“Si Jesús, el Redentor del mundo, oró diciendo: ‘Padre mío, si es posible pase de mí este vaso; empero no como yo quiero, sino como tú,’ cuán conveniente es que los mortales finitos se sometan de la misma manera a la sabiduría y la voluntad de Dios.”
“No podemos contar sino con una vida harto breve, y no sabemos cuándo la saeta de la muerte nos atravesará el corazón. Tampoco sabemos cuándo tendremos que desprendernos del mundo y de todos sus intereses. La eternidad se extiende ante nosotros. El velo está a punto de descorrerse. Unos pocos años más, y para cada uno de nosotros, contado en el número de los vivos, ha de consumarse el mandato: ‘El que es injusto, sea injusto todavía:...y el que es justo sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía.’ Apocalipsis 22:11.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
* La Fe Por La Cual Vivo, "La Saeta de la Muerte”, Elena G. de White
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