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El Señor ascendió al cielo para preparar moradas para cada uno de nosotros. Notemos que estas moradas se encuentran en la casa del Padre, en el cielo mismo, en aquella gran cuidad. Si recordamos al padre de la fe, Abraham, ¡el vivía cada día con su mirada en la cuidad del cielo cuyo arquitecto y constructor es Dios!“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.” *1
Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. *2
No cabe duda que las moradas que Jesús nos fue a preparar en la santa cuidad serán majestuosas. Más adelante veremos la descripción de la nueva Jerusalén y también las casas que tendremos en el campo. Pero el privilegio más grande, el honor más grande no serán las moradas hechas por Dios mismo. El privilegio más grande es que estas moradas han sido preparadas primero porque Jesús viene pronto y segundo porque Jesús mismo morara con nosotros.
Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” *3
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. *4
Que honor, después de vivir en este mundo de pecado y maldad donde solamente hemos conocido a Dios a través de su Palabra, finalmente lo veremos cara a cara. Jesús, el mismo que murió, que sufrió pero que resucito morara en medio nuestro y será nuestro Dios eternamente. ¡Qué gozo incomparable! Que vivamos con fe cada día mirando las cosas del cielo esperando ese gran día cuando veremos a Dios cara a cara y El more en medio nuestro para siempre.
1* Juan 14:1-2
2* Hebreos 11:8-10
3* Juan 14:3
4* Apocalipsis 21:3
El conflicto cósmico está a punto de llegar a su conclusión. Desde su caída, Lucifer ha hecho todo lo posible por engañar y destruir el gobierno de Dios. Por más de 6,000 años ha atacado la simiente, tratando de impedir que alguien se salve. Es porque si una sola persona se salva su argumento en contra del gobierno de Dios es invalidado. La muerte y resurrección de Jesús y la salvación de la humanidad revelan el amor infinito de Dios. Su deseo de que todos vivamos con El eternamente demuestra ante todo el universo que es posible vivir feliz siguiendo sus santas y justas leyes.
La pregunta es sencilla. ¿Qué estás haciendo para asegurar tu entrada en el cielo? Nuestra salvación es un tema de todos los días. Los Navy SEAL’s parte de las fuerzas especiales tienen un dicho, “El único día fácil fue ayer”. En este conflicto cósmico el único día fácil fue ayer. Hoy luchamos de la mano de Jesús porque mañana no lo tenemos asegurado. La diferencia en todo esto es que Jesús ya venció. Sera un batalla difícil pero con el poder del Santo Espíritu seremos más que vencedores por medio de Cristo Jesús. Tomemos la armadura de Cristo, contemplemos a Jesús cada día y esforcémonos por predicar este evangelio y apresurar Su venida. ¡La recompensa final será lo mejor que el ser humano jamás se pudo imaginar, el cielo!
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
[P]ero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8
La mayor y más urgente de todas nuestras necesidades es la de un reavivamiento de la verdadera piedad en nuestro medio. Procurarlo debiera ser nuestra primera obra. Debe haber esfuerzos fervientes para obtener las bendiciones del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a conferirnos sus bendiciones, sino porque no estamos preparados para recibirlas. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos. Sin embargo, mediante la confesión, la humillación, el arrepentimiento y la oración ferviente nos corresponde cumplir con las condiciones en virtud de las cuales ha prometido Dios concedernos su bendición. Sólo en respuesta a la oración debe esperarse un reavivamiento. 1MS 141.
La Lluvia Tardía
"Y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía". En el Oriente la lluvia temprana cae en el tiempo de la siembra. Es necesaria para que la semilla germine. Gracias a la influencia de estas lluvias fertilizantes, aparecen los tiernos brotes. La lluvia tardía, que cae hacia el fin de la temporada, madura el grano y lo prepara para la siega.
Así como el rocío y la lluvia caen al principio para que la semilla germine, y luego para que la cosecha madure, se da el Espíritu Santo para que lleve a cabo a través de sus etapas el proceso del crecimiento espiritual. La maduración del grano representa la terminación de la obra de la gracia de Dios en el alma. Mediante el poder del Espíritu Santo se ha de perfeccionar en el carácter la imagen moral de Dios. Debemos ser totalmente transformados a la semejanza de Cristo.
La lluvia tardía que madura la cosecha de la tierra representa la gracia espiritual que prepara a la iglesia para la venida del Hijo del hombre.
En ese tiempo, descenderá la "lluvia tardía" o refrigerio de la presencia del Señor para dar poder: a la voz fuerte del tercer ángel, y preparar a los santos para que puedan subsistir durante el plazo cuando las siete postreras plagas serán derramadas.-PE 86.
Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Juan 14:15-17
Busquemos a Dios en oración y roguemos por el poder refrescante de la lluvia tardía. Está a nuestra disposición si tan solo se lo pedimos.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. (Romanos 13:11).
El fin se acerca; avanza sigilosa, insensible y silenciosamente, como el ladrón en la noche. Concédanos el Señor la gracia de no dormir por más tiempo, como otros lo hacen, sino que seamos sobrios y velemos. La verdad está a punto de triunfar gloriosamente y todos los que decidan ahora ser colaboradores con Dios triunfarán con ella. El tiempo es corto; la noche se acerca cuando nadie podrá trabajar.*1
Se Derrama La Lluvia Tardía
Viene el tiempo cuando habrá tantas personas convertidas en un día como las hubo en el día de Pentecostés, después que los discípulos recibieron el Espíritu Santo.
Las inteligencias celestiales se combinarán con los instrumentos humanos. Estimulada en esta forma, la iglesia se levantará y brillará, y aplicará todas sus energías santificadas al conflicto; en esta forma se cumple el designio de Dios, y así es como se recuperan las perlas perdidas. . .
Durante el fuerte clamor, la iglesia, ayudada por las disposiciones providenciales de su exaltado Señor, difundirá el conocimiento de la salvación tan abundantemente que la luz será comunicada a toda ciudad y pueblo. La tierra será llena del conocimiento de la salvación. Tan abundantemente habrá coronado de éxito el Espíritu renovador de Dios a los agentes intensamente activos, que la luz de la verdad presente brillará por todas partes.*1
Cuando el mensaje del tercer ángel se transforme en el fuerte clamor, su proclamación será acompañada de gran poder y gloria. El rostro de los hijos de Dios resplandecerá con la luz del cielo.*2
Se Une Al Ángel De Apocalipsis 18
Vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. (Apocalipsis 18: 1).
Pronto se cumplirán las profecías del capítulo decimoctavo del Apocalipsis durante la proclamación del mensaje del tercer ángel "otro ángel" descenderá "del cielo con gran poder; y la tierra" será "alumbrada con su gloria". El Espíritu del Señor bendecirá tan abundantemente a los instrumentos humanos consagrados, que hombres, mujeres y niños abrirán sus labios en alabanza y acción de gracias, llenando la tierra con el conocimiento de Dios y con su insuperable gloria como las aguas cubren el mar.
Los que hayan permanecido firmes en la fe desde el comienzo hasta el fin, seguirán siendo vigilantes durante el tiempo en que el mensaje del tercer ángel se proclame con gran poder. Durante el fuerte clamor, ayudada por la intervención providencial de su exaltado Señor, la iglesia difundirá el conocimiento de la salvación en una forma tan extensa que la luz será transmitida a cada ciudad y pueblo. La tierra será inundada con el conocimiento de la salvación. El Espíritu de Dios, en su acción renovadora, coronará con un éxito tan rotundo la intensa actividad de sus agentes, que el resplandor de la luz de la verdad presente será visto en todas partes.
Habrá una serie de acontecimientos que tendrán por objeto mostrar que Dios domina la situación. La verdad será proclamada en un lenguaje claro e inequívoco. A nosotros, como pueblo, nos incumbe preparar el camino del Señor bajo la dirección de su Espíritu Santo. El Evangelio debe ser dado en su pureza. El raudal de aguas vivas debe profundizar y ensanchar su curso. En todos los campos, cercanos y lejanos, habrá hombres que serán llamados a dejar el arado y los negocios que ocupan de costumbre el pensamiento, para prepararse junto a hombres de experiencia. A medida que aprendan a trabajar con éxito, anunciarán la verdad con poder. Merced a las maravillosas operaciones de la Providencia divina, montañas de dificultades serán removidas y arrojadas al mar. El mensaje, que tanto significa para todos los habitantes de la tierra, será oído y comprendido. Los hombres verán dónde está la verdad. La obra progresará más y más hasta que la tierra entera sea amonestada; y entonces vendrá el final.* 3
Preparémonos para ser unidos con las fuerzas celestiales y predicar la ultima amonestación la mundo del pronto regreso de Jesús. Clamemos por al unción del Espíritu Santo y seamos alumbrados por su gloria.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
1* “Maranta”, “Cuando Suene el fuerte clamor”, Elena G. de White
2* “Maranta”, “Unión y Separación Bajo El Fuerte Clamor”, Elena D. White
3* “Maranta”, “El Ángel De Apocalipsis 18”, Elena G. White