lunes, noviembre 05, 2012

Pensamiento Del Día

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Mateo 7:24. 
Que los miembros de cada familia tengan siempre en cuenta que están íntimamente unidos con el cielo. El Señor tiene un interés especial en la familia de sus hijos terrenales. Los ángeles ofrecen el humo del fragante incienso de las oraciones de los santos. Por lo tanto, que en cada familia la oración ascienda hacia el cielo, tanto a la mañana como en la hora fresca de la puesta de sol, presentando delante del Señor los méritos del Salvador en favor de nosotros. Mañana y noche, el universo celestial toma nota de cada familia que ora.

Antes de salir de casa para ir a trabajar, toda la familia debe ser convocada y el padre, o la madre en ausencia del padre, debe rogar con fervor a Dios que los guarde durante el día. Acudan con humildad con un corazón lleno de ternura presintiendo las tentaciones y los peligros que les acechan a ustedes y a sus hijos, y por la fe aten a estos últimos al altar, solicitando para ellos el cuidado del Señor. Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios...

En cada familia debería haber una hora fija para los cultos matutino y vespertino. ¿No conviene a los padres reunir en derredor suyo a sus hijos antes del desayuno para agradecer al Padre celestial por su protección durante la noche, y para pedirle su ayuda y cuidado durante el día? ¿No es propio también, cuando llega el anochecer, que los padres y los hijos se reúnan una vez más delante de Dios para agradecerle las bendiciones recibidas durante el día que termina?

El culto familiar no debiera ser gobernado por las circunstancias. No han de orar ocasionalmente y descuidar la oración en un día de mucho trabajo. Al hacer esto, inducen a sus hijos a considerar la oración como algo no importante. La oración significa mucho para los hijos de Dios, y las acciones de gracias debieran elevarse mañana y noche delante de Dios...

No pasemos por alto nuestras obligaciones hacia Dios al esforzarnos por atender la comodidad y felicidad de nuestros huéspedes. Ninguna consideración debería hacernos desatender la hora de la oración. No hablen ni se entretengan con otras cosas hasta el punto de estar todos demasiado cansados para gozar de un momento de devoción. Hacer esto es presentar a Dios una ofrenda imperfecta. Deberíamos presentar nuestras súplicas y elevar nuestras voces en alabanza feliz y agradecida, a una hora temprana de la noche, cuando podamos orar sin prisa e inteligentemente.—Conducción del Niño, 491-493.

domingo, noviembre 04, 2012

Pensamiento Del Día

Y por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puestos por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Deuteronomio 7:12.
Por alguna razón, a muchos padres les desagrada el dar instrucción religiosa a sus hijos; y los dejan obtener de la Escuela Sabática el conocimiento que es su privilegio y deber impartir. Estos padres no cumplen con la responsabilidad que se les ha impuesto: el dar a sus hijos una educación completa. Dios ordena hoy a su pueblo que críe a sus hijos en el nutrimento y la admonición del Señor...

Padres, sean sencillas las instrucciones que dan a sus hijos, y asegúrense de que las comprenden claramente. Las lecciones que aprenden de la Palabra de Dios deben presentarlas a su mente juvenil con tal claridad, que no puedan dejar de comprenderlas. Por medio de sencillas lecciones sacadas de la Palabra de Dios y de su propia experiencia, pueden enseñarles a conformar su vida a la norma más alta. Aun en la infancia y la adolescencia pueden aprender a vivir vidas llenas de reflexión y fervor, vidas que den una rica mies de bien.

Dios debe ser honrado en todo hogar cristiano con los sacrificios matutinos y vespertinos de oración y alabanza. Debe enseñarse a los niños a respetar y a reverenciar la hora de oración. Es deber de los padres cristianos levantar mañana y noche, por medio de oración ferviente y fe perseverante, un cerco en derredor de sus hijos.

En la iglesia del hogar los niños han de aprender a orar y a confiar en Dios. Enséñenles a repetir la ley de Dios. Así se instruyó a los israelitas acerca de los mandamientos: “Y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Deuteronomio 6:7.

Vengan con humildad, con un corazón lleno de ternura, con una comprensión de las tentaciones y los peligros que hay delante de ustedes mismos y de sus hijos; por la fe vincúlenlos al altar, suplicando el cuidado del Señor por ellos. Eduquen a los niños a ofrecer sus sencillas palabras de oración. Díganles que Dios se deleita en que lo invoquen.

¿Pasará por alto el Señor del cielo tales hogares, sin dejar una bendición en ellos? No, por cierto. Los ángeles ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios. Ellos oyen las alabanzas ofrecidas y la oración de fe, y llevan las peticiones a Aquel que ministra en el Santuario en favor de su pueblo y ofrece sus méritos en su favor.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 104-106 (edición de 1991).

sábado, noviembre 03, 2012

Pensamiento Del Día

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados. Salmos 40:5.
Deben enseñar a sus hijos a ser bondadosos, serviciales, accesibles a las súplicas y, sobre todo lo demás, respetuosos de las cosas religiosas, y deben sentir la importancia de los requerimientos de Dios. Se les debe enseñar a respetar la hora de la oración; se debe exigir que se levanten por la mañana para estar presentes en el culto familiar.

El padre, que es el sacerdote de su casa, debiera dirigir los cultos matutino y vespertino. No hay razón para que éste no sea el ejercicio más interesante y agradable de la vida hogareña, y Dios es deshonrado cuando se lo hace seco y tedioso. Sean cortas y animadas las reuniones del culto familiar. No permitan que sus hijos o cualquier otro miembro de la familia les tengan miedo por ser tediosos o faltos de interés. Cuando se lee un capítulo largo y se lo explica y se eleva una larga oración, este precioso servicio se hace cansador y es un alivio cuando termina.

 Los jefes de la familia debieran ocuparse especialmente de que la hora del culto sea sumamente interesante. Dedicándole algo de atención y cuidadosa preparación, cuando nos presentamos ante la presencia de Dios, el culto familiar podrá ser agradable y estará lleno de resultados que únicamente revelará la eternidad...

Elija el padre una porción de las Escrituras que sea interesante y fácil de entender; serán suficientes unos pocos versículos para dar una lección que pueda ser estudiada y practicada durante el día... Por lo menos debieran cantarse unas pocas estrofas de un himno animado, y la oración debe elevarse corta y al punto. El que dirige en oración no debiera orar por todas las cosas, sino que debiera expresar sus necesidades con palabras sencillas y su alabanza a Dios con gratitud.

Para despertar y fortalecer el amor hacia el estudio de la Biblia, mucho depende del uso que se haga de la hora del culto. Las horas del culto matutino y las del vespertino deberían ser las más dulces y útiles del día. Entiéndase que no deben interponerse a esa hora pensamientos inquietos y faltos de bondad; reúnanse los padres y los niños para encontrarse con Jesús y para invitar a los santos ángeles a estar presentes en el hogar.

 Los cultos deberían ser breves y llenos de vida, adaptados a la ocasión y variados. Todos deberían tener parte en la lectura de la Biblia, aprender y repetir a menudo la ley de Dios. Los niños tendrán más interés si a veces se les permite que escojan la lectura.—Conducción del Niño, 493, 494.

viernes, noviembre 02, 2012

Pensamiento Del Día

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Filipenses 2:1, 2. 
Recuerdo bien cómo cuando estábamos viviendo en Carrol House [en Takoma Park, Maryland], cerca de la torre del agua, los jóvenes que trabajaban en el terreno del colegio se reunían en una gran sala en esta casa a las 5 y media cada mañana para el culto familiar. Al adorar a Dios juntos, sabíamos que el Espíritu Santo estaba entre nosotros.

Buscábamos al Señor con todo el corazón y él estaba muy cerca de nosotros. Presentábamos la promesa: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” Mateo 7:7 ¿No es esta seguridad lo suficientemente fuerte? Llevábamos esta promesa con nosotros al lugar de oración, pidiendo al Señor que nos guiara y dirigiera en la obra que se iba a hacer aquí... Si alguno de ustedes tiene una fe débil, recuerde que es porque no trabaja sobre el lado positivo. De nada nos vale pensar que podemos llevar adelante la gloriosa obra de Dios sin una fe fuerte e inquebrantable. El mundo está llegando a ser rápidamente como fue en los días de Noé. Satanás está trabajando con esfuerzos intensos, sabiendo que le queda poco tiempo. La maldad prevalece en una forma espantosa. El pueblo de Dios es apenas un puñado comparado con los impíos, y sólo podremos obtener éxito en la medida en que cooperemos con los ángeles celestiales, quienes irán delante de todos los que avanzan para hacer lo que Dios ha dicho que debe ser hecho...

Cuando pienso en todo lo que Dios ha hecho por nosotros, digo: “Alabado sea Dios, de quien fluyen todas las bendiciones”. Mientras se abre la obra en varios lugares, que siempre podamos recordar que tenemos que tirar en forma pareja. Los que se han educado a sí mismos para permanecer sobre el lado negativo, deberían arrepentirse y convertirse sin demora... Recuerden que cuando permanecen sobre el lado negativo, acusando y condenando, dan lugar a las agencias del poder de las tinieblas. Tiene que gastarse un tiempo precioso luchando contra esas agencias, porque hubo quienes rehusaron colocarse en el lado positivo...

“Nada hagáis por contienda o por vanagloria” Filipenses 2:3. Satanás está detrás de toda contienda y vanagloria. Abandonemos su compañía y permanezcamos con los que dicen: “La victoria es para nosotros, y nos aferraremos al brazo de la omnipotencia”.—The Review and Herald, 15 de junio de 1905.

jueves, noviembre 01, 2012

Pensamiento Del Día

De mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos los días. Salmos 90:14.
Si los hijos de Dios quisieran reconocer cómo los trata él y aceptasen sus enseñanzas, sus pies hallarían una senda recta, y una luz los conduciría a través de la oscuridad y el desaliento. David aprendió sabiduría de la manera en que Dios lo trató, y se postró con humildad bajo el castigo del Altísimo. La descripción fiel que de su verdadero estado hizo el profeta Natán, le dio a conocer a David sus propios pecados y le ayudó a desecharlos. Aceptó mansamente el consejo y se humilló delante de Dios. “La ley de Jehová”, exclamó él, “es perfecta, que convierte el alma”. Salmos 19:7.

Los pecadores que se arrepienten no tienen motivo para desesperar porque se les recuerden sus transgresiones y se los amoneste acerca de su peligro. Los mismos esfuerzos hechos en su favor demuestran cuánto los ama Dios y desea salvarlos. Ellos sólo deben pedir su consejo y hacer su voluntad para heredar la vida eterna. Dios presenta a su pueblo que yerra los pecados que comete con el fin de que vea su enormidad según la luz de la verdad divina. Entonces, su deber es renunciar a ellos para siempre.

Dios es hoy tan poderoso para salvar del pecado como en los tiempos de los patriarcas, de David y de los profetas y apóstoles. La multitud de casos registrados en la historia sagrada, en los cuales Dios libró a su pueblo de sus iniquidades, deben hacer sentir al cristiano de esta época el anhelo de recibir instrucción divina y celo para perfeccionar un carácter que soportará la detenida inspección del juicio.

La historia bíblica sostiene al corazón que desmaya con la esperanza de la misericordia divina. No necesitamos desesperarnos cuando vemos que otros lucharon con desalientos semejantes a los nuestros, o que cayeron en tentaciones como nosotros, pues aun así recobraron sus fuerzas y recibieron bendición de Dios. Las palabras de la inspiración consuelan y alientan al alma que yerra.

Aunque los patriarcas y los apóstoles estuvieron sujetos a las flaquezas humanas, por la fe obtuvieron buen renombre, pelearon sus batallas con la fuerza del Señor y vencieron gloriosamente. Así también podemos nosotros confiar en la virtud del sacrificio expiatorio y ser vencedores en el nombre de Jesús. La humanidad fue humanidad en todas partes del mundo, desde el tiempo de Adán hasta la generación actual; y a través de todas las edades el amor de Dios no tiene parangón.—Joyas de los Testimonios 1:442, 443.