jueves, junio 30, 2011

Pensamiento Del Día

Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Juan 17: 18-20
Querido Padre celestial, ahora vengo a ti tal como soy, pobre, necesitado y dependiente. Pido que me des a mí y a mi pueblo la gracia del carácter cristiano perfecto. ¿Tendrás compasión por tu pueblo? Permite que tu luz brille en las cámaras de la mente, dentro del templo que es cada creyente. Mi Salvador, tú compraste tu herencia al costo infinito de tu vida, para que como vencedores podamos entrar al reino de Dios y permanecer allí eternamente. Bendice a los que decidieron servirte. Pon tu Espíritu en ellos.

Querido Padre, te pido que envíes al Espíritu Santo a fin de que tu salvación sea manifestada. Tócalos para que sean tiernos de corazón. Enternécelos con tu Espíritu Santo, y ayúdalos para que puedan ver la obra que debe hacerse en favor de sus vecinos y otras personas que viven alrededor de ellos. ¡Oh, despiértalos a su responsabilidad! Haz que sientan el deseo de lavar las vestimentas de su carácter, a fin de que sean emblanquecidas con la sangre del Cordero. ¿Los rodearás con los tiernos brazos de tu gracia? Implórales por intermedio del Espíritu Santo para que hagan brillar la luz que tienen, y así otros también conozcan la verdad. Oh Señor, pon tu iglesia en orden para que se ponga a trabajar en favor de los perdidos.

Mi Salvador, manifiéstate a tu pueblo. ¡Exprésales tu amor para que lo sientan! Sostén a tu iglesia a fin de que Satanás no gane terreno. Ayúdalos a luchar contra toda oposición y, al final, en la ciudad de Dios, puedan poner sus coronas a los pies de Jesús y así tu nombre reciba toda la gloria. Amén.- Review and Herald, 16 de julio de 1908.

miércoles, junio 29, 2011

Pensamiento Del Día

Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos. (Jeremías 8: 20).
El Señor viene. La historia de este mundo está por terminar. ¿Está en condiciones de encontrarse con el Juez de la tierra? Tenga presente que "juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia" (Sant. 2: 13). ¡En el gran día final, qué terrible será ver separadas de nosotros para siempre a personas con las cuales nos relacionamos íntimamente! Quizá sea un miembro de la familia, y aun nuestros propios hijos; o descubrir que también están entre ellos amigos que nos visitaron y comieron en nuestra mesa. Entonces nos preguntaremos: ¿Será por causa de mi impaciencia o actitud poco cristiana? ¿El no mantener al yo bajo control determinó que la religión de Cristo resultara desagradable para ellos?

El mundo debe ser advertido de que se acerca la venida de Cristo. Nos resta poco tiempo para hacer nuestra parte. Ya están en la eternidad los años que podríamos haber aprovechado para buscar el reino de Dios y su justicia, y para difundir la luz a otros. El convoca a su pueblo que está en la luz, establecido en la verdad y al cual se le ha encomendado una gran obra, que ahora, como nunca lo ha hecho, dedique más tiempo para sí mismo y para los otros. Que cada don y talento que se nos ha confiado sea puesto en ejercicio con poder, y que usemos toda la luz que Cristo nos dio para hacer el bien a los demás. No intenten ser meros predicadores, sino ministros de Dios.

Cuando los obreros comprendan mejor la verdad, la luz de ella será vista en forma cada vez más sorprendente. En la medida en que intentemos iluminar a otros, con la mente bajo la santa influencia del Espíritu de Dios, la atención será dirigida a los temas que son de interés eterno. Semejante esfuerzo, mezclado con oración y solicitando más luz, hará que el corazón lata bajo los efectos estimulantes de la gracia de Dios. Sus deseos serán más ardientes en virtud del santo fervor, y, como resultado, toda la vida cristiana será más real, más sincera y llena de oración. De este modo, cuando Cristo habite en el corazón, el creyente llegará a ser un verdadero colaborador de Dios.- The Home Missionary, 1º de febrero de 1898.

martes, junio 28, 2011

Pensamiento Del Día

Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10: 9, 10)
El Señor nos insta a que consagremos cada talento y habilidad al servicio. Cuando el reprochable espíritu de pereza e indolencia haya sido barrido de la iglesia, el Espíritu del Señor se manifieste y el poder divino se combine con el esfuerzo humano, entonces la feligresía verá intervenciones providenciales del Señor. La luz de la verdad será difundida, y también el conocimiento de Dios y de Jesucristo que fue enviado. Semejante a los días de los apóstoles, muchos se convertirán al Señor y la tierra será iluminada con la gloria celestial.
Para que el mundo pueda convencerse de las transgresiones de la ley de Dios, el Espíritu Santo deberá actuar por intermedio de los instrumentos humanos. La iglesia necesita despojarse ahora de su letargo mortal, porque el Señor está esperando bendecir a su pueblo, quien reconocerá la bendición cuando la reciba. Entonces, la difundirá con toda la potencia que tiene el resplandor de la luz. "Esparciré sobre vosotros agua limpia... y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros... y haré que andéis en mis estatutos" (Eze. 36: 25-27).
Si esperamos que el desierto de la iglesia se transforme en un campo fructífero, y luego llegue a ser un bosque, debemos comprender que esto únicamente será posible gracias al Espíritu Santo derramado sobre su pueblo. Por mucho tiempo los agentes celestiales han estado esperando a la feligresía, que los representan, para colaborar con ellos en la gran obra que debe hacerse. Lo están aguardando a usted. Tan vasto es el campo, tan inteligente la idea, que cada corazón santificado será instado a entrar al servicio como agente del poder divino...
Todos los que creen en la verdad para este tiempo deben deponer sus diferencias, despojarse de toda envidia, y cerrar la mente y los labios a todo pensamiento y expresión pecaminosa.
Juntémonos, unámonos. "Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro" (1 Ped. 2: 22). -General Conference Bulletin, 28 de febrero de 1893.

lunes, junio 27, 2011

Pensamiento Del Día

Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos entregó a nosotros la palabra de la reconciliación. (2 Corintios 5: 19).
En el ministerio de rescatar a los perdidos, los hombres y los ángeles deben trabajar en armonía enseñando la verdad de Dios a los que todavía no la conocen, a fin de que puedan verse libres de las ataduras del pecado. Sólo la verdad puede producir esta liberación. La libertad resultante del conocimiento del mensaje debe ser proclamada a toda criatura. Nuestro Padre celestial, Jesucristo y los ángeles del cielo están interesados en esta obra grandiosa y santa.

Al hombre se le ha concedido el exaltado privilegio de manifestar el carácter divino por intermedio de la abnegación que requiere la tarea de rescatar a los que fueron arrojados al pozo de la ruina. Cada uno que desee someterse a la iluminación del Espíritu Santo será usado para realizar este propósito divinamente concebido. Cristo es la cabeza de la iglesia y él será más glorificado si cada sector de la feligresía participa en la obra de la salvación.

Hay más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por los noventa y nueve que no necesitan arrepentimiento. Cuando escuchemos acerca del éxito que tuvo la proclamación del mensaje en cualquier lugar, toda la iglesia debería expresar su regocijo mediante himnos de alabanza y oraciones elevadas a Dios. Que el nombre del Señor sea glorificado por nosotros, a fin de que recibamos más inspiración y celo para seguir colaborando con él en esta obra. El Señor nos insta a cumplir con el mandato: "Id por todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura" (Mar. 16: 15). Sin embargo, debemos darle más lugar a la obra del Espíritu Santo a fin de poder actuar de concierto y así el cuerpo de soldados de Cristo pueda avanzar más resueltamente.

Que todos los miembros lleguen "a ser espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres" (1 Cor. 4: 9). Por lo tanto, cada uno debería preguntar con humildad y temor: ¿Cuál es mi puesto del deber? La total dedicación al servicio de Dios pondrá en evidencia la modeladora influencia del Espíritu Santo en cada etapa del camino.- Review and Herald, 16 de julio de 1895.

domingo, junio 26, 2011

Pensamiento Del Día

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. (Romanos 13: 11).
Hermanos míos, tengan entronizado a Jesús dentro de ustedes para que puedan morir al yo. Debemos ser bautizado por el Espíritu Santo. Entonces no permaneceremos sentados expresando en forma desconcertada: "Lo que debe ser, será; las profecías tienen que cumplirse". ¡Oh, despierten, oro para que despierten y puedan llevar la más sagrada de todas las responsabilidades! Como fieles centinelas, ustedes deberían ver cómo viene la espada, para que, al dar sus advertencias, los hombres y las mujeres no continúen en la ignorancia y así dejen de hacer lo que practican por desconocer la verdad.

El Señor nos ha iluminado con el conocimiento acerca de lo que vendrá sobre la tierra para que podamos compartir la luz con otros, y no ser hallados culpables de cruzar los brazos y no hacer nada, buscando escapatorias al ocuparnos en cosas de menor importancia. La mente de muchos ha sido embargada con disputas y han rechazado la luz que se nos dio por intermedio de los Testimonios, porque no están de acuerdo con sus propias opiniones.

Dios no fuerza a nadie para que se ponga a su servicio. Cada creyente debe decidir por sí mismo si desea caer o no sobre la Roca para ser quebrantado. El cielo está atónito al certificar la estupidez espiritual que ha prevalecido. Cada uno tiene que abrir personalmente su corazón orgulloso al Espíritu de Dios con el propósito de tener habilidad intelectual santificada para el servicio al Maestro. El poder transformador de Dios debe actuar en cada uno para que la mente pueda ser renovada por el Espíritu Santo y, como resultado, podamos tener el mismo parecer que tuvo Cristo.

Si los vigías duermen por efecto del narcótico satánico que les impide reconocer la voz del verdadero Pastor, y no prestan atención a sus advertencias, en el temor de Dios les digo que serán responsables por la sangre de los que se pierdan. Los centinelas han de estar muy alertas; deben ser hombres que ni de día ni de noche dormiten en su puesto del deber. Tienen que hacer sonar la trompeta con todas sus fuerzas para que la gente se aparte del mal y escoja el bien. La estupidez y el descuido indiferente no tienen excusa. A cada lado hay rompientes y rocas escondidas que pueden hacer pedazos nuestra embarcación y dejarnos como náufragos desamparados, a menos que hagamos de Dios nuestro refugio y sostén.

Cada creyente debe despojarse del yo. Nuestra manera de hacer las cosas y nuestros planes e ideas pueden no ser las que Dios aprueba; por eso, debemos mantenernos en los caminos del Señor para hacer su voluntad y convertirlo en nuestro Consejero. Entonces, desprovistos del yo, actuaremos por fe.- Review and Herald, 24 de diciembre de 1889.