lunes, julio 11, 2011

Pensamiento Del Día

Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra se fue de él. Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos. Lucas 5:13, 14.
A menudo, unos u otros preguntan: “¿Por qué depender tanto de los sanatorios? ¿Por qué no oramos por un sanamiento milagroso del enfermo, como lo solía hacer el pueblo de Dios?” En los comienzos de nuestra obra muchos fueron sanados por la oración. Y algunos, después de haber sido curados, continuaron con los mismos malos hábitos del apetito que habían seguido anteriormente. No vivieron ni trabajaron para evitar la enfermedad. No mostraron aprecio por la bondad de Dios hacia ellos. Una y otra vez cosecharon el sufrimiento por su propio descuido y negligencia. ¿Cómo puede Dios, que les otorgó el don de la sanidad, ser glorificado así?

Cuando recibimos luz acerca de la necesidad de tener un sanatorio, se indicó claramente la razón. Hay muchos que necesitaban ser educados con respecto a la vida saludable. Debía proveerse un lugar adonde llevar al enfermo, para poder enseñársele cómo conservar la salud.
Se debería continuar con la exposición de temas como medio de enseñar a los pacientes acerca de cómo evitar la enfermedad gracias una acción sabia. Mediante estas clases se puede mostrar a los enfermos que recae sobre ellos la responsabilidad de mantener el cuerpo en la condición más saludable, porque es la posesión adquirida del Señor. La mente, el corazón y el cuerpo fueron comprados por precio. “No sois vuestros... porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. 1 Corintios 6:19, 20.

En la providencia de Dios se ha dado instrucción de establecer sanatorios, a fin de que los enfermos sean atraídos a ellos, para aprender cómo vivir saludablemente. El establecimiento de sanatorios es una disposición providencial, mediante la cual la gente de todas las iglesias puede ser alcanzada y puesta en conocimiento de la verdad salvadora para este tiempo.—Manuscript Releases 7:378, 379.

¡EL SEÑOR VIENE PRONTO, AMEN, SI, VEN SEÑOR JESÚS!

* 11 de Julio - Recibiréis Poder, "El Don de Sanidad no Reemplaza a las Instituciones", Elena G. de White
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