miércoles, febrero 17, 2010

La Última Noche – Parte 1 (El Mundo)


Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 2 Pedro 3:10
Hemos visto hasta el momento que las profecías predichas sobre la destrucción de Sodoma, Gomorra y Jerusalén se cumplieron. En ambas ocasiones la maldad había incrementado hasta tal punto que los pecados llegaron al cielo. En otras palabras, no existía ya mas remedio para estas ciudades por lo cual Dios removió toda protección Divina sobre ellas.

Vamos a analizar las señales que el Señor Jesús nos revelo acerca del fin y la advertencia de salir de las ciudades para evitar los juicios de Dios tal como les fue dada a Lot, su familia y a todos los cristianos que habitaban en Jerusalén.


La profecía del Salvador referente al juicio que iba a caer sobre Jerusalén va a tener otro cumplimiento, y la terrible desolación del primero no fue más que un pálido reflejo de lo que será el segundo. En lo que acaeció a la ciudad escogida, podemos ver anunciada la condenación de un mundo que rechazó la misericordia de Dios y pisoteó su ley. Lóbregos son los anales de la humana miseria que ha conocido la tierra a través de siglos de crímenes. Al contemplarlos, el corazón desfallece y la mente se abruma de estupor; horrendas han sido las consecuencias de haber rechazado la autoridad del Cielo; pero una escena aun más sombría nos anuncian las revelaciones de lo porvenir. La historia de lo pasado, la interminable serie de alborotos, conflictos y contiendas, "toda la armadura del guerrero en el tumulto de batalla, y los vestidos revolcados en sangre" Isaías 9:5, ¿qué son y qué valen en comparación con los horrores de aquel día, cuando el Espíritu de Dios se aparte del todo de los impíos y los deje abandonados a sus fieras pasiones y a merced de la saña satánica? Entonces el mundo verá, como nunca los vió, los resultados del gobierno de Satanás. *1
Haciendo un breve recorrido sobre los acontecimientos a través de la historia, tendremos un mejor panorama sobre lo que acontecerá en los últimos días. Pero recordemos que las consecuencias en el tiempo del fin serán mas graves que en pasado.
Aquellos que han tenido una fe viva en los mensajes de Dios para el tiempo en que han vivido, y que han actuado por su fe obedeciendo sus órdenes, han sido aceptados por Dios, y han escapado los juicios que caerían sobre los desobedientes e incrédulos. La palabra vino a Noé: "Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación." Noé obedeció y se salvó. El mensaje llegó a Lot: “Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad". Se colocó bajo la tutela de los mensajeros celestiales, y se salvó. Los que obedecieron la advertencia de Cristo en la señal marcado la ruina venidera, y en el que huían de Jerusalén, no estuvieron involucrados en su destrucción. El mensaje llega en nuestro tiempo, "Babilonia ha caído, ha caído.... Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y que no recibáis parte de sus plagas." Los que obedecen a este mensaje van a escapar de las terribles plagas que serán visitadas sobre ella. *2
Es importante recalcar primeramente que nosotros tenemos la oportunidad de escapar de las ciudades y evitar que las plagas de Dios caigan sobre nosotros. El nos protegerá y nos librara de su ira la cual será vaciada pura sobre el mundo entero.
No podemos saber cuánto debemos a Cristo por la paz y la protección de que disfrutamos. Es el poder restrictivo de Dios lo que impide que el hombre caiga completamente bajo el dominio de Satanás. Los desobedientes e ingratos deberían hallar un poderoso motivo de agradecimiento a Dios en el hecho de que su misericordia y clemencia hayan coartado el poder maléfico del diablo. Pero cuando el hombre traspasa los límites de la paciencia divina, ya no cuenta con aquella protección que le libraba del mal. Dios no asume nunca para con el pecador la actitud de un verdugo que ejecuta la sentencia contra la transgresión; sino que abandona a su propia suerte a los que rechazan su misericordia, para que recojan los frutos de lo que sembraron sus propias manos. Todo rayo de luz que se desprecia, toda admonición que se desoye y rechaza, toda pasión malsana que se abriga, toda transgresión de la ley de Dios, son semillas que darán infaliblemente su cosecha. Cuando se le resiste tenazmente, el Espíritu de Dios concluye por apartarse del pecador, y éste queda sin fuerza para dominar las malas pasiones de su alma y sin protección alguna contra la malicia y perfidia de Satanás. La destrucción de Jerusalén es una advertencia terrible y solemne para todos aquellos que menosprecian los dones de la gracia divina y que resisten a las instancias de la misericordia divina. Nunca se dió un testimonio más decisivo de cuánto aborrece Dios el pecado y de cuán inevitable es el castigo que sobre sí atraen los culpables. *1
Si deseamos tener la protección Divina en el fin debemos aceptar al Señor ahora. La transformación de carácter, el proceso de santificación debe ocurrir ahora. Mañana puede ser demasiado tarde. Velad y orad es la invitación que se nos hace, porque Jesús puede venir en cualquier momento.
Deben guardarse los hombres de no menospreciar el aviso de Cristo respecto a su segunda venida; porque como anunció a los discípulos la destrucción de Jerusalén y les dió una señal para cuando se acercara la ruina, así también previno al mundo del día de la destrucción final y nos dió señales de la proximidad de ésta para que todos los que quieran puedan huir de la ira que vendrá. Dijo Jesús: "Y habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y sobre la tierra angustia de naciones." Lucas 21:25; Mateo 24:29; Apocalipsis 6:12-17. "Cuando viéreis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas." Mateo 24:33. "Velad pues" Marcos 13:35, es la amonestación del Señor. Los que le presten atención no serán dejados en tinieblas ni sorprendidos por aquel día. Pero los que no quieran velar serán sorprendidos, porque "el día del Señor vendrá así como ladrón de noche." 1.Tesalonicenses 5: 1-5. *1
La venida del Señor está cerca. El fin se aproxima, Debemos despertar y darnos cuenta de los tiempos que estamos viviendo.
Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Apocalipsis 7:1
Cuatro ángeles poderosos siguen reteniendo los cuatro vientos de la tierra. Así se impide que se desate la terrible destrucción en su plenitud. Los. . . vientos serán el levantamiento de las naciones para librar una guerra mortal. Mientras tanto los ángeles retienen los cuatro vientos, impidiendo que el tremendo poder de Satanás se desate en todo su furor hasta que los siervos de Dios sean sellados en la frente. *3
Las señales de los tiempos dan evidencia de que los juicios del cielo se están derramando, que el día del Señor está cerca. Los diarios están llenos de indicaciones de un intenso conflicto que se ha de librar en el futuro. Los robos desembozados son acontecimientos frecuentes. Las huelgas son comunes. Se cometen robos y crímenes por todos lados. Seres humanos dominados por espíritus de demonios están quitando la vida de hombres, mujeres y niños. Todas estas cosas testifican que la venida del Señor está cerca. *3
El subyugador Espíritu de Dios se está retirando ahora mismo del mundo. Los huracanes, las tormentas, las tempestades y los desastres producidos en mar y tierra se suceden unos a otros rápidamente. Las señales que se acumulan a nuestro alrededor, que abran de la cercanía de la venida del Hijo de Dios, se atribuyen a cualquier causa menos a la verdadera. . . *3
Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. Mateo 22:14
Lamentablemente, aunque todas tendrán la oportunidad de escuchar la invitación de Jesús, pocos la aceptaran.
El mundo no está hoy más dispuesto a creer el mensaje dado para este tiempo de lo que estaba en los días de los judíos para recibir el aviso del Salvador respecto a la ruina de Jerusalén. Venga cuando venga, el día de Dios caerá repentinamente sobre los impíos desprevenidos. El día menos pensado, en medio del curso rutinario de la vida, absortos los hombres en los placeres de la vida, en los negocios, en la caza al dinero, cuando los guías religiosos ensalcen el progreso y la ilustración del mundo, y los moradores de la tierra se dejen arrullar por una falsa seguridad, - entonces, como ladrón que a media noche penetra en una morada sin custodia, así caerá la inesperada destrucción sobre los desprevenidos "y no escaparán." (Vers. 3.) *1
Este es el día de la preparación del Señor. Él dice: "He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza". La gran obra de la que la mente no debe ser desviada, es la consideración de nuestra seguridad a la vista de Dios. La tormenta se avecina, implacable en su furia. ¿Estamos preparados para hacerle frente? ¿Están nuestros pies sobre la Roca de la Eternidad?¿Somos uno con Cristo, como él es uno con el Padre? *4
Todos debemos hacernos estas preguntas. ¿Estamos realmente listos?
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Romanos 13:11
La gran controversia está llegando a su final. Cada informe de calamidad que ocurre en el mar o en la tierra es un testimonio del hecho de que el fin de todas las cosas está por sobrevenir. Las guerras y los rumores de guerras así lo declaran. El Señor viene. Oímos los pasos de un Dios que se acerca. *5
¡Qué gran esperanza, el Señor se acerca!
No debería permitirse que este conocimiento de la cercanía de la venida de Cristo pierda su fuerza y que nos tornemos descuidados y desatentos, y caigamos en el sueño: En una insensibilidad e indiferencia a las realidades. En el sueño estamos en un mundo irreal, y no somos sensibles a las cosas que ocurren a nuestro alrededor… *5
El hecho de que disminuye rápidamente el tiempo que media entre nosotros y la eternidad debería impresionarnos profundamente. Cada día que pasa es uno menos que nos queda para completar nuestra obra de perfeccionar el carácter… *5
Mientras muchos permanecen dormidos, y muchos desperdician las preciosas horas en descuidada indiferencia, podríamos decir en el mismo borde del mundo eterno, los que creen deben ser sobrios, deben despertar, deben ser fervientes y diligentes y velar en oración…*5
Queridos jóvenes, ¿tenéis vuestras lámparas preparadas y ardiendo? *5


¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


1* El Conflicto De Los Siglos, “1. La Destrucción De Jerusalén”, Elena G. de White
2* The Review And Herald, “God Warns Men of His Coming Judgments”, November 5, 1889, Elena G. de White
3* Maranata, “167. Vivimos Ya En Tiempos Tormentosos”, Elena G. de White
4* The Review And Herald, “Words of Warning.--No. 3”, December 27, 1898, Elena G. de White
5* Maranata, “136. Tiempo De Despertar”, Elena G. de White

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