Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?... Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio. Proverbios 6:9, 6.Dios no tiene lugar para los perezosos en su causa; él quiere obreros reflexivos, bondadosos, afectuosos y fervientes. El ejercicio activo hará bien a nuestros predicadores. La indolencia es prueba de depravación. Cada facultad de la mente, cada hueso del cuerpo, cada músculo de los miembros demuestra que Dios destinó nuestras facultades para ser ejercitadas, no para permanecer inactivas. Los que innecesariamente toman las horas del día para dormir, no tienen sentido del valor de los momentos preciosos y áureos...
Las personas que no hayan adquirido hábitos de estricta laboriosidad y economía de tiempo, deben tener reglas fijas que las impulsen a la regularidad y prontitud. Jorge Washington, el estadista de la nación [Estados Unidos], pudo hacer mucho trabajo porque se esmeraba en conservar el orden y la regularidad. Cada papel tenía su fecha y su lugar, y no se perdía tiempo en buscar lo traspapelado.
Los hombres y las mujeres de Dios deben ser diligentes en el estudio, fervientes en la adquisición de conocimiento, sin perder nunca una hora. Por medio de ejercicios perseverantes pueden elevarse a casi cualquier grado de eminencia como cristianos, como gente de poder e influencia. Pero muchos no alcanzarán nunca a descollar, en el púlpito o los negocios, por causa de su falta de fijeza en sus propósitos y la indolencia de los hábitos que contrajeron en su juventud. Se ve una descuidada falta de atención de cuanto emprenden.
Un impulso repentino de vez en cuando no es suficiente para lograr una reforma en estos indolentes amantes de la comodidad; es una obra que requiere paciente perseverancia en el bien hacer. Las personas de negocios pueden ser verdaderamente exitosas únicamente teniendo horas regulares para levantarse, para la oración, para las comidas y para acostarse. Si el orden y la regularidad son esenciales en el mundo de los negocios, ¡cuánto más lo son en la obra de Dios!
Muchos desperdician en la cama las alegres horas de la mañana. Una vez perdidas, esas preciosas horas se fueron para siempre; se pierden para esta vida y para la eternidad. ¡Qué despilfarro de tiempo causa en un año la pérdida de una sola hora por día! Piense en ello el dormilón, y considere cómo dará cuenta a Dios de las oportunidades perdidas.—Obreros Evangélicos, 294, 295.
¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!
* 8 de Marzo - Ser Semejante a Jesús, "Cada hora es valiosa", Elena G. de White
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