viernes, diciembre 04, 2009

El Trono De Gloria Y El Trono De La Gracia

En las Escrituras encontramos muchas veces la frase “El Reino De Los Cielos”. También encontramos el “Trono De La Gracia” y el “Trono De Gloria”. Esta distinción a primera vista puede parecer insignificante pero en realidad es de suma importancia.

En realidad la frase “El Reino De Los Cielos" se puede referir tanto al “Trono De La Gracia” como al “Trono De Gloria”.

Los discípulos estaban ansiosamente esperando que el Señor Jesús estableciese su reino acá en la tierra. En su estudio de las Escrituras, ellos entendieron que Jesús vendría a establecer su reino. Pero al contrario Jesús había venido a este mundo para morir por la raza humana. Mientras Jesús se encontraba ante Pilato, Pilato le pregunta,
…¿Eres tú el Rey de los judíos? Juan 18:33
Después de la entrada triunfal a Jerusalén, aun Pilato temía que Jesús había venido a establecer su reino. Pero Jesús le respondió,
…mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Juan 18:36
Está claro que el Reino de Dios está en el cielo. Desde la profecía de Daniel encontramos este hecho.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Daniel 7:13
Es a este reino al cual el Señor hace referencia en varias ocasiones incluyendo muchas de las parabolas.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Mateo 24:30
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Mateo 25:31-34
Ahora notemos que el Reino de los Cielo o el Reino de Dios o El trono de gloria se refiere al reino que el Señor establecerá en después de su segunda venida. Es el reino majestuoso el cual Dios el Padre le otorga a Jesús el hijo ya que él fue el que nos rescato y nos reconcilio con el Padre.
Por otro lado encontramos también el “Trono De Gracia”.
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:14-16
Recordemos que mientras interrogaban al Señor antes de crucificarle el dijo,
…desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Mateo 26:64
En este verso podemos notar que luego de su muerte y resurrección el Señor ascendería al cielo y se sentaría a la diestra del padre. Al fin del tiempo el Señor regresaría por segunda vez en las nubes para establecer su reino eterno.
Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. Hechos 1:10, 11
El “Trono de la Gracia” se estableció con la muerte de Cristo Jesús. En otras palabras el “Trono de la gracia” el cual es incluido en las frases el “Reino de Dios” o el “Reino de Los Cielos” es el ministerio de intercesión que Jesús está haciendo ahora en el cielo. El está ministrando por nosotros ante nuestro Padre Celestial. El nos está reconciliando con nuestro Dios.
Se ha cumplido el tiempo, y se ha acercado el reino de Dios," había sido el mensaje de ellos. Transcurrido "el tiempo" - las sesenta y nueve semanas del capítulo noveno de Daniel, que debían extenderse hasta el Mesías, "el Ungido" - Cristo había recibido la unción del Espíritu después de haber sido bautizado por Juan en el Jordán, y el "reino de Dios" que habían declarado estar próximo, fue establecido por la muerte de Cristo. Este reino no era un imperio terrenal como se les había enseñado a creer. No era tampoco el reino venidero e inmortal que se establecerá cuando "el reino, y el dominio, y el señorío de los reinos por debajo de todos los cielos, será dado al pueblo de los santos del Altísimo;" ese reino eterno en que "todos los dominios le servirán y le obedecerán a él." Daniel 7:27. La expresión "reino de Dios," tal cual la emplea la Biblia, significa tanto el reino de la gracia como el de la gloria. El reino de la gracia es presentado por Pablo en la Epístola a los Hebreos. Después de haber hablado de Cristo como del intercesor que puede "compadecerse de nuestras flaquezas," el apóstol dice: "Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia." Hebreos 4:16. El trono de la gracia representa el reino de la gracia; pues la existencia de un trono envuelve la existencia de un reino. En muchas de sus parábolas, Cristo emplea la expresión, "el reino de los cielos," para designar la obra de la gracia divina en los corazones de los hombres.

Asimismo el trono de la gloria representa el reino de la gloria y es a este reino al que se refería el Salvador en las palabras: "Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y serán reunidas delante de él todas las gentes." Mateo 25:31, 32. Este reino está aún por venir. No quedará establecido sino en el segundo advenimiento de Cristo.

El reino de la gracia fue instituido inmediatamente después de la caída del hombre, cuando se ideó un plan para la redención de la raza culpable. Este reino existía entonces en el designio de Dios y por su promesa; y mediante la fe los hombres podían hacerse sus súbditos. Sin embargo, no fue establecido en realidad hasta la muerte de Cristo. Aun después de haber iniciado su misión terrenal, el Salvador, cansado de la obstinación e ingratitud de los hombres, habría podido retroceder ante el sacrificio del Calvario. En Getsemaní la copa del dolor le tembló en la mano. Aun entonces, hubiera podido enjugar el sudor de sangre de su frente y dejar que la raza culpable pereciese en su iniquidad. Si así lo hubiera hecho no habría habido redención para la humanidad caída. Pero cuando el Salvador hubo rendido la vida y exclamado en su último aliento: "Consumado es," entonces el cumplimiento del plan de la redención quedó asegurado. La promesa de salvación hecha a la pareja culpable en el Edén quedó ratificada. El reino de la gracia, que hasta entonces existiera por la promesa de Dios, quedó establecido.
Acerquemos confiadamente a nuestro Padre Celestial por medio de Cristo Jesús. Aseguremos nuestra salvación y miremos el cielo como nuestro objetivo primordial.

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

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