Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Hebreos 2:17.Los seres humanos, sujetos a la tentación, recuerden que en las cortes celestiales tienen un Sumo Sacerdote que se conmueve con el sentimiento de sus debilidades, porque él mismo fue tentado así como lo son ellos. Y que los que están en posiciones de responsabilidad recuerden especialmente que están sujetos a la tentación, y que dependen totalmente de los méritos del Salvador. Por muy sagrada que sea la tarea a la cual pueden ser llamados, todavía son pecadores que pueden ser salvados sólo a través de la gracia de Cristo. Un día deberán estar ante el trono de Dios, salvados por la sangre del Cordero, o condenados al castigo de los impíos...
¡Cuán apenado está Cristo por la falta de amor y ternura manifestada por su pueblo en sus tratos los unos con los otros! Él observa las palabras, los tonos de la voz. Escucha el juicio cruel y severo que se pronuncia sobre los que él, a un precio infinito, está presentando ante el Padre. Escucha cada suspiro de dolor y tristeza causado por la dureza humana, y su Espíritu se apena. Fuera de Cristo no podemos hacer ninguna cosa buena. Entonces, ¡cuán inconsistente es que los seres humanos se exalten a sí mismos! Cuán extraño que algunos puedan olvidar que deben arrepentirse, al igual que sus semejantes, y que aquellos a quienes condenan con severidad pueden estar justificados ante Dios, recibiendo la simpatía de Cristo y de los ángeles.
Que los mensajeros de Dios actúen como hombres y mujeres sabios. Que no eleven su alma a la vanidad, sino que alberguen la humildad. “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”. Isaías 57:15...
Cristo está intercediendo por el caso de cada alma tentada, pero mientras hace eso, muchos de su pueblo lo están contristando al ponerse del lado de Satanás para acusar a sus hermanos y hermanas, señalando sus vestidos contaminados.
Que los que son así criticados no lleguen a desanimarse; porque mientras otros los están condenando, Cristo está diciendo de ellos: los tengo esculpidos en las palmas de mis manos. Son míos por creación y redención.—The Review and Herald, 17 de marzo de 1903.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
* 24 de Julio - Ser Semejante a Jesús, "No acusar a otros, sino interceder por ellos", Elena G. de White
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