miércoles, noviembre 30, 2011

Pensamiento Del Día

Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre. Lucas 21:36.
Los profesos creyentes que lleguen al tiempo de angustia sin preparación, en su desesperación confesarán sus pecados ante el mundo con palabras de ardiente angustia, mientras los malvados se regocijarán por ello. El caso de los tales será desesperado. Cuando Cristo se levante y deje el lugar santísimo comenzará el tiempo de angustia; el caso de cada persona estará decidido, y no habrá sangre expiatoria para limpiarlos del pecado y la contaminación. Cuando Jesús deje el lugar santísimo, con autoridad real y en un tono decidido dirá: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:11, 12.

Los que demoraron su preparación para el día de Dios, no podrán obtenerla en el tiempo de angustia, o en ningún período futuro. Los justos no cesarán sus fervorosos y agonizantes clamores por liberación. No podrán recordar ningún pecado particular, pero en toda su vida podrán ver algo de bueno. Sus pecados han ido al juicio, y se ha registrado frente a ellos el perdón. Sus faltas han sido llevadas al país del olvido, y no pueden ser traídas a la memoria. Los amenaza destrucción segura, pero, como Jacob, no permitirán que su fe se debilite, aunque sus oraciones no sean contestadas de inmediato. Sufrirán los tormentos del hambre, pero no cesarán en sus intercesiones. Se aferrarán del poder de Dios, como Jacob del ángel, y el lenguaje de su alma será: “No te dejaré, si no me bendices”. Génesis 32:26.

Ese período de angustia y aflicción requerirá un esfuerzo de fervor y de fe decidida que pueda soportar la demora y el hambre, y que no caerá por la debilidad, aunque sea severamente probada. El tiempo de gracia es el período concedido a todos para prepararse para el día de Dios.—The Signs of the Times, 27 de noviembre de 1879.

martes, noviembre 29, 2011

Pensamiento Del Día

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Daniel 12:1.
Al acercarse los miembros del cuerpo de Cristo al período de su último conflicto, al “tiempo de angustia de Jacob”, crecerán en Cristo y participarán en gran medida de su Espíritu. Al crecer el tercer mensaje hasta ser un fuerte pregón, cuando acompañe a la obra final un gran poder y gloria, los hijos de Dios participarán de aquella gloria. La lluvia tardía será lo que los fortalecerá y reavivará para atravesar el tiempo de angustia. Sus rostros resplandecerán con la gloria de aquella luz que acompaña al tercer ángel.

Vi que Dios preservará de manera maravillosa a su pueblo durante el tiempo de angustia. Así como Jesús oró con toda la agonía de su alma en el huerto, ellos clamarán con fervor y agonía día y noche para obtener libramiento. Se proclamará el decreto de que deben despreciar el sábado del cuarto mandamiento, y honrar el primer día, o perder la vida. Pero ellos no cederán, ni pisotearán el sábado del Señor para honrar una institución del papado. Los rodearán las huestes de Satanás, y los hombres perversos, para alegrarse de su suerte, porque no parecerá haber para ellos medio de escapar. Pero en medio de las orgías y el triunfo de aquéllos, se oirá el estruendo ensordecedor del trueno más formidable. Los cielos se habrán ennegrecido, y estarán iluminados únicamente por la deslumbrante y terrible gloria del cielo, cuando Dios deje oír su voz desde su santa morada.

Los cimientos de la tierra temblarán; los edificios vacilarán y caerán con espantoso fragor. El mar hervirá como una olla, y toda la tierra será terriblemente conmovida. El cautiverio de los justos se cambiará, y con suave y solemne susurro se dirán unos a otros: “Somos librados; es la voz de Dios”. Con solemne asombro escucharán las palabras de la voz.—Joyas de los Testimonios 1:131, 132, ed. ACES, 1951.

lunes, noviembre 28, 2011

Pensamiento Del Día

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas. Apocalipsis 18:4.
A pesar del decaimiento general de la fe y de la piedad, hay en esas iglesias verdaderos discípulos de Cristo. Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos. Entonces muchos se separarán de esas iglesias en las cuales el amor de este mundo ha suplantado al amor de Dios y de su Palabra. Muchos, tanto ministros como laicos, aceptarán gustosamente esas grandes verdades que Dios ha hecho proclamar en este tiempo a fin de preparar un pueblo para la segunda venida del Señor.

El enemigo desea impedir esta obra, y antes que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento, tratará de evitarlo introduciendo una falsa imitación. Hará aparecer como que la bendición especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su poder seductor; allí se manifestará lo que se considerará como un gran interés por lo religioso. Multitudes se alegrarán de que Dios esté obrando maravillosamente en su favor, cuando, en realidad, la obra provendrá de otro espíritu. Bajo un disfraz religioso, Satanás tratará de extender su influencia sobre el mundo cristiano.

En muchos de los despertamientos religiosos que se han producido durante el último medio siglo, se han dejado sentir, en mayor o menor grado, las mismas influencias que se ejercerán en los movimientos venideros más extensos. Hay una agitación emotiva, mezcla de lo verdadero con lo falso, muy apropiada para extraviar a uno. No obstante, nadie necesita ser seducido. A la luz de la Palabra de Dios no es difícil determinar la naturaleza de estos movimientos.—El gran conflicto, 517, 518.

domingo, noviembre 27, 2011

Pensamiento Del Día

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. 1 Pedro 5:7, 8.
Si el mundo debe ser convencido de pecado como transgresor de la ley de Dios, lo será gracias al Espíritu Santo obrando a través de instrumentos humanos. La iglesia necesita sacudirse ahora de su sueño mortal, porque el Señor está esperando para bendecir a su pueblo, que reconocerá la bendición cuando llegue y la difundirá por medio de fuertes y claros rayos de luz. “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados... Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos”. Ezequiel 36:25, 27.

Si el desierto de la iglesia va a convertirse en un campo fértil, y si el campo fértil va a volverse como un bosque, será mediante el Espíritu Santo de Dios derramado sobre su pueblo. Los agentes celestiales han estado esperando durante mucho tiempo a los instrumentos humanos, los miembros de la iglesia, para cooperar con ellos en la gran obra que debe ser llevada a cabo. Lo están esperando a usted. Es tan amplio el campo, tan extenso el plan, que cada corazón santificado será compelido al servicio como agente del poder divino.

Al mismo tiempo, en forma encubierta habrá un poder agitándolo todo. La acción de los ángeles caídos se manifestará en la forma de engaños, calamidades, desastres y crímenes que superarán todo lo conocido. Mientras Dios emplea a los ángeles de misericordia para obrar por medio de sus instrumentos humanos, Satanás pone en acción a sus agentes, exigiendo tributo a todos los poderes que se someten a su control. Habrá muchos señores y muchos dioses. Se oirá el clamor: “Aquí está Cristo”, y “Allí está”. En todas partes las astutas maquinaciones de Satanás revelarán sus obras con el propósito de distraer la atención del deber presente. La aparición de un falso cristo despertará esperanzas engañosas en las mentes de quienes se permitan ser engañados. Los miembros de la iglesia que están despiertos se levantarán ante la emergencia para presentar las manifestaciones del poder satánico en su verdadera luz delante de la gente.—The General Conference Bulletin, 28 de febrero de 1893.

sábado, noviembre 26, 2011

Pensamiento Del Día

Diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre. Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Hechos 5:28, 29.
Oí que los revestidos de la armadura proclamaban poderosamente la verdad, con fructíferos resultados. Muchas personas habían estado atadas; algunas esposas por sus consortes, y algunos hijos por sus padres. Las personas sinceras, que hasta entonces habían sido impedidas de oír la verdad, adhirieron ardientemente a ella. Desvanecióse todo temor a los parientes y sólo la verdad les parecía sublime. Habían tenido hambre y sed de la verdad, y ésta les era más preciosa que la vida. Pregunté por la causa de tan profundo cambio y un ángel me respondió: “Es la lluvia tardía; el refrigerio de la presencia del Señor; el potente pregón del tercer ángel”.

Aquellos escogidos tenían gran poder. Dijo el ángel: “Mirad”. Vi a los impíos o incrédulos. Estaban todos en gran excitación. El celo y la potencia del pueblo de Dios los había enfurecido. Confusión, por doquiera dominaba la confusión. Vi que se tomaban medidas contra la hueste que tenía la luz y el poder de Dios. Pero esta hueste, aunque rodeada por densas tinieblas, se mantenía firme, aprobada por Dios y confiada en él. Los vi perplejos.

Luego los oí clamar a Dios con fervor. Ni de día ni de noche dejaban de orar: “¡Hágase, Señor, tu voluntad!” “Si ha de servir para gloria de tu nombre, da a tu pueblo el medio de escapar. Líbranos de los paganos que nos rodean. Nos han sentenciado a muerte; pero tu brazo puede salvarnos”. Tales son las palabras que puedo recordar. Todos parecían hondamente convencidos de su insuficiencia y manifestaban completa sumisión a la voluntad de Dios. Sin embargo, todos sin excepción, como Jacob, oraban y luchaban fervorosamente por su liberación.—The Review and Herald, 31 de diciembre de 1857.