Un hombre no puede servir a Dios sin despertar contra sí la oposición de los ejércitos de las tinieblas. Le asaltarán malos ángeles alarmados al ver que su influencia les arranca la presa. Hombres malvados reconvenidos por el ejemplo de los cristianos, se unirán con aquéllos para procurar separarlo de Dios por medio de tentaciones sutiles. Cuando este plan fracasa, emplean la fuerza para violentar la conciencia.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
El Conflicto De Los Siglos, "38. El Mensaje Final De Dios", Elena G. de White
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