domingo, febrero 07, 2010

La Última Noche – Parte 2 (Jerusalén)

Jerusalén por mucho tiempo fue favorecida por el Señor. Después de tantos mensajes y de tantos acontecimientos en este lugar, su pueblo había rechazado al único mediador entre Dios y el hombre, a Jesús.

La destrucción de esta ciudad no fue algo fácil para el Señor. Es el último recurso que el Señor utiliza cuando las personas han rechazado completamente la gracia de Dios.

Nunca estuvo en los planes de Dios que el ser humano muriese. Cuan terrible es la consecuencia del pecado. Sus efectos obran una separación no solamente entre la raza humana al perder a un ser querido sino entre Dios y el hombre. Lo que el Señor mas desea es nuestra salvación. Habiendo dado su vida en rescate del pecador, el extiende sus brazos de amor y espera pacientemente. El apóstol Pedro declara:
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9

sábado, febrero 06, 2010

La Última Noche – Parte 1 (Jerusalén)


Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. Mateo 24:15-18
La instrucción que los ángeles le dieron a Lot y su familia para abandonar la ciudad fue la misma que el Señor le dio a sus discípulos. Estos versos tienen doble aplicación puesto que el Señor estaba contestando dos preguntas. En la siguiente serie veremos la aplicación que estos versos tienen para nuestros días.

Dios había determinado que no había mas solución para Sodoma y Gomorra mas que su destrucción. Los pecados habían llegado hasta el cielo. La misericordia de Dios por mucho tiempo se había extendido y el estaba dispuesto a perdonarlas por amor a 10 justos que se encontrasen en ellas. De la misma forma Jerusalén fue juzgada y no había otra solución mas que su destrucción.


Recordemos lo que la sierva del Señor escribió con respecto a los pecados de Sodoma y Gomorra.

miércoles, febrero 03, 2010

La Última Noche - Parte 6 (Sodoma y Gomorra)

Como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno. Judas 1:7

¡Qué grandes lecciones nos dejaron estas ciudades de la llanura para nuestros días!

Las llamas que consumieron las ciudades de la llanura transmiten hasta nuestros días la luz de su advertencia. Se nos enseña la temible y solemne lección de que mientras la misericordia de Dios tiene mucha paciencia con el transgresor, hay un límite más allá del cual los hombres no pueden seguir en sus pecados. Cuando se llega a ese límite, se retira el ofrecimiento de la gracia y comienza la ejecución del juicio.*

Nuestra condición actual peor que la de estas ciudades.

El Redentor del mundo declara que hay pecados mayores que aquellos por los cuales fueron destruidas Sodoma y Gomorra. Los que oyen la invitación del Evangelio que llama a los pecadores al arrepentimiento, y no hacen caso de ella, son más culpables ante Dios que los habitantes del valle de Sidim. Mayor aun es el pecado de los que aseveran conocer a Dios y guardar sus mandamientos, y sin embargo, niegan a Cristo en su carácter y en su vida diaria. De acuerdo con lo indicado por el Salvador, la suerte de Sodoma es una solemne advertencia, no meramente para los que son culpables de pecados manifiestos, sino para todos aquellos que están jugando con la luz y los privilegios que vienen del cielo.*

Oh que palabras mas terribles pero reales. ¿Pero que mas podemos esperar? Después de que nuestro Padre dio lo mas precioso, lo mas importante, lo mejor que tenia para que muriese por nosotros, ¿cómo es posible que las personas lo rechacen? Nada mas puede hacer el Señor.

Con una compasión más tierna que la que conmueve el corazón de un padre terrenal que perdona a su hijo pródigo y doliente, el Salvador anhela que respondamos a su amor y al perdón que nos ofrece. Dice a los extraviados: "Tornaos a mí, y yo me tornaré a vosotros." (Mal. 3:7.) Pero si el pecador se niega obstinadamente a responder a la voz que le llama con compasivo y tierno amor, será abandonado al fin en las tinieblas. El corazón que ha menospreciado por mucho tiempo la misericordia de Dios se endurece en el pecado, y ya no es susceptible a la influencia de la gracia divina. Terrible será la suerte de aquel de quien por último el Salvador declare: "Es dado a ídolos." (Ose. 4:17.) En el día del juicio, la suerte de las ciudades de la llanura será más tolerable que la de aquellos que reconocieron el amor de Cristo y, sin embargo, se apartaron para seguir los placeres de un mundo pecador.*

Son palabras solemnes, al corazón endurecido por el pecado después de rechazar el amor de Jesús recibirá la condenación eterna.

Vosotros que despreciáis los ofrecimientos de la misericordia, pensad en la larga serie de asientos que se acumulan contra vosotros en los libros del cielo; pues allá se registra la impiedad de las naciones, las familias y los individuos. Dios puede soportar mucho mientras se lleva la cuenta, y puede enviar llamados al arrepentimiento y ofrecer perdón; sin embargo, llegará el momento cuando habrá completado la cuenta; cuando el alma habrá hecho su elección; cuando por su propia decisión el hombre habrá fijado su destino. Entonces se dará la señal para ejecutar el juicio.*

La misericordia de Dios es grande, mucho mas grande de los que el ser humano puede imaginar. Pero tiene un límite. Por muchos años nos permitido entender que la hora de su juicio ha llegado.

Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Apocalipsis 14:6, 7

Sabiendo esto, ¿qué es lo que está en la mente y los corazones de las personas?

Como los habitantes del valle de Sidim, la gente sueña ahora con prosperidad y paz. "Escapa por tu vida," es la advertencia de los ángeles de Dios; pero se oyen otras voces que dicen; "No os inquietéis, no hay nada que temer." La multitud vocea: "Paz y seguridad," mientras el Cielo declara que una rápida destrucción está por caer sobre el transgresor. En la noche anterior a su destrucción, las ciudades de la llanura se entregaban desenfrenadamente a los placeres, y se burlaron de los temores y advertencias del mensajero de Dios; pero aquellos burladores perecieron en las llamas; en aquella misma noche la puerta de la gracia fue cerrada para siempre para los impíos y descuidados habitantes de Sodoma.*

El mundo declara paz y seguridad mientras que las señales de los tiempos nos indican todo lo contrario.

Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:2-3

El Señor nos promete una seguridad la cual el mundo no conoce y nunca podrá dar. La protección de Dios y la esperanza de vida eterna sobrepasa mil veces mas lo mejor que este mundo ofrece.

Pero el que presta oídos a la advertencia y "habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente." "Escudo y adarga es su verdad." Para el tal es la promesa: "Saciarélo de larga vida, y mostraréle mi salud." (Sal. 91:1, 4, 16.)

Es necesario que el pueblo de Dios despierte y se dé cuenta que las decisiones que tomamos cada día están determinando nuestra vida eterna o nuestra muerte eterna. Si Lot hubiese enfocado su mirada en el cielo antes que en las cosas de este mundo, cuan diferente hubiese sido su historia.

Fue salvado, por fin, como un "tizón arrebatado del incendio" (Zac. 3: 2), pero fue privado de su hacienda, perdió a su esposa y a hijos, moró en cuevas como las fieras, en su vejez fue cubierto de infamia, y dio al mundo no una generación de hombres piadosos, sino dos naciones idólatras, que se enemistaron contra Dios y guerrearon contra su pueblo, hasta que, cuan la medida de su impiedad estuvo llena, fueron condenada la destrucción. ¡Qué terribles fueron las consecuencias que siguieron a un solo paso imprudente!*

Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. Lucas 17:28-30

El gran día del Señor se acerca. Pero todo los que se hayan entregado por completo al Señor, los que coloquen su mirada en las cosas eternas, recibiremos al señor cuando se manifieste en las nubes de los cielos.


¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


* Patriarcas Y Profetas, “14. La Destrucción de Sodoma”, Elena G. de White

martes, febrero 02, 2010

La Última Noche - Parte 5 (Sodoma y Gomorra)

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. Génesis 19:15-17

A pesar de todo, Lot continuaba vacilando. Le dolió mucho el tener que dejar la cuidad. Pero al rayar el alba los ángeles mismos los sacaron de las manos para que no sufrieran el castigo eterno.

Una instrucción muy clara les fue dada a Lot y a su familia. “Escapa por tu vida; no mires tras ti; ni pares en toda esta llanura; escapa al monte; no sea que perezcas”. Pero Lot y su familia fueron faltos de fe.

Allí los dejaron los ángeles y se volvieron a Sodoma para cumplir su obra de destrucción. Otro, Aquel a quien había implorado Abrahán, se acercó a Lot. En todas las ciudades de la llanura, no se habían encontrado ni siquiera diez justos; pero en respuesta al ruego del patriarca, el hombre que temía a Dios fue preservado de la destrucción. Con vehemencia aterradora se le dio el mandamiento: "Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas." Cualquier tardanza o vacilación sería ahora fatal. El retrasarse por echar una sola mirada a la ciudad condenada, el detenerse un solo momento, sintiendo dejar un hogar tan hermoso, les habría costado la vida. La tempestad del juicio divino sólo esperaba que estos pobres fugitivos escapasen. *1

¡Ellos estaban escapando por sus vidas! Lo único que debían hacer era salir sin mirar atrás. ¿Por qué fue esto tan difícil?

Pero Lot les dijo: No, yo os ruego, señores míos. He aquí ahora ha hallado vuestro siervo gracia en vuestros ojos, y habéis engrandecido vuestra misericordia que habéis hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal, y muera. He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; dejadme escapar ahora allá (¿no es ella pequeña?), y salvaré mi vida. Génesis 19:18-20

Son los ángeles del cielo que han venido a darles la advertencia. Ellos los protegieron de la turba. Ellos los llevaron de la mano y los sacaron de la cuidad. Dios había retrasado su juicio solo por ellos, sin embargo Lot tuvo miedo de perder su vida. ¿Era lógico? ¿Acaso Dios solo los había sacado de la cuidad para que de todas formas pereciesen?

¿Pero, por qué no confió Lot en la misericordia de los ángeles que lo dirigieron a escapar a las montañas, ya que el les atribuía la salvación de su vida? La estadía de Lot en Sodoma no había tendido a aumentar su fe en Dios, ni tampoco sus relaciones con los que no conocieron a Dios habían tendido a convertirlos del error de sus caminos. Le había suplicado a los ángeles que le permitieran tomar refugio en la ciudad de Zoar, diciendo: "¿no es ella pequeña? y salvaré mi vida", como si el Dios que había dirigido su huida de Sodoma no entendía cómo mejor preservar la vida que había salvado. ¡Pero la misericordia y la condescendencia se manifiestan por el Dios del cielo! Su petición se oye, y su declaración concedida; sin embargo, cuánto mejor habría sido que escuchan la voz del ángel, e ir a las montañas, lo mas lejos posible de la ciudad impía. El ángel le ordena a apresurarse, porque la tormenta de fuego sería extensa y terrible.*2

Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por eso fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. Génesis 19:21-23

Esta apelación era a Jehová. El estaba con Lot pero Lot aun temía por su vida.

Pero Lot, confuso y aterrado, protestó que no podía hacer lo que se le exigía, por temor a que le ocurriera algún mal que le causara la muerte. Mientras vivía en aquella ciudad impía, en medio de la incredulidad, su fe había disminuido. El Príncipe del cielo estaba a su lado, y sin embargo rogaba por su vida como si el Dios que había manifestado tanto cuidado y amor hacia él no estuviera dispuesto a seguir protegiéndole. Debiera haber confiado plenamente en el mensajero divino, poniendo su voluntad y su vida en las manos del Señor, sin duda ni pregunta alguna. Pero como tantos otros, trató de hacer planes por sí mismo: "He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña: escaparé ahora allá, (¿no es ella pequeña?) y vivirá mi alma." La ciudad mencionada aquí era Bela, que más tarde se llamó Zoar. Estaba a pocas millas de Sodoma, era tan corrompida como ésta, Y también condenada a la destrucción. Pero Lot rogó que fuese conservada, insistiendo en que era poco lo que pedía; y lo que deseaba le fue otorgado. El Señor le aseguró: "He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado." ¡Cuánta es la misericordia de Dios hacia sus extraviadas criaturas! *1

¡Que misericordia la de Dios! ¡Como contiende Dios con nuestra incredulidad, con nuestra falte de fe! Quizá tu podrás preguntare porque Lot dudo tanto siendo guiado y protegido por Jehová mismo. Pero antes de contestar pregúntate, ¿que hubieses hecho tú?

Lot salió de allí un hombre pobre, dejando atrás todo lo que tenia incluyendo a sus hijas. ¿Cual hubiese sido tu reacción? ¿Te has puesto a pensar que pronto nosotros seremos llamados a hacer lo mismo? A dejar todo atrás incluyendo a nuestros familiares incrédulos. ¿Estas listo? ¿Te mantendrás fiel al Señor? ¿Hasta donde llegará tu fe?

En esta ocasión Dios perdona la cuidad de Zoar aunque también había sido condenada a ser destruida. Pero tal caso no se repetirá. Cuando se cierre el tiempo de gracia, ya no habrá mas oportunidad. Y los que no hayan sido sellados, “beberán del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira”.

Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. Génesis 19:24-25

"El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar." Los claros rayos matutinos parecían anunciar sólo prosperidad y paz a las ciudades de la llanura. Empezó el ajetreo de la vida diaria por las calles; los hombres iban por sus distintos caminos, a su negocio o a los placeres del día. Los yernos de Lot se burlaban de los temores y advertencias del caduco anciano. *1

De repente, como un trueno en un cielo despejado, se desató la tempestad. El Señor hizo llover fuego y azufre del cielo sobre las ciudades y la fértil llanura. Sus palacios y templos, las costosas moradas, los jardines y viñedos, la muchedumbre amante del placer, que la noche anterior había injuriado a los mensajeros del cielo, todo fue consumido. El humo de la conflagración ascendió al cielo como si fuera el humo de un gran horno. Y el hermoso valle de Sidim se convirtió en un desierto, un sitio que jamás había de ser reconstruido ni habitado, como testimonio para todas las generaciones de la seguridad con que el juicio de Dios castiga el pecado. *1

Finalmente, llegaron los juicios de Dios sobre estas ciudades en la cuales no se encontraban ni 10 justos. Pero sobrecogido por sus dudas, Lot y su familia aun permanecían muy cerca.

De la misma forma será la condición nuestra en el fin.

Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. 1 Tesalonicenses 5:2, 3

La historia no terminó allí. Mientras Lot y su familia llegaban a Zoar ocurrió una tragedia.

Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. Génesis 19:26

Otra vez se le dio la solemne orden de apresurarse, pues la tempestad de fuego tardaría muy poco en llegar. Pero una de las personas fugitivas se atrevió a mirar hacia atrás, hacia la ciudad condenada, y se convirtió en monumento del juicio de Dios. Si Lot mismo no hubiese vacilado en obedecer a la advertencia del ángel, y si hubiese huído con prontitud hacia las montañas, sin una palabra de súplica ni de protesta, su esposa también habría podido escapar. La influencia del ejemplo de él la habría salvado del pecado que selló su condenación. Pero la vacilación y la tardanza de él la indujeron a ella a considerar livianamente la amonestación divina. Mientras su cuerpo estaba en la llanura, su corazón se asía de Sodoma, y con Sodoma pereció. Se rebeló contra Dios porque sus juicios arrastraban a sus hijos y sus bienes a la ruina. Aunque fue muy favorecida al ser llamada a que saliera de la ciudad impía, creyó que se la trataban duramente, porque tenía que dejar para ser destruidas las riquezas que habían acumulado con el trabajo de muchos años. En vez de aceptar la salvación con gratitud, miró hacia atrás presuntuosamente deseando la vida de los que habían despreciado la advertencia divina. Su pecado mostró que no era digna de la vida, por cuya conservación sentía tan poca gratitud. *1

Ella miró hacia atrás a Sodoma, murmurando contra las obras de Dios, y se convirtió en una estatua de sal, que pudiera servir de advertencia a todos aquellos que no hacen caso a las misericordias especiales y las providencias del Cielo. Después de esta terrible retribución, Lot no se atrevía a quedarse por el camino…*3

Que gran lección aprendemos de la esposa de Lot. Nuestro corazón, nuestra menta debe estar dirigida hacia Dios y las cosas eternas. Es la única forma de alcanzar el cielo. ¿Acaso puede el Señor salvar a alguien y llevarlo a las mansiones celestiales si esa persona prefiere vivir en este mundo?

Debiéramos guardarnos de tratar tan ligeramente las benignas medidas que Dios toma para nuestra salvación. *1

¿Hemos removido las cosas de nuestros corazones que nos atan a este mundo? ¿Deseamos las moradas celestiales y eternas mas que las terrenales? El gran día del Senor viene, ¿estás listo?

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!


1* Patriarcas Y Profetas, “14. La Destrucción De Sodoma”, Elena G. de White
2* Signs Of The Times, “The Doom Of Sodom A Warning For The Last Days”, October 16, 1893 Elena G. de White
3* Review And Herald, “Separation from the World”, November 14, 1882 Elena G, de White

lunes, febrero 01, 2010

La Última Noche – Parte 4 (Sodoma y Gomorra)

¡La última noche ha llegado! Los mensajeros le han revelado a Lot, a través de su poder que son ángeles del cielo, pero por primera vez le revelan su doble misión.

Aquella última noche no se distinguió porque se cometieran mayores pecados que en otras noches anteriores; pero la misericordia, tanto tiempo despreciada, al fin cesó de interceder por ellos. Los habitantes de Sodoma habían pasado los límites de la longanimidad divina, "el límite oculto entre la paciencia de Dios y su ira." Los fuegos de su venganza estaban por encenderse en el valle de Sidim.*1

Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. Génesis 19:12, 13

Los ángeles manifestaron a Lot el objeto de su misión: "Vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto Jehová nos ha enviado para destruirlo." Los forasteros a quienes Lot había tratado de proteger, le prometieron a su vez protegerlo a él y salvar también a todos los miembros de su familia que huyeran con él de la ciudad impía. *1

El Señor fue grandemente misericordioso con Lot. El Señor estaba retrasando la destrucción de estas ciudades solo para que Lot y su familia salieran de ella de la misma forma en la que los ángeles ahora retienen los vientos para que su pueblo sea sellado.

Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba. Génesis 19:14

Los ángeles manifestaron a Lot cuál era su misión, y le hacen saber que Dios traería destrucción sobre la ciudad impía. Lot creyó las palabras de los ángeles, pero su familia se resistía a recibir su mensaje. Tanto tiempo habían vivido en vista y sonido de maldad que sus sentidos estaban embotados con el carácter grave del pecado. Lot había afligido su alma por los pecados degradantes que los Sodomitas continuamente cometían, y sin embargo aún el no pensaba que su pecado fuese del carácter degradante que era, ni consideró que estaban tan firmemente asentados como para ya no tener remedio alguno. Les pide permiso a los ángeles para ir y advertir a sus hijas y yernos que viven en la ciudad. Hizo su camino a través de la turba, que no habían podido, causarle daño por el poder de los ángeles, y dio el mensaje a sus hijos. Con dolor y terror les pide que abandonen la ciudad condenada, y huyan con él antes que la destrucción se lleve a cabo, pero lo ven a él como a un loco, viniendo a ellos con ese mensaje a la medianoche. Se ríen de su temor, pensando que una horrible pesadilla ha enloquecido su cerebro. No se tomaran la molestia sobre el asunto, sino que lo tratan como una broma, y estos que no reciben el mensaje, continúan durmiendo, ignorando la advertencia final de sus vidas. *2

Las propias hijas de Lot lo trataron de loco y ignoraron su llamado a salir de la cuidad. Ignoraron el hecho de que el fin había llegado.

…Lot salió para avisar a sus yernos. Repitió las palabras de los ángeles: "Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad." Pero a ellos les pareció que Lot bromeaba. Se rieron de lo que llamaron sus temores supersticiosos. Sus hijas se dejaron convencer por la influencia de sus maridos. Se encontraban perfectamente bien donde estaban. No podían ver señal alguna de peligro. Todo estaba exactamente como antes. Tenían grandes haciendas, y no les parecía posible que la hermosa Sodoma iba a ser destruida. *1

En gran parte, Lot fue la causa de que sus hijas ignoraran su amonestación a escapar por sus vidas. Lot era el que había decidió vivir en Sodoma, el los había llevado a esa cuidad. Pero al final de cuantas ellas ya tenían uso de la razón y debían escoger salvar sus propias vidas. Pero esta es una amonestación seria a los padres de familia, sobre el lugar donde llevaran a sus hijos y las influencias que ellos permitan.

Lleno de dolor, regresó Lot a su casa, y contó su fracaso. Entonces los ángeles le mandaron levantarse, llevar a su esposa y a sus dos hijas que estaban aún en la casa, y abandonar la ciudad. Pero Lot se demoraba. Aunque diariamente se afligía al presenciar actos de violencia, no tenía un verdadero concepto de la abominable iniquidad y la depravación que se practicaban en esa vil ciudad. No comprendía la terrible necesidad de que los juicios de Dios reprimiesen el pecado. Algunos de sus cercanos se aferraban a Sodoma, y su esposa se negaba a marcharse sin ellos. A Lot le parecía insoportable la idea de dejar a los que más quería en la tierra. Le apenaba abandonar su suntuosa morada y la riqueza adquirida con el trabajo de toda su vida, para salir como un pobre peregrino. Aturdido por el dolor, se demoraba, y no podía marcharse. Si no hubiese sido por los ángeles de Dios, todos habrían perecido en la ruina de Sodoma. Los mensajeros celestiales asieron de la mano a Lot y a su mujer y a sus hijas, y los llevaron fuera de la ciudad. *1

A Lot le fue muy difícil salir de la cuidad a pesar de que aceptó el mensaje de estos varones del cielo.

Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad. Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. Génesis 19:15-17

¡Que difícil fue para Lot salir de Sodoma! Tuvo que dejar parte de su familia atrás y todas las riquezas que había acumulado fueron sacrificadas. Tuvo que salir de Sodoma un hombre pobre. El trabajo de años ahora fue contado en vano. No sentía la necesidad terrible de que el juicio de Dios callera sobre la ciudad impía, y aún vacilaba. Los ángeles le instan a salir inmediatamente, pero Lot, estupefacto con el dolor por la pérdida de sus hijos y su propiedad, todavía vacila. Los ángeles se apoderan de sus manos, y las manos de su esposa e hijos, y con la violencia misericordiosa apresuran a salir de la ciudad. Cuando llegan a los límites de la ciudad, una orden les es dada con vehemencia sorprendente: "Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas". Unos momentos de retraso ahora, unos momentos de fluctuación, el desprecio por unos momentos de la advertencia, les costará a los fugitivos sus vidas. Ellos ni siquiera pueden mirar hacia atrás para ver si su hermosa casa ha sobrevivido a la ruina general, o la tormenta estallará sobre ellos. Dios ha retrasado su juicio retributivo sólo para que puedan escapar. ¡Qué cuidado, qué ternura, a estas cuatro personas que huyen de la ciudad condenada! *3

Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Apocalipsis 7:1-3

¡Es necesario entender que este mundo ha llegado a su última noche! El Señor está reteniendo la destrucción de este mundo por pura misericordia a sus escogidos. No podemos vacilar, no podemos dudar por un segundo. El mundo, los amigos y aun los familiares te trataran de loco, de fanático, de alarmista. Dirán que todo sigue normal, que no hay evidencias de destrucción o de juicio. Pero el límite desconocido entre la misericordia y la ira de Dios ha sido cruzado. El tiempo de gracia está a punto de cerrar.

El panorama de nuestro mundo ciertamente es alarmante. Dios está retirando su Espíritu de las ciudades impías que se han convertido como las ciudades del mundo antediluviano, y como Sodoma y Gomorra. Los habitantes de estas ciudades han sido probados y juzgados. Hemos llegado al momento en el que Dios va a castigar a los malhechores presuntuosos, que se niegan a guardar sus mandamientos y desprecian sus mensajes de advertencia. El que soporta por mucho tiempo con los malhechores les da a todos la oportunidad de buscarlo y humillar sus corazones delante de él.*4

Todo el mundo tiene la oportunidad de venir a Cristo y ser convertido, para que Él pueda sanarlos. Pero llegará un momento en que la misericordia ya no será ofrecida. Costosas mansiones, maravillas de habilidad arquitectónica, serán destruidas en un momento sin previo aviso, cuando el Señor vea que los propietarios han pasado los límites del perdón. La destrucción por el fuego de los edificios señoriales que se suponen que son a prueba de fuego, es un ejemplo de cómo en poco tiempo la arquitectura de la tierra quedará en ruinas. *4

¿Que harás tu cuando se nos llame a salir de las ciudades? ¿Te quedaras atrás como lo hicieron las hijas de Lot? ¿O salvaras tu vida y la de tu familia?

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!



1* Patriarcas Y Profetas, “La Destrucción De Sodoma”, Elena G. de White
2* Signs Of The Times, “Sodom’s Last Warning”, October 9, 1893, Elena G. de White
3* Signs Of The Times, “The Doom Of Sodom A Warning For The Last Days”, October 16, 1893 Elena G. de White
4* This Day With God, “144. Securing Our Inheritance”, Elena G. de White