacrificios, sufren en el campo de batalla y están dispuestos a dar su vida para cumplir su misión y defender sus principios. Los soldados de Cristo necesitan tomar la misma actitud. La guerra espiritual en la cual nos encontramos requiere preparación, requiere sacrificio. Se tendrá que sufrir puesto que en esta batalla parecen haber más del lado del enemigo.
Pero la recompensa final de todo aquel que se mantenga de parte de la justica será el reino de los cielos. El Señor promete estar a nuestro lado aun en medio de las pruebas y las dificultades. Solo por medio de su armadura y con la palabra de Dios en mano seremos vencedores en Cristo.
¿Qué debemos estar haciendo ahora?
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; Efesios 6:18
Ojala que al final, todos tengamos el privilegio de pronunciar las mismas palabras del apóstol Pablo.
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 2 Timoteo 4:7, 8
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
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