domingo, julio 31, 2011

Pensamiento Del Día

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. 1 Timoteo 1:12-14. 
Quienes quieran tener éxito en ganar conversos para Cristo deben llevar consigo la influencia del Espíritu Santo. Pero, cuán poco se conoce respecto a su actuación. Se ha dicho muy poco acerca de la importancia de estar imbuidos del Espíritu Santo. Sin embargo, es mediante el Espíritu Santo como las personas son atraídas a Cristo, y sólo por su poder el ser humano puede ser purificado. El Salvador dijo: “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio”. Juan 16:8.

Cristo ha prometido el don del Espíritu Santo a su iglesia, pero cuán poco se aprecia esta promesa y se siente este poder en ella. Además, pocas veces se habla acerca de este poder a la gente. El Salvador dijo: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Hechos 1:8. Con la recepción de esta virtud todos los demás dones son nuestros. Necesitamos tener este don de acuerdo con la plenitud de las riquezas de la gracia de Jesús, puesto que él está listo a darlo a cada persona de acuerdo con su capacidad de recibir. Entonces, no quedemos satisfechos con sólo un poco de esta bendición, apenas una medida que nos evite la somnolencia moral, sino que seamos diligentes en buscar la abundancia de la gracia de Dios.

Permita Dios que su poder convertidor se sienta en toda esta gran congregación. Oh, que el poder de Dios descanse sobre su pueblo. Lo que necesitamos diariamente es piedad. También necesitamos escudriñar cada día las Escrituras, y orar fervientemente que el poder del Espíritu Santo nos haga idóneos para ocupar nuestro lugar en su viña. Ninguno está preparado para educar y fortalecer a la iglesia a menos que haya recibido el don del Espíritu Santo.—The Review and Herald, 29 de marzo de 1892.

sábado, julio 30, 2011

Pensamiento Del Día

Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. 1 Corintios 12:11.
Debemos ser guiados y controlados por el mismo Espíritu, pero, para que esto sea así, no es necesario que todos tengan los mismos dones. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo” (1 Corintios 12:4-6), a fin de conducir estas diferentes funciones a un desempeño en perfecta armonía. Dios estableció a cada miembro en el cuerpo según su beneplácito. A cada persona le asignó un lugar y una obra específica. Si usted tiene alguna duda en cuanto a la suya, ore a Dios para que lo guíe; le asignará su obra. Dios nos ha dicho expresamente que ha colocado a cada persona en su puesto.

“Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” 1 Corintios 12:8-11.

“Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo... Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres... Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Efesios 4:7-13. Aquí se muestra a todos los miembros de la iglesia de Dios actuando en sus diferentes funciones, bajo la supervisión del gran maestro Obrero, quien sabe exactamente qué debe hacer cada uno de los que están a su servicio para atender las necesidades que surgen.—Bible Training School, 1 de abril de 1903.

viernes, julio 29, 2011

Pensamiento Del Día

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Santiago 1:5. 
Quienes piden porque desean impartir no serán chasqueados. Dios recompensará a quienes vienen a él con fe sincera. Nos asegura que el pensamiento de su majestad y soberanía no debe atemorizarnos. Nos dará mucho más abundantemente de lo que pedimos si vamos al trono de su gracia. Al suplir nuestras demandas destaca su soberanía como motivo de confianza en su grande y generosa abundancia. Se compromete a escuchar nuestras oraciones, asegurándonos que las oirá. Condesciende a apelar desde el instinto de la ternura paternal hasta la infinita benevolencia de Aquel a quien pertenecemos por creación y por redención. Nos dice: “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11:13. Los necesitados y hambrientos en espíritu nunca suplicarán en vano...

En vista de esto, díganme: ¿Quiénes deberían aparecer con rostros más luminosos, radiantes y alegres que quienes viven por fe en el Hijo de Dios? En él los necesitados y hambrientos encuentran saciedad para todas sus carencias. Pero no olvidemos, quienes han recibido de Dios las cosas buenas de esta vida deben ser sus manos ayudadoras para satisfacer la indigencia de los pobres. Tienen que asociarse a él como obreros. Deben ser sus mayordomos de confianza, y usar sus bienes para el avance de la obra de Dios. Así su nombre será glorificado.

El Señor desea emplear a la iglesia como un canal mediante el cual pueda transmitir su liberalidad. Si su pueblo mantuviera abierto este conducto, recibiendo los dones espirituales y temporales de su gracia para impartirlos a los necesitados, no habría ningún enfermo descuidado ni huérfano llorando por alimento. Las viudas y los huérfanos cantarían de gozo.

Dios ha dado al hombre el más valioso de sus dones. Ha procedido así para que el hombre pueda distribuir la abundancia de la gracia divina.—The Bible Echo, 12 de agosto de 1901.

jueves, julio 28, 2011

Pensamiento Del Día

Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:20, 21
La parábola de los talentos debería ser materia de estudio y oración más cuidadosos, porque tiene una aplicación personal para cada hombre, mujer y niño que posean la capacidad de razonamiento. La obligación y responsabilidad están en proporción a los talentos que Dios concede a cada uno. No hay un solo seguidor de Cristo que no tenga un don peculiar para usar y del cual es responsable ante Dios.

Muchos han presentado excusas por no cumplir su servicio a Cristo diciendo que otros tienen mayores dones o ventajas que ellos. Ha prevalecido la opinión de que sólo los que tienen talentos especiales deben santificar sus capacidades para el servicio de Dios. Se ha llegado a entender que los dones se dan sólo a unos que son favorecidos con exclusión de otros, quienes, por supuesto, no son llamados a compartir las penurias o las recompensas. Pero en la parábola el asunto no se presenta de este modo. Cuando el señor de la casa llamó a sus siervos, dio a cada uno su obra.

Toda la familia de Dios está incluida en la responsabilidad de usar los bienes de su Señor. Cada persona, desde la más insignificante y desconocida hasta la más importante y exaltada, es un agente moral dotado con capacidades por las cuales tiene responsabilidades ante Dios. En grado mayor o menor, todos están a cargo de los talentos de su Señor. Las capacidades espirituales, mentales y físicas, la influencia, la posición, las posesiones, los afectos y simpatías, todos son talentos preciosos para ser usados en la causa del Maestro, y cuyo fin es la salvación de las personas por las que él murió.

¡Cuán pocos aprecian estas bendiciones! ¡Cuán pocos buscan aprovechar sus talentos e incrementar su utilidad en el mundo! El Maestro ha dado a cada persona su obra; la confianza depositada en él está en armonía con su habilidad, y en proporción con su capacidad. Dios requiere que cada uno sea un obrero en su viña. Usted ha de realizar la tarea que le fue asignada, y ha de hacerla con fidelidad.—The Review and Herald, 1 de mayo de 1888.

miércoles, julio 27, 2011

Pensamiento Del Día

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4:11-13. 
A quienes deben ser sus agentes humanos el Señor ha dado talentos de capacidad y medios e influencia de acuerdo con su habilidad, para que en su servicio empleen estos dones con sabiduría. Asignó a cada hombre su obra. “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”.

¿Por qué designar diversos obreros? “A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”. Efesios 4:12-15.

De este texto podemos aprender que el Señor tiene designados sus obreros, y que la obra a ellos confiada tiene en vista un objetivo definido. Profetas, apóstoles, evangelistas, pastores y maestros, todos han de trabajar para la perfección de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. ¿Este objetivo no es digno de cuidadosa atención? ¿No podemos discernir que en algún aspecto especial de la obra en favor de la iglesia ha habido descuido para que los santos no llegaran a la perfección que Dios espera? Si la tarea del ministerio se hubiera hecho, la iglesia habría sido edificada y educada para la gran obra a ella entregada. La verdad se habría presentado de tal manera que el Espíritu del Señor habría actuado sobre los corazones, y los pecadores se habrían convencido y convertido, y ya habrían tomado su lugar como seguidores de Cristo.—The Review and Herald, 7 de marzo de 1893.