jueves, marzo 18, 2010

¡Aquí Viene El Novio! (Parte 2)

Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron... Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite. Mateo 25:5, 3.

El esposo se retrasó mas de lo esperando. Siendo ya tarde las diez vírgenes se durmieron.

Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Mateo 25:6, 7.

Como vimos en la seria, La Última Noche, el Señor en el momento mas oscuros, mas desesperante, mas inesperado es cuando se manifiesta.

Pero así como ocurrió en la parábola, ocurre hoy en día. Interviene un tiempo de espera, la fe es probada; y cuando se oye el clamor: “He aquí, el esposo viene; salid a recibirle”, muchos no están listos. *

Antes de continuar recordemos que la parábola empieza haciendo una separación entre estas vírgenes.

Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite. Mateo 25:2, 3.

¿A quienes representan las cinco insensatas?

  • La clase representada por las vírgenes fatuas NO están formada de hipócritas. *
  • Sus componentes manifiestan respeto por la verdad, la han defendido, y son atraídos hacia aquellos que la creen… *
  • Esta clase se halla simbolizada también por los oyentes representados por el terreno rocoso.
    • Reciben la palabra con prontitud, pero no asimilan sus principios. *
    • La influencia de la palabra no es permanente. *
    • El Espíritu obra en el corazón del hombre de acuerdo con su deseo y consentimiento, implantando en él una nueva naturaleza. *

Las cinco insensatas también estaban esperando al esposo, recordemos que todo lo que compartían en común las diez vírgenes. (¡Aquí Viene El Novio! – Parte 1)

Pero les faltaba:

  • Realmente conocer a Dios
  • Rendirse por completo al Espíritu Santo.
  • Caer sobre la Roca, Cristo Jesús, y permitir que su vieja naturaleza fuera quebrantada.
  • Estudiar su carácter; mantener comunión con el Señor.
  • Aprender a confiar en Jesús.

¿Que es lo que realmente sucede con las insensatas?

  • Las personas representadas por las vírgenes fatuas se han contentado con una obra superficial.*
  • Su servicio a Dios degenera en formulismo. *

Vendrán a ti como viene el pueblo, y se estarán delante de ti como mi pueblo, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Ezequiel 33:31.

El apóstol Pablo nos recalca que tal será la condición de la mayoría de personas en los últimos días. Debido a esta condición nosotros debemos estar preparados.

En los postreros días vendrán tiempos peligrosos: que habrá hombres amadores de sí mismos... amadores de los deleites más que de Dios; teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella. 2 Timoteo 3:1-5.

Las Insensatas De Nuestros Días

La primer reacción de las insensatas, al ver que el esposo venia, fue pedirle aceite a las prudentes.

Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mateo 25:8.

Esta es la clase de personas que en tiempo de peligro clama: Paz y seguridad. Arrullan sus corazones en la seguridad, y no sueñan con peligros. Cuando se despiertan alarmados de su letargo, disciernen su destitución, y tratan de que otros suplan su necesidad; pero en las cosas espirituales ningún hombre puede suplir la deficiencia del otro. La gracia de Dios ha sido libremente ofrecida a toda alma. Se ha proclamado el mensaje evangélico:*

El que tiene sed, venga: y el que quiere, tome del agua de la vida de balde. Apocalipsis 22:17.

Todos hemos recibido esta invitación. La obra es individual, la salvación es personal.

Pero el carácter es intransferible. Ningún hombre puede creer por otro. Ningún hombre puede recibir el Espíritu por otro. Nadie puede impartir a otro el carácter que es el fruto de la obra del Espíritu. *

[Si ] estuvieren en medio de ella [la tierra] Noé, Daniel, y Job, vivo yo, dice el Señor Jehová, no librarán hijo ni hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas. Ezequiel 14:20.

No puedo dejar de enfatizar cuán importante es la preparación. Si tan solo nos diésemos cuenta cuan cerca está la venida de el Señor.

Es en la crisis cuando se revela el carácter. Cuando la voz fervorosa proclamó a media noche: “He aquí, el esposo viene; salid a recibirle”, y las vírgenes que dormían fueron despertadas de su sueño, se vio quién había hecho la preparación para el acontecimiento. Ambas clases fueron tomadas desprevenidas; pero una estaba preparada para la emergencia, y la otra fue hallada sin preparación. Así también hoy en día, una calamidad repentina e inesperada, algo que pone al alma cara a cara con la muerte, demostrará si uno tiene verdadera fe en las promesas de Dios. Mostrará si el alma es sostenida por la gracia. La gran prueba final viene a la terminación del tiempo de gracia, cuando será demasiado tarde para que la necesidad del alma sea suplida. *

En el día final, muchos pretenderán ser admitidos en el reino de Cristo, diciendo:

Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste”. Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Lucas 13:26, 27.

Pero la respuesta es:

Dígoos que no os conozco; apartaos de mí. Mateo 7:22.

Las más tristes de todas las palabras jamás escuchadas por oídos mortales son las que constituyen la sentencia: “No os conozco”. El compañerismo del Espíritu, que vosotros habéis despreciado, es lo único que podría identificaros con la gozosa multitud en la fiesta nupcial. No podéis participar en esa escena. Su luz caería sobre ojos cegados, su melodía en oídos sordos. Su amor y su gozo no haría vibrar ninguna cuerda de alegría en el corazón entumecido por el mundo. Sois excluidos del cielo por vuestra propia falta de idoneidad para habitar en él. *

Que tristes palabras. Pero el Señor las dirá. La pregunta es, ¿serán esas las palabras que Jesús nos diga a nosotros?

No podemos estar listos para encontrar al Señor despertándonos cuando se oye el clamor: “He aquí el esposo”, y entonces recoger nuestras lámparas vacías para llenarlas. No podemos mantener a Cristo lejos de nuestra vida aquí, y sin embargo ser hechos idóneos para su compañerismo en el cielo. *

En esta vida no han practicado el compañerismo con Cristo; por lo tanto no conocen el lenguaje del cielo, son extraños a sus gozos. *

El que no conoce a Jesús en este mundo y no ha aprendido a caminar con el ahora, no lo podrá hacer en el cielo. La salvación se obtiene hoy. La luz que recibimos debe brillar en nuestras vidas. Solo cuando se tiene al poder del Espíritu Santo es que podemos ser luz a mundo oscuro.

Pero ningún hombre puede impartir lo que él mismo no ha recibido. En la obra de Dios, la humanidad no puede generar nada. Ningún hombre puede por su propio esfuerzo convertirse en un portaluz de Dios. Era el áureo aceite vertido por los mensajeros celestiales en los tubos de oro, para ser conducido del recipiente de oro a las lámparas del santuario, lo que producía una luz continua, brillante y resplandeciente. Es el amor de Dios continuamente transferido al hombre lo que lo capacita para impartir luz. En el corazón de todos los que están unidos a Dios por la fe, el áureo aceite del amor fluye libremente, para brillar en buenas obras, en un servicio real y sincero por Dios. *

Lo Que Necesitamos Ahora

Sin el Espíritu de Dios, un conocimiento de su Palabra no tiene valor. La teoría de la verdad, cuando no va acompañada del Espíritu Santo, no puede avivar el alma o santificar el corazón. Uno puede estar familiarizado con los mandamientos y las promesas de la Biblia, pero a menos que el Espíritu de Dios grabe la verdad, el carácter no será transformado. Sin la iluminación del Espíritu, los hombres no podrán distinguir la verdad del error, y caerán bajo las tentaciones maestras de Satanás. *

La obra no es nuestra y la salvación es un don, es un regalo de Dios.

Así los seguidores de Cristo han de verter luz sobre las tinieblas del mundo. Por medio del Espíritu Santo, la Palabra de Dios es una luz cuando llega a ser un poder transformador en la vida del que la recibe. Implantando en el corazón los principios de su Palabra, el Espíritu Santo desarrolla en los hombres los atributos de Dios. La luz de su gloria—su carácter—ha de brillar en sus seguidores. Así ellos han de glorificar a Dios, han de iluminar el camino a la casa del Esposo, a la ciudad de Dios, a la cena de bodas del Cordero. *

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

* Palabras De Vida Del Gran Maestro, “El Premio Inmerecido”, Elena G. de White

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