jueves, julio 05, 2012

Pensamiento Del Día

Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos... Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios. Éxodo 19:10, 17. 
Algunos piensan que para efectuar esa separación del mundo que la Palabra de Dios requiere, deben descuidar su manera de vestir. Hay una clase de hermanas que piensa que está practicando el principio de no conformidad con el mundo... al vestirse el día sábado con el mismo traje que llevan durante la semana, para estar en la asamblea de los santos y participar en el culto a Dios. Y algunos de los hombres que profesan ser cristianos contemplan bajo la misma luz la cuestión de la vestimenta. Se reúnen con el pueblo de Dios en el sábado con su ropa sucia y manchada, y hasta con roturas en ella, y la llevan con desaliño. Esta clase de personas, si tuvieran que encontrarse con amigos honrados por el mundo y si quisieran ser especialmente favorecidas por ellos, se esforzarían por presentarse con la mejor ropa que pudieran conseguir, porque esos amigos se sentirían ofendidos si aparecieran... despeinadas, con la ropa sucia y en desorden.

Sin embargo, estas personas piensan que no importa en qué forma se vistan ni cuál sea la condición de su persona cuando se reúnen el sábado para adorar al gran Dios. Se congregan en su casa, que es como la cámara de audiencias del Altísimo, donde los ángeles celestiales ministran, con poquísimo respeto o reverencia, según lo indica su persona y vestimenta. Toda su apariencia revela el carácter de estos hombres y de estas mujeres.

El tema favorito de esta clase de personas es el orgullo tal como se manifiesta en la vestimenta. Consideran como orgullo la decencia, el gusto y el orden. La conversación, las obras y los negocios de estas almas engañadas guardan una estrecha relación con la ropa que llevan. Son descuidadas, y a veces tienen una conversación rastreara en sus hogares, entre sus hermanos y ante el mundo. La ropa de una persona y la forma como se la lleva generalmente se consideran como un exponente de su personalidad. Los que son descuidados y desaliñados en su manera de vestir, difícilmente tienen una conversación elevada, y poseen sentimientos muy poco refinados. Algunas veces consideran como humildad la rudeza y la vulgaridad...

Nuestro Dios es un Dios de orden y no le agrada la distracción, la suciedad ni el pecado.—Mensajes Selectos 2:540, 541.

miércoles, julio 04, 2012

Pensamiento Del Día

Doy gracias a Dios que hablo en lenguas... pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar... a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida. 1 Corintios 14:18, 19. 
Primero debe arrancarse de raíz el error, luego el suelo queda preparado para que brote la buena semilla y lleve fruto para la gloria de Dios. El único remedio... es por medio de disciplina y organización. Un espíritu de fanatismo ha regido a cierta clase de observadores del sábado...

Han bebido tan sólo pocos sorbos de la fuente de la verdad y no conocen el espíritu del mensaje del tercer ángel. Nada puede hacerse para esta clase hasta que corrija sus opiniones fanáticas. Algunos que estuvieron en el movimiento de 1854 han traído con ellos puntos de vista erróneos, tales como la no resurrección de los impíos y la era futura, y están tratando de unir esas opiniones y su experiencia pasada con el mensaje del tercer ángel. No pueden hacer eso; no hay concordia entre Cristo y Belial.

La no resurrección de los impíos y sus puntos de vista particulares con respecto al mundo futuro, son errores graves que Satanás ha introducido poco a poco entre las herejías de los últimos días para que sirvan a su propio propósito de arruinar almas. Esos errores no pueden estar en armonía con el mensaje de origen celestial.

Algunas de esas personas tienen manifestaciones de lo que llaman dones, y dicen que el Señor las ha colocado en la iglesia. Hablan una jerigonza incomprensible que llaman la lengua desconocida, y que lo es no sólo para los seres humanos, sino para el Señor y todo el cielo.

Esos dones son fabricados por hombres y mujeres ayudados por el gran engañador. El fanatismo, la falsa agitación, el falso hablar en lenguas y los servicios ruidosos han sido considerados como dones que Dios ha colocado en la iglesia. Algunos han sido engañados. El fruto de todo esto no ha sido bueno. “Por sus frutos los conocerán”. El fanatismo y el ruido han sido considerados como evidencias especiales de la fe. Algunos no se quedan satisfechos con una reunión a menos que sientan cierto poder y momentos felices. Trabajan para esto y despiertan sentimientos de excitación, pero la influencia de tales reuniones no es benéfica. Una vez desaparecida la sensación fugaz de felicidad, descienden más bajo que antes de la reunión, porque su felicidad no proviene de la debida fuente. Las reuniones más provechosas para el progreso espiritual son aquellas que se caracterizan por la solemnidad y el escudriñamiento profundo del corazón; en las cuales cada uno procura conocerse a sí mismo y con fervor y profunda humildad se esfuerza por aprender de Cristo.—Testimonies for the Church 1:411, 412. Joyas de los Testimonios 1:161.

martes, julio 03, 2012

Pensamiento Del Día

Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni hará bien ni hará mal. Sofonías 1:12. 
Nos estamos acercando al fin del tiempo. Me ha sido mostrado que los juicios retributivos de Dios ya están sobre la tierra. El Señor nos ha advertido de los acontecimientos que están por suceder. Resplandece la luz de su Palabra, y sin embargo las tinieblas cubren la tierra y densa oscuridad los pueblos. “Que cuando dirán paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente... y no escaparán”. 1 Tesalonicenses 5:3.

Es nuestro deber inquirir la causa de estas terribles tinieblas para que podamos evitar la conducta por la cual los seres humanos han atraído sobre sí mismos tan grande engaño. Dios ha dado al mundo una oportunidad de aprender y obedecer su voluntad. Les ha dado, en su Palabra, la luz de la verdad; les ha enviado advertencias, consejos y amonestaciones; pero pocos quieren obedecer su voz. Al igual que la nación judía, la mayoría, aun de los cristianos profesos, se enorgullece de sus magníficas ventajas pero no agradece a Dios por esas grandes bendiciones.

En su misericordia infinita, Dios ha enviado al mundo un último mensaje de amonestación, anunciando que Cristo está a la puerta, y llamando la atención a la quebrantada ley de Dios. Pero así como los antediluvianos rechazaron con desprecio la amonestación de Noé, así también los amadores de placeres de hoy rechazarán el mensaje de los fieles siervos de Dios. El mundo prosigue en su giro constante, absorto como nunca en los negocios y placeres, mientras la ira de Dios está por caer sobre los transgresores de su ley.

Nuestro compasivo Redentor, previendo los peligros que rodearían a sus discípulos en este tiempo, les dio una amonestación especial: “Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera aquel día caerá de improviso sobre ustedes, pues vendrá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Estén siempre vigilantes, y oren para que puedan escapar de todo lo que está por suceder, y presentarse delante del Hijo del hombre”. Lucas 21:34-36 (NVI).—Testimonies for the Church 5:99, 100.

lunes, julio 02, 2012

Pensamiento Del Día

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:27. 
El Señor los está examinando y probando. Él ha dado consejos, ha amonestado y rogado. Todas estas solemnes advertencias o mejorarán a la iglesia o la harán decididamente peor. Mientras hable el Señor para corregir y amonestar, y ustedes desprecien su voz, más inclinados estarán a rechazarla una y otra vez, hasta que Dios diga: “Por cuanto llamé, y no quisisteis oír, extendí mi mano, y no hubo quien atendiese, sino que desechasteis todo consejo mío y mi reprensión no quisisteis... Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, ni quisieron mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos”. Proverbios 1:24, 25, 28-31.

¿No están claudicando ante dos opiniones? ¿No son negligentes al no hacer caso a la luz que Dios les ha dado? Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. No conocen el tiempo de su visitación. El gran pecado de los judíos fue el menosprecio y rechazo de las oportunidades presentes. Al contemplar Jesús la condición en que están sus seguidores hoy, lo que ve es una vil ingratitud, un formalismo hueco, una insinceridad hipócrita, un orgullo farisaico y una apostasía.

Las lágrimas derramadas por Jesús en la cima del Monte de las Olivas fueron por la impenitencia e ingratitud de cada ser humano hasta el fin del tiempo. Ve que su amor es despreciado. Los atrios del templo del alma se han convertido en lugares de tráfico profano. Egoísmo, avaricia, malicia, envidia, orgullo y pasión, todo eso está atesorado en el corazón. Sus amonestaciones son rechazadas y ridiculizadas, sus embajadores tratados con indiferencia y sus palabras vistas como cuentos ociosos. Jesús ha hablado mediante sus misericordias, pero ellas han sido ignoradas; ha hablado por medio de solemnes advertencias, pero éstas han sido rechazadas.

Les ruego a quienes han profesado la fe por mucho tiempo y todavía le rinden un homenaje superficial a Cristo: no engañen a su alma. Lo que Jesús aprecia es el corazón entero. La lealtad del alma es lo único que vale ante la vista de Dios. ¡Cómo quisiera que hoy supiera lo que le puede traer paz! “A usted... también a usted”. En este momento Cristo está dirigiéndose a usted personalmente, inclinándose desde su trono, suspirando con ternura compasiva por los que no están conscientes de su peligro, quienes no tienen compasión de sí mismos.—Testimonies for the Church 5:72, 73.

domingo, julio 01, 2012

Pensamiento Del Día

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20. 
El yo debe morir si vamos a ser considerados como seguidores de Cristo. El apóstol dice: “Ya que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios... Ustedes han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios”. Colosenses 3:1, 3. “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” 2 Corintios 5:17 (NVI).

Cuando los hombres y las mujeres se convierten a Dios, se crea un nuevo gusto moral, y aman las cosas que Dios ama; porque su vida está unida por la cadena dorada de las promesas inmutables a la vida de Jesús. Su corazón se extiende hacia Dios. Su oración es: “Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley”. En la norma inmutable ven el carácter del Redentor, y saben que aunque han pecado, no van a ser salvados en sus pecados, sino de sus pecados, porque Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Es por medio de la sangre de Cristo como se acercan a Dios.

Al contemplar la justicia de Cristo en los preceptos divinos, exclaman: “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma”. Salmos 19:7. Como pecadores son perdonados de sus transgresiones por medio de los méritos de Cristo, mientras son revestidos con la justicia de Cristo por medio de la fe en él, y declaran con el salmista: “¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”. “Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado” Salmos 119:103; 19:10. Esto es conversión. Cuando el Espíritu de Dios controla la mente y el corazón, hace volver los corazones de los padres a los hijos, y a los rebeldes a la prudencia de los justos.

Entonces la ley de Jehová será considerada como un trasunto del carácter divino, y un cántico nuevo brota de un corazón que ha sido tocado por la gracia divina, porque comprende que la promesa de Dios ha sido cumplida en su experiencia, que sus transgresiones han sido perdonadas y sus pecados cubiertos. Han ejercido arrepentimiento hacia Dios, por causa de la violación de su ley, y fe en nuestro Señor Jesucristo, quien murió por su justificación.—The Review and Herald, 21 de junio de 1892.