Las señales de los tiempos nos indican que el fin de todas las cosas se aproxima. Las profecías cumplidas se han convertido en hechos históricos que definen claramente nuestra posición. Estamos en el umbral del mundo eterno. Nuestro señor advirtió anticipadamente a su pueblo que la iniquidad abundaría en los días finales, y ejercería una influencia paralizadora sobre la verdadera piedad. La maldad se ve, se oye y se siente a nuestro alrededor. Parece que penetra la misma atmósfera y afecta la fe y el amor del profeso pueblo de Dios. Es difícil mantener la integridad cristiana. El hecho es que muchas de las cosas corrientes de nuestros días que ocurren en el cristianismo se deben a la ausencia de persecución. Cuando venga la prueba de las fieras persecuciones, una gran proporción de los que profesan la fe mostrarán que su religión no era más que un vacío formalismo...
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
A Fin De Conocerle, "Firmes Ante El Peligro", Elena G. de White
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