jueves, marzo 04, 2010

La Última Noche – Parte 12 (El Mundo – Protección Divina)


Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones. Joel 2:1, 2.
Mientras muchos permanecen dormidos, y muchos desperdician las preciosas horas en descuidada indiferencia, podríamos decir EN EL MISMO BORDE DEL MUNDO ETERNO, los que creen deben ser sobrios, deben despertar, deben ser fervientes y diligentes y velar en oración. *1
Quizá estas palabras pueden parecer repetitivas. Para muchos la venida del Señor es un evento distante. Es algo que sucederá en el alejado futuro. Las personas viven cada día pensando que tendrán la oportunidad de vivir una vida completa, sin compromisos, disfrutando de todo.

Son pocos los que miran al cielo y entienden que el fin está cerca. Son pocos los que claman al Señor día y noche para que regrese. Mientras las bendiciones del Señor se continúan derramando, pensamos que hay tiempo y no tenemos la necesidad de que Jesús regrese. La sierva del Señor lo llama una “descuidada indiferencia”.




Muchos estamos cegados al sufrimiento, al dolor que los seremos humanos experimentan cada día en todo el mundo. Podemos mirar los últimos eventos y encontrar la desesperanza que surge en las personas. Algunos pierden todas sus pertenecías, ven como sus esfuerzos, como todo su trabajo en segundos se vuelve en nada. Otros pierden su salud, pierden sus extremidades, pierden sus vidas en estas catástrofes. Otros experimentan la angustia de perder un ser amado. Muchos se acuestan con hambre y temor al pensar que el siguiente día no tendrán como proveer para sus familias. Niños sufren y mueren cada día.

Una persona relataba su angustia en este último desastre. Las olas habían arrastrado su casa al mar, mientras el y su esposa aun estaban dentro de ella. Exasperadamente buscaba por todos lados tratando de encontrarla mientras consideraba la posibilidad que nunca mas vería a su esposa.

Las bendiciones que Dios continua derramando sobre sus hijos, son para que las empleemos en la salvación de las almas. Están destinadas con el propósito de terminar la predicación del evangelio para que Cristo pueda volver pronto y acabe con este mundo de dolor y sufrimiento.

Mientras la ultima noche de este mundo concluye debemos cambiar nuestro enfoque a las cosas eternas y pedir la unción del Espíritu Santo. Necesitamos que el Señor venga, necesitamos que las almas se salven.
Todo lo que acontece a nuestro alrededor es para despertarnos y prepararnos para ese gran día.
La iglesia, que está por entrar en su más severo conflicto, será el objeto más querido para Dios en la tierra... Satanás arrojará todo vituperio posible sobre los escogidos, a quienes no puede engañar y alucinar con sus invenciones y falsedades satánicas. Pero exaltado “por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados”, Cristo, nuestro representante y nuestra cabeza, ¿cerrará su corazón, o retirará su mano, o dejará de cumplir su promesa? No; nunca. *2
Habrá una serie de acontecimientos que tendrán por objeto mostrar que Dios domina la situación. La verdad será proclamada en un lenguaje claro e inequívoco. A nosotros, como pueblo, nos incumbe preparar el camino del Señor bajo la dirección de su Espíritu Santo. El evangelio debe ser dado en su pureza. El raudal de aguas vivas debe profundizar y ensanchar su curso. En todos los campos, cercanos y lejanos, habrá hombres que serán llamados a dejar el arado y los negocios que ocupan de costumbre el pensamiento, para prepararse junto a hombres de experiencia. A medida que aprendan a trabajar con éxito, anunciarán la verdad con poder. Merced a las maravillosas operaciones de la Providencia divina, montañas de dificultades serán removidas y arrojadas al mar. El mensaje, que tanto significa para todos los habitantes de la tierra, será oído y comprendido. Los hombres verán dónde está la verdad. La obra progresará más y más hasta que la tierra entera sea amonestada; y entonces vendrá el final. *3
El mensaje de salvación llegará a todos. Y mientras empiece el gran tiempo de angustia, mientras nos encontremos en persecuciones y dificultades, los rayos de esperanza celestial brillaran en nuestras vidas. Dios estará a nuestro lado. Cuando termine el tiempo de gracia ni un solo Cristiano perecerá tal como los Cristianos fueron protegidos durante la destrucción de Jerusalén y tal como Lot y sus hijas fueron protegidos por los ángeles.
Ni un solo cristiano pereció en la destrucción de Jerusalén. Cristo había prevenido a sus discípulos, y todos los que creyeron sus palabras esperaron atentamente las señales prometidas. "Cuando viereis a Jerusalén cercada de ejércitos - había dicho Jesús, - sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse." Lucas 21: 20, 21. *4
Si no hubiese sido por los ángeles de Dios, todos habrían perecido en la ruina de Sodoma. Los mensajeros celestiales asieron de la mano a Lot y a su mujer y a sus hijas, y los llevaron fuera de la ciudad. *5
No podemos saber cuánto debemos a Cristo por la paz y la protección de que disfrutamos. *5
A menudo suele haber ángeles en forma humana en las asambleas de los justos, y visitan también las de los impíos, como lo hicieron en Sodoma para tomar nota de sus actos y para determinar si excedieron los límites de la paciencia de Dios. El Señor se complace en la misericordia; así que por causa de los pocos que le sirven verdaderamente, mitiga las calamidades y prolonga el estado de tranquilidad de las multitudes. Los que pecan contra Dios no se dan cuenta de que deben la vida a los pocos fieles a quienes les gusta ridiculizar y oprimir. *6
Pero el que presta oídos a la advertencia y "habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente." "Escudo y adarga es su verdad." Para el tal es la promesa: "Saciarélo de larga vida, y mostraréle mi salud." (Sal. 91:1, 4, 16.) *5
Cuando termine el tiempo de gracia, nunca mas se derramara la sangre de los santos. Los casos estarán decidíos y Dios pronto vendrá a vengar la sangre de los justos que clamó desde los tiempos de Abel.
El ojo de Dios, al mirar a través de las edades, se fijó en la crisis a la cual tendrá que hacer frente Su pueblo, cuando los poderes de la tierra se unan contra él. Como los desterrados cautivos, temerán morir de hambre o por la violencia. Pero el Dios santo que dividió las aguas del Mar Rojo delante de los israelitas manifestará Su gran poder libertándolos de su cautiverio. "Ellos Me serán un tesoro especial, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día que Yo preparo; y Me compadeceré de ellos, como un hombre se compadece de su mismo hijo que le sirve." Malaquías 3:17. Si la sangre de los fieles siervos de Cristo fuese entonces derramada, no sería ya, como la sangre de los mártires, semilla destinada a dar una cosecha para Dios. Su fidelidad no sería ya un testimonio para convencer a otros de la verdad, pues los corazones endurecidos han rechazado los llamamientos de la misericordia hasta que éstos ya no se dejan oír. Si los justos cayesen entonces presa de sus enemigos, sería un triunfo para el príncipe de las tinieblas. El salmista dice: "Me esconderá en Su pabellón en el día de calamidad; Me encubrirá en lo recóndito de Su Tabernáculo." Salmo 27:5. Cristo ha dicho: "¡Ven, pueblo Mío, entra en tus aposentos, cierra tus puertas sobre ti; escóndete por un corto momento, hasta que pase la indignación! Porque he aquí que Jehová sale de Su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad." Isaías 26:20, 21. Gloriosa será la liberación de los que lo han esperado pacientemente y cuyos nombres están escritos en el libro de la vida. *6
No debemos hacer ninguna preparación con respecto a nuestros alimentos. ¿Acaso Dios se olvido de Elías cuando estaba en solo en la cueva?
Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles les proveían comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed. *7
El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero aunque perseguido y acongojado y aunque sufra privaciones y falta de alimento, no será abandonado para perecer. El Dios que cuidó de Elías no abandonará a ninguno de sus abnegados hijos. El que cuenta los cabellos de sus cabezas, cuidará de ellos y los atenderá en tiempos de hambruna. Mientras los malvados estén muriéndose de hambre y pestilencia, los ángeles protegerán a los justos y suplirán sus necesidades. Escrito está del que "camina en justicia" que "se le dará pan y sus aguas serán ciertas." "Cuando los pobres y los menesterosos buscan agua y no la hay, y la lengua se les seca de sed, yo, Jehová, les escucharé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré." Isaías 33:16; 41:17. *6
La protección de Dios se manifestara, especialmente cuando se de el decreto de muerte. Veremos las huestes celestiales protegernos.
Los centinelas celestiales, fieles a su cometido, siguen vigilando. Por más que un decreto general haya fijado el tiempo en que los observadores de los mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, en algunos casos, se anticiparán al decreto y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. Pero nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes colocados en torno de cada fiel. Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros son defendidos por ángeles en forma de guerreros. *6
Aunque los gobernantes de este mundo no lo sepan, ha sido frecuente que en sus asambleas hablaran ángeles. Ojos humanos los han mirado; oídos humanos han escuchado sus llamamientos; labios humanos se han opuesto a sus indicaciones y han puesto en ridículo sus consejos; y hasta manos humanas los han maltratado. En las salas de consejo y en los tribunales, estos mensajeros celestiales han revelado sus grandes conocimientos de la historia de la humanidad y se han demostrado más capaces de defender la causa de los oprimidos que los abogados más hábiles y más elocuentes. Han frustrado propósitos y atajado males que habrían atrasado en gran manera la obra de Dios y habrían causado grandes padecimientos a Su pueblo. En la hora de peligro y angustia "el ángel de Jehová acampa en derredor de los que Le temen, y los defiende." Salmo 34:7. *6
Tenemos una promesa hermosa. Los ojos de Dios estarán sobre su pueblo y su cuidadosa protección estará sobre nosotros por medio de los ángeles. ¡Dios no olvidará a su pueblo!
La historia de Jacob nos da además la seguridad de que Dios no rechazará a los que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero que hayan vuelto a El con verdadero arrepentimiento. Mientras Satanás trata de acabar con esta clase de personas, Dios enviará sus ángeles para consolarlas y protegerlas en el tiempo de peligro. Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre Su pueblo y Su oído escucha su súplica. *6
¿Olvidará el Señor a Su pueblo en esa hora de prueba? ¿Olvidó acaso al fiel Noé cuando Sus juicios cayeron sobre el mundo antediluviano? ¿Olvidó acaso a Lot cuando cayó fuego del cielo para consumir las ciudades de la llanura? ¿Se olvidó de José cuando estaba rodeado de idólatras en Egipto? ¿o de Elías cuando el juramento de Jezabel le amenazaba con la suerte de los profetas de Baal? ¿Se olvidó de Jeremías en el obscuro y húmedo pozo en donde había sido echado? ¿Se olvidó acaso de los tres jóvenes en el horno ardiente o de Daniel en el foso de los leones? *6
¿Se olvidará acaso la mujer de su niño mamante, de modo que no tenga compasión del hijo de sus entrañas? ¡Aun las tales le pueden olvidar; mas no me olvidaré yo de ti! He aquí que sobre las palmas de mis manos te traigo esculpida." Isaías 49:14 16. El Señor de los ejércitos ha dicho: "Aquel que os toca a vosotros, le toca a El en la niña de Su ojo." Zacarías 2:8. *6
No importa el lugar mas oscuro o remoto en el cual nos encontremos en los últimos días. Dios estará con nosotros.
Aunque los enemigos los arrojen a la cárcel, las paredes de los calabozos no pueden interceptar la comunicación entre sus almas y Cristo. Aquel que conoce todas sus debilidades, que ve todas sus pruebas, está por encima de todos los poderes de la tierra; y acudirán ángeles a sus celdas solitarias, trayéndoles luz y paz del cielo. La prisión se volverá palacio, pues allí moran los que tienen mucha fe, y los lóbregos muros serán alumbrados con luz celestial como cuando Pablo y Silas oraron y alabaron a Dios a medianoche en el calabozo de Filipos. *6
Pero solo los que hayan hecho los preparativos necesarios ahora, recibirán su protección. Solo los que estén velando y orando.
La gran controversia está llegando a su final. Cada informe de calamidad que ocurre en el mar o en la tierra es un testimonio del hecho de que el fin de todas las cosas está por sobrevenir. Las guerras y los rumores de guerras así lo declaran. El Señor viene. Oímos los pasos de un Dios que se acerca. *1


¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

1* Maranata, “212. Tiempo De Despertar”, Elena G. de White.
2* Maranata, “195. La Iglesia Apunto De Caer”, Elena G. de White.
3* Maranata, “210. El Ángel De Apocalipsis 18”, Elena G. de White.
4* El Conflicto De Los Siglos, 1. La Destrucción De Jerusalén”, Elena G. De White.
5* Patriarcas Y Profetas, 14. La Destrucción De Sodoma”, Elena G. de White.
6* El Conflicto De Los Siglos, “39. El Tiempo De Angustia”, Elena G. de White.
7* Maranata, “262. Protegido Por Ángeles”, Elena G. de White.

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