En el tiempo de gracia que se nos concede aquí, cada uno de nosotros está construyendo un edificio que deberá pasar por la inspección del Juez de toda la tierra. Esta obra es la edificación de nuestros caracteres. Cada acto de nuestra vida es una piedra en ese edificio, cada una de nuestras facultades es un obrero, cada golpe que se da lo es para el bien o para el mal.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
* En Lugares Celestiales, “Nuestro Fundamento Seguro”, Elena G. de White
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