miércoles, febrero 24, 2010

La Última Noche – Parte 6 (El Mundo)


Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas; Apocalipsis 18:4
Pronto, después de que el mensaje del tercer ángel llegue hasta ser el fuerte clamor, se nos dará la instrucción de salir de las ciudades. Pero antes de llegar a este evento recibimos consejos sobre lo que debemos hacer ahora.
Regresemos por un momento a Sodoma y Gomorra.
Cuando Lot se estableció en Sodoma, estaba completamente decidido a abstenerse de la impiedad y a "mandar a su casa después de sí" que obedeciera a Dios. Pero fracasó rotundamente. Las corruptoras influencias que le rodeaban afectaron su propia fe, y la unión de sus hijas con los habitantes de Sodoma vinculó hasta cierto punto sus intereses con el de ellos. El resultado está ante nosotros.*1
Quizá muchos de nosotros habremos pensado lo mismo. Pero las influencias corruptoras que nos rodean nos hacen perder de vista la realidad del tiempo en cual vivimos.


"El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar." Los claros rayos matutinos parecían anunciar sólo prosperidad y paz a las ciudades de la llanura. Empezó el ajetreo de la vida diaria por las calles; los hombres iban por sus distintos caminos, a su negocio o a los placeres del día. Los yernos de Lot se burlaban de los temores y advertencias del caduco anciano. *1
¿No son estas las palabras que escuchamos? ¿Acaso los lideres de las naciones no indican que todo mejorará? Las rutinas de la vida, el ajetreo de las ciudades y el control que manifiestan las huestes de las tinieblas todas son razones por las cuales deberíamos analizar el lugar donde vivimos.
Nunca fue el propósito de Dios que sus hijos vivieran amontonados en las ciudades, apiñados en apartamentos y conventillos. Al comienzo colocó a nuestros primeros padres en un jardín, en medio de preciosos paisajes y de los sonidos atractivos de la naturaleza, y esos son los mismos paisajes y sonidos en los cuales anhela que el hombre se regocije todavía hoy. *2
Nada mejor que la naturaleza nos habla de la creación y nos mantiene enfocado en nuestro Dios, creador los cielos y la tierra.
Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Salmos 19:1
Insto a nuestro pueblo a que convierta la búsqueda de la espiritualidad en la obra de su vida. Cristo está a la puerta. Por esto digo a nuestro pueblo: “No consideréis que es una privación el ser llamados a dejar las ciudades para trasladaros al campo. Allí esperan abundantes bendiciones para los que deseen aprehenderlas. Al contemplar las escenas de la naturaleza, las obras del Creador, y al estudiar la obra de la mano de Dios, seréis transformados imperceptiblemente a la misma imagen. *3
A la vez hay otras razones por las cuales debemos considerar abandonar las ciudades.
Me ha sido mostrado que las ciudades se llenarán de confusión, violencia y crímenes; y que todas estas cosas aumentarán hasta el fin de la historia del mundo. *2
Ya es tiempo de que nuestro pueblo saque a sus familias de las ciudades y las lleven a localidades más retiradas, de lo contrario muchos de los jóvenes, y muchos también de los de mayor edad, serán engañados y cautivados por el enemigo. *2
Las cosas a las cuales las personas, especialmente los jóvenes, están expuestas en las ciudades son desconcertantes. De Lot podemos aprender grandes lecciones las cuales se repetirán. Esa ciudad de la llanura había fomentado en sus hijas el amor a lo terrenal y cuando la amonestación les fue dada se burlaron de su padre.
¡Fuera de las ciudades, fuera de las ciudades! Éste es el mensaje que Dios me ha estado dando. *2
Como pueblo que guarda los mandamientos de Dios, debemos salir de las ciudades. Tal como lo hizo Enoc, debemos trabajar en las ciudades pero no vivir en ellas. *5
Estas amonestaciones no son dadas para que los creyentes en un día vendan todo lo que tienen y se vallan a vivir a las montañas. Enoc vivió apartado de la ciudad porque mantenía una estrecha relación con Dios. De la misma forma nosotros debemos fomentar una comunión con Dios.
A medida que transcurra el tiempo, cada vez será más necesario que nuestro pueblo salga de las ciudades. Durante años hemos recibido la instrucción de que nuestros hermanos y hermanas, y especialmente las familias con hijos, deberían planear salir de las ciudades a medida que puedan hacerlo. Muchos tendrán que trabajar laboriosamente para ayudar a abrir el camino. Pero hasta que sea posible salir, durante todo el tiempo que permanezcan en ellas, deberían ocuparse activamente en el trabajo misionero, por muy limitada que sea su esfera de influencia. *4
No olvidemos que como hijos de Dios, hemos sido prometidos un Consolador, un guía el cual puede ayudarnos al considerar estos temas. Si el Señor nos da la oportunidad y recibimos la instrucción del Espíritu Santo podemos alejarnos de las ciudades y continuar nuestra ultima amonestación al mundo.
Vi que si algunos se aferraban a sus propiedades y no preguntaban al Señor en qué consistía su deber, él no se lo hará conocer y les permitirá conservar sus propiedades, pero en el tiempo de angustia éstas se levantarán delante de ellos como una montaña para aplastarlos, y ellos tratarán de deshacerse de ellas, pero no podrán. Oí a algunos lamentarse así: “La causa languidecía, los hijos de Dios morían por carecer de la verdad, y nosotros no hicimos esfuerzos para suplir la falta; ahora nuestras propiedades no tienen valor. ¡Ojalá que nos hubiésemos librado de ellas y hecho tesoros en los cielos!” Vi que un sacrificio no crece, sino que decrece y es consumido. También vi que Dios no ha pedido a todos sus hijos que se deshagan de sus propiedades al mismo tiempo; pero si ellos desean que se les enseñe, él les hará saber, en tiempo de necesidad, cuándo y cuánto deben vender. En tiempos pasados, se les pidió a algunos que se deshicieran de sus propiedades para sostener la causa bendita, mientras que a otros se les permitió guardar la suya hasta un momento de necesidad. Entonces, a medida que la causa lo necesite, es su deber vender. *6
El objetivo es que removamos todo lo que nos ata a este mundo de nuestros corazones, y nos preocupemos en hacer tesoros en el cielo. De esa manera cuando se nos llama a todos a abandonar la ciudades lo podamos hacer sin demora.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Mateo 6:19-21
Las ciudades deben ser trabajadas desde puntos ubicados fuera de ellas. Dijo el mensajero de Dios: “¿No hay que amonestar las ciudades? Sí, pero no con el pueblo de Dios viviendo en ellas, sino por medio de sus visitas, para advertir a sus habitantes de lo que está por sobrevenir a la tierra” *5
Como observamos, no debemos abandonar completamente a los habitantes de las ciudades. Los ángeles fueron a Sodoma para afirmara si por lo menos 10 justos se encontraban allí. Pero al decidir en donde se vivirá estos mensajes deben ser considerados bajo la dirección del Espíritu Santo.
En el tiempo de angustia, de nada les valdrán a los santos las casas ni las tierras, porque entonces tendrán que huir delante de turbas enfurecidas, y en aquel entonces no podrán deshacerse de sus bienes para hacer progresar la causa de la verdad presente. Me fué mostrado que la voluntad de Dios es que, antes que venga el tiempo de angustia, los santos se libren de cuanto los estorbe y hagan pacto con Dios por medio de sacrificio. Si ponen sus propiedades sobre el altar y preguntan fervorosamente a Dios cuál es su deber, les enseñará cuándo habrán de deshacerse de aquellas cosas. Entonces estarán libres en el tiempo de angustia y no habrá trabas que los detengan. *6
¿Porque es de gran importancia esto? Recordemos que paso con la esposa de Lot.
…Si Lot mismo no hubiese vacilado en obedecer a la advertencia del ángel, y si hubiese huído con prontitud hacia las montañas, sin una palabra de súplica ni de protesta, su esposa también habría podido escapar. La influencia del ejemplo de él la habría salvado del pecado que selló su condenación. Pero la vacilación y la tardanza de él la indujeron a ella a considerar livianamente la amonestación divina. Mientras su cuerpo estaba en la llanura, su corazón se asía de Sodoma, y con Sodoma pereció…*1
Mas aun, los juicios de Dios se derramarán especialmente sobre las ciudades.
El fin está cerca y cada ciudad va a ser trastornada de diferentes maneras. Habrá confusión en cada ciudad. Todo lo que puede ser sacudido lo será, y no sabemos qué pasará luego. Los juicios serán de acuerdo con la maldad de la gente y la luz de verdad que han tenido. *4
¡Ojalá que el pueblo de Dios tuviera una noción de la destrucción inminente de millares de ciudades, ahora casi [totalmente] entregadas a la idolatría! *4
Estas cosas sucederán porque, así, como Dios retiró su protección de Jerusalén, lo hará también con las ciudades de hoy en día.
Dios está retirando su Espíritu de las ciudades impías, que han llegado a ser semejantes a las del mundo antediluviano y a Sodoma y Gomorra... Las costosas mansiones, maravillas arquitectónicas, serán destruidas sin previo aviso cuando el Señor vea que sus ocupantes han traspasado los límites del perdón. La destrucción causada por el fuego en los imponentes edificios que se suponen son a prueba de incendios, es una ilustración de cómo, en un momento, los edificios de la tierra caerán en ruinas. *4
Cuando la mano restrictiva de Dios se retire, el destructor comenzará su trabajo. Entonces ocurrirán en nuestras ciudades las mayores calamidades. *4
Falta poco para que las grandes ciudades sean barridas, de manera que todos deben ser amonestados acerca de la inminencia de estas calamidades. *4
Que en nuestros corazones more Jesús y que nuestros ojos se enfoquen en las cosas celestiales. El Reino de Dios se acerca y pronto moraremos en el cielo por toda la eternidad.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33


¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


1* Patriarcas Y Profetas, “14. La Destrucción De Sodoma”, Elena G. de White
2* Maranata, “133. Tumultos En Las Ciudades”, Elena G. de White
3* Eventos De Los Últimos Días, “7. La Vida En El Campo”, Elena G. de White
4* Eventos De Los Últimos Días, “8. Las Ciudades”, Elena G. de White

5* Maranata, “176. Trabajad Las Ciudades De Afuera”, Elena G. de White
6* Primeros Escritos “El Deber Frente Al Tiempo De Angustia”, Elena G. de White

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