jueves, abril 05, 2012

Pensamiento Del Día

Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Jeremías 9:23.
Dios es la fuente de toda sabiduría. Él es infinitamente sabio, justo y bueno. Aparte de Cristo, la gente más sabia no puede comprenderle. Pueden profesar ser sabios; pueden gloriarse por sus adquisiciones; pero el simple conocimiento intelectual, aparte de las grandes verdades que se concentran en Cristo, es como nada...

Si los hombres y las mujeres pudiesen ver por un momento más allá del alcance de la visión finita, si pudiesen discernir una vislumbre de lo eterno, toda boca dejaría de jactarse. Los seres humanos que viven en este pequeño átomo del universo son finitos; Dios tiene mundos innumerables que obedecen sus leyes y son conducidos para gloria suya. Cuando en sus investigaciones científicas los seres humanos han ido hasta donde se lo permiten sus facultades mentales, queda todavía más allá un infinito que no pueden comprender.

Antes que los humanos puedan ser verdaderamente sabios, deben comprender que dependen de Dios, y deben estar henchidos de su sabiduría. Dios es la fuente tanto del poder intelectual como del espiritual. Las personas célebres, que han llegado a lo que el mundo considera como admirables alturas de la ciencia, no pueden compararse con el amado Juan o el apóstol Pablo. La más alta norma de virilidad se alcanza cuando se combina el poder intelectual con el espiritual. A los que hacen esto, Dios los aceptará como colaboradores consigo en la preparación de las mentes.

Grande conocimiento es el conocerse a sí mismo. Los maestros que se estimen debidamente permitirán que Dios amolde y discipline su mente. Y reconocerán la fuente de su poder. Porque, “¿qué tienes que no hayas recibido?” 1 Corintios 4:7. El conocimiento propio lleva a la humildad y a confiar en Dios; pero no reemplaza a los esfuerzos para el mejoramiento de uno mismo. El que comprende sus propias deficiencias no escatimará empeño para alcanzar la más alta norma de la excelencia física, mental y moral.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 64, 65.

miércoles, abril 04, 2012

Pensamiento Del Día

¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el lugar de la inteligencia? Job 28:20.
Tendrán que luchar con dificultades, llevar cargas, dar consejos, hacer planes y ejecutarlos, buscando constantemente la ayuda de Dios. Oren y trabajen, trabajen y oren; como alumnos de la escuela de Cristo, aprendan de Jesús.

El Señor nos ha dado la promesa: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. Santiago 1:5. Es conforme a la orden de Dios que los que llevan responsabilidades se reúnan a menudo para consultarse mutuamente, y para orar con fervor por aquella sabiduría que sólo él puede impartir. Hablen menos; se pierde mucho tiempo precioso en conversación que no produce luz. Únanse los hermanos en ayuno y oración por la sabiduría que Dios ha prometido dar liberalmente. Den a conocer a Dios sus dificultades. Díganle como Moisés: “No puedo conducir a este pueblo a menos que tu presencia vaya conmigo”. Luego pídanle aún más; oren con Moisés: “Te ruego que me muestres tu gloria”. Éxodo 33:18. ¿Qué es esta gloria? El carácter de Dios. Así lo proclamó el Señor a Moisés.

Que el alma se aferre con fe viva a Dios. Cante la lengua sus alabanzas. Cuando se hallen reunidos, dediquen su mente con reverencia a la contemplación de las realidades eternas. Así se ayudarán unos a otros a ser espirituales. Cuando la voluntad de ustedes esté en armonía con la divina, estarán en armonía unos con otros; tendrán a Cristo a su lado como consejero.

Enoc anduvo con Dios. Así pueden andar todos los que trabajan por Cristo. Pueden decir con el salmista: “A Jehová he puesto siempre delante de mí. Porque está a mi diestra, no seré conmovido”. Salmos 16:8. Mientras sientan que no tienen suficiencia propia, su suficiencia estará en Jesús. Si esperan que todo su consejo y sabiduría provengan de otras personas, mortales y limitadas como ustedes, recibirán tan sólo la ayuda humana. Si se allegan a Dios para obtener ayuda y sabiduría, él no frustrará nunca la fe de ustedes.—Obreros Evangélicos, 431, 432.

martes, abril 03, 2012

Pensamiento Del Día

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. 1 Corintios 2:12.
Dios quiere que, aun en esta vida, la verdad se vaya desarrollando siempre ante su pueblo. Hay tan sólo una manera en que puede obtenerse este conocimiento. Podemos alcanzar a comprender la Palabra de Dios únicamente por medio de la iluminación de aquel Espíritu por el cual fue dada la Palabra. “Nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”; “porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”. Y la promesa del Salvador a quienes le siguen es: “Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad... porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” 1 Corintios 2:11, 10; Juan 16:13, 14.

Dios desea que los seres humanos ejerciten sus facultades de raciocinio; y el estudio de la Biblia fortalecerá y elevará el intelecto como ningún otro estudio puede hacerlo. Es el mejor ejercicio intelectual y espiritual para la mente humana. Sin embargo, no debemos endiosar la razón, que está sujeta a la debilidad y flaqueza de la humanidad. Si no queremos que las Escrituras queden veladas para nuestro entendimiento, de manera que no podamos comprender las más claras verdades, debemos tener la sencillez y fe de un niñito, y estar listos para aprender y solicitar la ayuda del Espíritu Santo. Un sentido del poder y la sabiduría de Dios, y de nuestra incapacidad para comprender su grandeza, debe inspirarnos humildad, y debemos abrir su Palabra con tanta reverencia como si entráramos en su presencia. Cuando acudimos a la Biblia, la razón debe reconocer una autoridad superior a ella, y el corazón y el intelecto deben inclinarse ante el gran YO SOY.

Progresaremos en el verdadero conocimiento espiritual tan sólo en la medida en que comprendamos nuestra propia pequeñez y nuestra entera dependencia de Dios; pero todos los que acudan a la Biblia con un espíritu dispuesto a ser enseñados y a orar, para estudiar sus declaraciones como Palabra de Dios, recibirán iluminación divina. Hay muchas cosas, aparentemente difíciles u oscuras, que Dios hará claras y sencillas para quienes traten así de comprenderlas...

Hay minas de la verdad que ha de descubrir todavía el investigador ferviente. Cristo representó la verdad por medio de un tesoro oculto en un campo. No está en la misma superficie; debemos cavar para encontrarla. Pero nuestro éxito en esto no depende tanto de nuestra capacidad intelectual como de nuestra humildad de corazón y de una fe que se vale de la ayuda divina.—Joyas de los Testimonios 2:306, 307.

lunes, abril 02, 2012

Pensamiento Del Día

Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 2 Pedro 2:20.
Alos reformadores se les dio gran luz, pero muchos de ellos recibieron la sofistería del error por causa de la interpretación errónea de las Escrituras. Estos errores han pasado a través de los siglos, pero, aunque están canosos con la edad, no tienen detrás de ellos un “Así dice el Señor”. Porque el Señor dijo: Yo no “mudaré lo que ha salido de mis labios”. Salmos 89:34. En su gran misericordia, aun así el Señor ha permitido que una luz mayor brille en estos últimos días. Nos ha enviado su mensaje a nosotros, revelando su ley y mostrando qué es verdad.

En Cristo está la fuente de todo conocimiento. En él están centradas nuestras esperanzas de vida eterna. Él es el gran Maestro que el mundo haya conocido, y si deseamos ensanchar la mente de los niños y los jóvenes, y ganarlos, si es posible, para que amen la Biblia, deberíamos asegurar su mente sobre la verdad clara y sencilla, excavando lo que ha estado enterrado debajo de las hojarascas de la tradición y permitiendo que brillen sus gemas. Anímelos a escudriñar estos temas, y el esfuerzo empleado será una disciplina inestimable.

La revelación de Dios, como está representada en Jesucristo, proporciona un tema que es grande para contemplar y que, si se lo estudia, agudiza la mente y eleva y ennoblece las facultades. Cuando los agentes humanos aprenden esas lecciones en la escuela de Cristo, tratando de llegar a ser como Cristo fue, manso y humilde de corazón, aprenderán la más provechosa de todas las lecciones: que el intelecto es supremo sólo si está santificado por medio de una relación viviente con Dios...

La mayor sabiduría, y la más indispensable, es el conocimiento de Dios. El yo se hunde en la insignificancia al contemplar a Dios y a Jesucristo, a quien envió. Debe hacerse de la Biblia el fundamento de todo estudio. Individualmente, debemos aprender de este libro de lecciones que Dios nos ha dado las condiciones de la salvación para nuestra alma; porque es el único Libro que nos dice qué debemos hacer para ser salvos. Y no sólo eso, sino que de ella puede recibirse fuerza para el intelecto.—Fundamentals of Christian Education, 450, 451.

domingo, abril 01, 2012

Pensamiento Del Día

Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. Proverbios 3:13.
La verdadera sabiduría es un tesoro tan duradero como la eternidad. Muchos de los que el mundo llama sabios sólo lo son en su propia estima. Contentos con la adquisición de la sabiduría mundana, nunca entran en el huerto de Dios para familiarizarse con los tesoros del conocimiento encerrados en su santa Palabra. Haciéndose sabios, son ignorantes de la sabiduría que todos debemos tener para ganar la vida eterna. Albergan desprecio por el Libro de Dios, el que si fuera estudiado y obedecido los haría realmente sabios.

Para ellos la Biblia es un misterio impenetrable; y le son oscuras las grandiosas y profundas verdades del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, porque no disciernen espiritualmente las verdades espirituales. Necesitan aprender que el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y que sin esa sabiduría vale poco su conocimiento.

Los que se esfuerzan por lograr una educación científica, pero no han aprendido la lección de que el temor de Dios es el principio de la sabiduría, proceden incapazmente y sin esperanza, dudando de la realidad de todo. Pueden adquirir una educación científica, pero a menos que obtengan un conocimiento de la Biblia y un conocimiento de Dios, no poseen la verdadera sabiduría. El iletrado, si conoce a Dios y a Jesucristo, tiene más sabiduría perdurable que el más instruido que desprecia la instrucción de Dios.—Comentario Bíblico Adventista 3:1174.

La verdadera sabiduría está por encima de la comprensión del sabio mundano. La sabiduría oculta, que es Cristo formado en lo íntimo, la esperanza de gloria, es una sabiduría excelsa como el cielo. Los profundos principios de la piedad son sublimes y eternos. Una íntima vida cristiana es lo único que puede ayudarnos a entender este problema y a obtener los tesoros de conocimiento que han estado ocultos en los consejos de Dios, pero que ahora son dados a conocer a todos los que tienen una relación vital con Cristo.—The Review and Herald, 18 de julio de 1899.Comentario Bíblico Adventista 6:1114.